Y los sue?os, objetos son
Dal¨ª, Duchamp, Man Ray, Magritte y Mir¨®, entre los autores de las 285 obras y objetos que CaixaForum expone para explicar la influencia del surrealismo en el dise?o
¡°Estos objetos est¨¢n basados en las fantas¨ªas y representaciones que pueden surgir cuando se realizan actos subconscientes. Tienen una funci¨®n simb¨®lica y no dejan lugar alguno para las preocupaciones formales. Dependen s¨®lo de la amorosa imaginaci¨®n de cada persona¡±, declar¨® Salvador Dal¨ª en 1931. Se refer¨ªa a los sorprendentes objetos cotidianos que perd¨ªan la funci¨®n para la que hab¨ªan sido creados adquiriendo un aspecto fant¨¢stico, on¨ªrico y emocional que creaban y expon¨ªan amigos suyos, surrealistas como ¨¦l, entre los que estaban Hans Arp, Max Ernst, Man Ray, Paul Klee, Ren¨¦ Magritte, Giorgio de Chirico y Joan Mir¨®, entre otros. Como Regalo,la plancha con clavos de hierro en su base que Ray hizo en 1921, el tel¨¦fono con auricular de langosta de Dal¨ª de 1936 y la quesera con un queso pintado al ¨®leo de Magritte del mismo a?o. Unos sue?os objetualizados creados como respuesta a los que negaban el poder del subconsciente y para poner en jaque la realidad y la raz¨®n.
Parec¨ªa que el surrealismo hab¨ªa muerto con la Segunda Guerra Mundial y la dispersi¨®n de sus creadores. Pero no. De c¨®mo este movimiento art¨ªstico ha influido en el arte del siglo XXI y ha acabado impregnando el dise?o hasta nuestros d¨ªas de una forma sutil, pero evidente, en la moda, el cine, la fotograf¨ªa y el dise?o gr¨¢fico, trata Objetos de dise?o. Surrealismo y dise?o. 1924-2000. La exposici¨®n puede verse en?Caixaforum (hasta el 7 de junio) que, junto al Vitra Design Museum, ha reunido 285 obras y objetos de estos artistas, pero tambi¨¦n de Lee Miller, Le Corbusier, Antoni Gaud¨ª, Frederic Kiesler, Gae Aulenti, Ray Eames, Achille Castiglioni, Meret Oppenheim y un largo etc¨¦tera, provenientes de colecciones y museos de todo el mundo.
De movimiento literario formado por el simbolismo y el dada¨ªsmo, el surrealismo comenz¨® su historia de ¨¦xito a mitad de los a?os veinte cuando Bret¨®n y sus colegas expandieron los principios surrealistas a la pintura y a los objetos. Comenzaba una relaci¨®n que se convirti¨® en tendencia en los a?os cuarenta cuando tras la Segunda Guerra Mundial arquitectos y dise?adores encontraron en el surrealismo una est¨¦tica inspiradora en cuestiones como la forma org¨¢nica y lo irracional, en respuesta a los objetos cada vez m¨¢s t¨¦cnicos. Es lo que Bret¨®n llam¨® ¡°la belleza convulsa¡± y Dal¨ª, ¡°objetos de funcionamiento simb¨®lico¡±.
Lo dir¨ªa por obras suyas como Mujer con cabezas de rosas (reproducida en la exposici¨®n en tama?o XXL), de 1935, en la que, inspirado en muebles org¨¢nicos de Gaud¨ª, como la silla de 1900 de la Casa Calvet (en la muestra), pint¨® obras en las que aparecen sillas con brazos y manos y personas que tienen piernas como patas de muebles. Tambi¨¦n por su famoso sof¨¢-labios que cre¨® en 1934, comercializado por Carlo Mollino y que luego el propio Dal¨ª copi¨® para instalarlo en su museo de Figueres en El retrato de Mae West; paradigma de c¨®mo el surrealismo ha influido en el dise?o y viceversa. Tambi¨¦n por Busto de mujer devorado por las hormigas, la Gioconda del surrealismo, prestado por la Fundaci¨®n Dal¨ª para la muestra de Barcelona y Madrid, pero no para la de Sevilla o Zaragoza, donde tambi¨¦n se ver¨¢ la exposici¨®n. Para Mateo Kries, director del Vitra Design y comisario, "los surrealistas mostraron frente al racionalismo de la Bauhaus en la que la ¡®forma sigue a la funci¨®n¡¯, que no se puede perder la conexi¨®n con las emociones, con el sentimiento humano, con los objetos tradicionales que incorporan muchos recuerdos y aspectos subconscientes¡±.
La consolidaci¨®n del surrealismo vino con su conquista americana, con exposiciones como Fantastic Art, Dada, Surrealism, del MoMA en 1936 que convirti¨® el fen¨®meno en moda. Pero, sobre todo, tras la llegada a Estados Unidos de Dal¨ª que hizo escaparates en 1939 para tiendas de la Quinta Avenida con maniqu¨ªs que llevaban en la ropa copas con licor de menta y ba?eras peludas y particip¨® en 1945 en Recuerda, de Hitchcock, en la que dise?¨® una escena on¨ªrica con toda su iconograf¨ªa, en la que no faltaban hormigas y ojos rasgados por tijeras.
Para ilustrar el sentido de la exposici¨®n, Kries parafrasea a Dal¨ª, presente en casi toda la exposici¨®n con sus muchas creaciones surrealistas, diciendo: ¡°Una silla puede tener muchas funciones, adem¨¢s de servir de asiento, como por ejemplo provocar, y este es precisamente el objetivo de la muestra, demostrar que la funcionalidad no es tan solo pr¨¢ctica¡±.
Aires on¨ªricos
De bellos y simb¨®licos y, a veces, poco pr¨¢cticos objetos est¨¢ llena la muestra, como las enormes sillas en forma de mano, Hand Chair, de Pedro Friedeberg (1965); l¨¢mparas cuya base es un caballo de tama?o natural del colectivo Front (2006); carritos de t¨¦ con forma de pipa de Magritte de Aldo Tura (1960); sombreros cuya copa est¨¢ realizada con moldes de flan que cre¨® Achille Castiglioni en 1980 o la mesa Tour, de Gae Aulenti, creada en 1993 con cuatro patas en forma de rueda de bicicleta, inspirada en Rueda de bicicleta, de Duchamp, de 1913.
Todo, en una exposici¨®n con museograf¨ªa y aires on¨ªricos que presenta una disposici¨®n en cuatro ambientes diferenciados con vivos colores, a los que se accede desde un hall de un intenso azul. Desde el primero, en el que est¨¢n representados los primeros surrealistas, y el resto, en el que permite ver la pervivencia de sus planteamientos, como la liberaci¨®n del erotismo o que la realidad no solo es la que se ve en la superficie; con fotograf¨ªas de Ray y Duchamp travestidos de mujer o de Claude Cahun haciendo lo mismo, pero de hombre, con las que se saltaron, por primera vez los estereotipos de g¨¦nero y la liberaci¨®n de las formas. Una lecci¨®n para estos tiempos en los que se suele premiar lo superficial por encima de cualquier otras cosas y valores.
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