Mobile y el mundo que viene
Estamos en una mutaci¨®n de las que cambian profundamente a las sociedades. Y en este marco la cancelaci¨®n del Mobile me parece indiciaria de un posible declive de este tipo de eventos
Si quiere conseguir un hueco en la gran transformaci¨®n del mundo, una ciudad como Barcelona tiene que plantearse c¨®mo irradiar m¨¢s y no limitarse a esperar que los dem¨¢s la irradien. Tiene potencia para ello (y espacio en territorios que no forzosamente son s¨®lo los del actual mainstream, pero que tambi¨¦n existen). La cancelaci¨®n del Mobile World Congress 2020 no hace m¨¢s que confirmar esta evidencia, por m¨¢s que algunos se nieguen a aceptarla en nombre de este provincianismo posmoderno que es el cuento de la globalizaci¨®n feliz.
La suspensi¨®n del Mobile es ilustrativa de qui¨¦n manda en el mundo. ?Qui¨¦n ha decidido la suspensi¨®n? Unas pocas grandes compa?¨ªas de dimensi¨®n mundial. En el momento en que se anunciaron las dos primeras cancelaciones ya s¨®lo quedaba una inc¨®gnita: cu¨¢nto tiempo tardar¨ªan en anunciarse las siguientes. Las promesas de la organizaci¨®n de mantener el Congreso eran pura resistencia, salvar la imagen luchando contra lo inevitable. Naturalmente, la pregunta es: ?por qu¨¦ lo hicieron? La explicaci¨®n oficial todos la sabemos: la culpa es del famoso Covid-19. Un argumento que encuentra su fuerza en la natural tendencia al p¨¢nico de una especie, la humana, que es perfectamente consciente de su condici¨®n contingente. El miedo es probablemente el sentimiento m¨¢s universal y por tanto instrumento privilegiado para el ejercicio del poder.
No dudo que los grandes poderes de este mundo son sensibles al miedo como los dem¨¢s (hay mucha literatura sobre la paranoia de los gobernantes), pero que pueda funcionar como pretexto es distinto de que sea la causa de la cancelaci¨®n. Hay quienes acompa?an la teor¨ªa del miedo con un argumento complementario: la imagen. Estas grandes compa?¨ªas han querido demostrar que su prioridad era la seguridad de su gente, conscientes adem¨¢s de que un solo caso en una de las compa?¨ªas habr¨ªa podido da?ar su reputaci¨®n. Una vez m¨¢s, me cuesta creer un argumento basado en algo sumamente hipot¨¦tico, porque como dicen la OMS y el Gobierno espa?ol: ¡°No hay ninguna raz¨®n de salud p¨²blica que impida la celebraci¨®n de eventos de este tipo¡±. De modo que el Covid-19 puede servir de coartada, pero ?de qu¨¦?
Algunos apuntan a razones geopol¨ªticas que nadie se atreve a concretar, aunque siempre aparezcan dos fantasmas en el horizonte: Trump y el despotismo chino. Pero, sin descartar maniobras de este orden, a m¨ª me parece que s¨ª se puede apuntar a razones directamente relacionadas con la gran transformaci¨®n digital. Estamos en una mutaci¨®n de las que cambian profundamente a las sociedades, de la envergadura de la que se produjo entre 1914 y 1945. Y en este marco la cancelaci¨®n del Mobile me parece indiciaria de un posible declive de este tipo de eventos. Est¨¢ en la propia naturaleza de la cultura digital vigente: si el espacio de comunicaci¨®n es la pantalla, si a trav¨¦s de ella se congregan a miles de millones de personas cada d¨ªa, ?estas peque?as concentraciones masivas tienen alg¨²n sentido? Si las grandes compa?¨ªas se han acogido al Covid-19 para forzar la cancelaci¨®n del congreso (y en cambio las peque?as, mucho m¨¢s numerosas, segu¨ªan defendi¨¦ndolo) ?no ser¨¢ porque saben que les aporta poco a su negocio y que, por tanto, les sale a cuenta montarse a la oleada del p¨¢nico?
No dudo de que el Mobile 2021 y el 2022 se celebrar¨¢n, pero s¨ª quiero advertir que en una cultura en que la relaci¨®n virtual est¨¢ desplazando la relaci¨®n presencial, en que la fascinaci¨®n por la pantalla parece canalizar los sentidos lejos de mirarse, encontrarse y tocarse que han configurado tradicionalmente el lugar de la experiencia, juntar a la gente en un recinto puede ser cada vez m¨¢s raro. Y, ya que estamos en el ¨¢mbito econ¨®mico, la intermediaci¨®n ya no es lo que era. Cada vez pasa menos por la calle. En la confluencia entre transformaci¨®n digital y transici¨®n ecol¨®gica, adem¨¢s, las grandes compa?¨ªas pueden encontrar una coartada para lucir ahorro en desplazamientos a¨¦reos. En cualquier caso, desde la exhibici¨®n de autoritarismo teatral por parte de China, que con su aparatosa manera de afrontar el conflicto ha dictado el p¨¢nico al mundo entero, hasta el poder imperial de unas docenas de compa?¨ªas que han decidido la suerte del Mobile pasando por encima de todos (y con la mirada impotente de los gobiernos), hemos asistido a un ilustrativo espect¨¢culo sobre el mundo que viene.
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