Generaci車n Boric
El reciente rechazo de los diputados al proyecto impositivo oficialista muestra que no hay atajos
Con 37 a?os, Gabriel Boric es el 赤cono de la nueva generaci車n de izquierdas que asumi車 el poder pol赤tico en Chile hace justamente un a?o. ?C車mo juzgar su gesti車n? Una posibilidad es comparar lo logrado con lo so?ado antes de llegar a La Moneda; otra, ponderar las amenazas y tentaciones que ha evitado en tiempos singularmente borrascosos. M...
Con 37 a?os, Gabriel Boric es el 赤cono de la nueva generaci車n de izquierdas que asumi車 el poder pol赤tico en Chile hace justamente un a?o. ?C車mo juzgar su gesti車n? Una posibilidad es comparar lo logrado con lo so?ado antes de llegar a La Moneda; otra, ponderar las amenazas y tentaciones que ha evitado en tiempos singularmente borrascosos. Me quedo con lo segundo. Como el premier laborista Harold Wilson dijera a la reina en The Crown, la envergadura de un l赤der se mide en su capacidad de paliar m芍s crisis que las que provoca.
Boric, y las fuerzas que lo catapultaron al poder, saltaron a la vida p迆blica para subvertir el orden establecido. En lo econ車mico, enterrar el modelo neoliberal y superar el extractivismo. En lo pol赤tico, quebrar con los ※30 a?os§ que se abrieron tras el triunfo sobre Pinochet, y de paso con la elite pol赤tica de centro-izquierda que los administr車. En lo cultural, avanzar en la agenda liberal e identitaria del feminismo, de las diversidades sexogen谷ricas y de los pueblos originarios. En lo internacional, alejarse del globalismo capitalista, sumarse a la lucha contra el calentamiento global y acercarse a Am谷rica Latina.
Antes de asumir ya era evidente que su agenda primigenia carec赤a de suficiente respaldo ciudadano y que el escenario era muy diferente al imaginado, lo que volvia inviable su guion original. De partida, la victoria de Boric sobre el ultraderechista Kast fue estrecha y no consigui車 la mayor赤a en el Congreso. Los efectos de la pandemia, m芍s la guerra en Ucrania, desataron el fantasma de la crisis econ車mica. La radicalizaci車n de la delincuencia, la violencia asociada a la causa mapuche en el sur, as赤 como la ca車tica entrada de migrantes por la frontera norte 〞fen車menos que en las postrimer赤as de la administraci車n Pi?era hab赤an escapado de control〞, hab赤an hecho de la seguridad la primera prioridad de la poblaci車n, muy por sobre las causas que alimentaron la revuelta popular de octubre de 2019.
En sus primeros meses, el nuevo gobierno convivi車 con una Convenci車n elegida para escribir una nueva Constituci車n, proyecto al que lo un赤an robustos nexos program芍ticos y afectivos. En su forma y contenidos, 谷sta llev車 la agenda liberal-progresista hasta el paroxismo, lo que suscit車 una poderosa reacci車n conservadora. Prueba de ello fue el abrumador rechazo de su propuesta en el plebiscito de septiembre pasado. Con esto, a seis meses de asumir, el proyecto que llev車 a Boric al poder estaba en jaque y se ergu赤a la amenaza de una crisis de gobernanza.
La reacci車n del joven presidente fue insospechada. Asumi車 sin chistar la derrota en el refer谷ndum, se?alando que en una democracia el pueblo siempre tiene raz車n. Se declar車 a favor de seguir con el proceso constitucional, dejando la definici車n de los mecanismos en manos de los partidos y el Congreso. Llam車 a los equipos de gobierno a enfocarse en las demandas de la poblaci車n, dando prioridad a la seguridad. E incorpor車 al coraz車n de La Moneda a figuras de la antigua Concertaci車n, con Carolina Toh芍 como jefa de Gabinete. As赤, en pocas horas, Boric reorient車 la direcci車n de su administraci車n y ampli車 su base de apoyo, sin que esto provocara fisuras en su coalici車n primitiva.
Desde entonces el gobierno ha asumido la nueva ruta sin complejos. Ante la violencia en el sur se ha desplegado a las Fuerzas Armadas en apoyo a la polic赤a, se encarcel車 a los cabecillas de los grupos militares mapuches por orden de la Fiscal赤a, se han desbaratado bandas dedicadas al robo de madera y se ha dado inicio a un plan de di芍logo y colaboraci車n con las comunidades. En la frontera norte, con autorizaci車n del Congreso se ha dispuesto que los militares apoyen el control de la inmigraci車n ilegal y el narcotr芍fico. Se ha buscado un acercamiento con la oposici車n en torno a un plan de modernizaci車n de la seguridad p迆blica, el cual se desbarat車 por la decisi車n presidencial de indultar a doce condenados por los hechos de octubre 2019, cumpliendo un compromiso de campa?a y respondiendo a una sentida demanda de sus partidarios m芍s radicales. Con todo, el f谷rreo y transversal apoyo a las polic赤as se ha traducido en un leve retroceso de la delincuencia y del desorden p迆blico. Un elocuente indicador es la casi desaparici車n de las carpas que se hab赤an tomado los espacios p迆blicos de Santiago.
En el plano econ車mico, la inflaci車n comienza a ceder. Las cuentas fiscales son las mejores en doce a?os, en parte debido a la renta del litio, pero sobre todo al rigor impuesto por el poderoso ministro Marcel. Despu谷s de largas controversias, se firm車 el Tratado Integral y Progresista de Asociaci車n Transpac赤fico; lo mismo se hizo con la UE, lo que indica que Chile no abandonar芍 su pol赤tica de integraci車n econ車mica global. Se han buscado acercamientos hacia America Latina, pero sin plegarse a f車rmulas proteccionistas y sin renunciar a una irrestricta defensa de los derechos humanos.
El proceso constitucional, en tanto, se ha encauzado de manera concordada por la totalidad de los partidos pol赤ticos, exceptuando a la extrema derecha. El fracaso de la Convenci車n ha acotado las expectativas y aminorado las discrepancias. Si todo marcha como previsto, el ejercicio concluir芍 en diciembre pr車ximo con un nuevo plebiscito de salida, y la nueva Constituci車n de Chile tendr芍 la firma del presidente Boric.
Al gobierno le queda este a?o para sacar sus dos reformas emblem芍ticas, la tributaria y la de pensiones. Sin mayor赤a en el Congreso, estar芍 obligado a ceder y buscar el acuerdo con todo el arco pol赤tico democr芍tico, tal como se hizo con el proceso constituyente. El reciente rechazo de los diputados al proyecto impositivo oficialista muestra que no hay atajos.
En suma, la generaci車n Boric ha tenido que abocarse a sostener y parchar un orden p迆blico que estaba a punto del colapso. Si tiene 谷xito, a medio siglo del golpe militar, y tal como lo hizo en 1990 cuando reconquist車 su democracia, Chile habr芍 entrado a una nueva etapa de equilibrio. No es lo que so?aron, pero es lo que les toc車.
Eugenio Tironi es doctor en sociolog赤a y autor de La sociedad impaciente (Ariel, 2023).