El voto obligatorio y el triunfo de la derecha en Chile
El resultado favorable al Partido Republicano no puede ser interpretado como un efecto directo del voto obligatorio
Desde la recuperaci¨®n democr¨¢tica, en Chile existi¨® una preocupaci¨®n por establecer mecanismos inclusivos de participaci¨®n electoral. Por m¨¢s de dos d¨¦cadas, la existencia de un sistema de inscripci¨®n voluntaria provoc¨® un decrecimiento en el universo de votantes y un envejecimiento del padr¨®n electoral. Los segmentos m¨¢s j¨®venes de la poblaci¨®n, que hab¨ªan tenido una notoria participaci¨®n en el plebiscito de 1988, as¨ª como en las primeras elecciones presidenciales y pa...
Desde la recuperaci¨®n democr¨¢tica, en Chile existi¨® una preocupaci¨®n por establecer mecanismos inclusivos de participaci¨®n electoral. Por m¨¢s de dos d¨¦cadas, la existencia de un sistema de inscripci¨®n voluntaria provoc¨® un decrecimiento en el universo de votantes y un envejecimiento del padr¨®n electoral. Los segmentos m¨¢s j¨®venes de la poblaci¨®n, que hab¨ªan tenido una notoria participaci¨®n en el plebiscito de 1988, as¨ª como en las primeras elecciones presidenciales y parlamentarias de 1989, fueron manifestando cada vez menos inter¨¦s en inscribirse previo a las elecciones que se sucedieron hasta inicios de 2010. En los primeros meses de 2012, tras un intenso debate parlamentario, se logr¨® aprobar un sistema de inscripci¨®n autom¨¢tica, pero que dejaba la participaci¨®n en condici¨®n de voluntaria.
Varios fueron los argumentos que se esgrimieron a favor del voto voluntario, para la aprobaci¨®n de esa reforma. En primer lugar, se afirmaba que se deb¨ªa dejar la participaci¨®n a la libre disposici¨®n de las personas, evitando que el acto electoral fuera considerado una forma de coacci¨®n por parte del Estado. En segundo lugar, se dec¨ªa que el car¨¢cter voluntario del voto obligar¨ªa a los partidos a tener que intensificar la competencia, en aras de la movilizaci¨®n y la adhesi¨®n ciudadana. Ambos argumentos eran compartidos desde los sectores m¨¢s conservadores de la derecha a representantes del Partido Socialista. Por el contrario, quienes cuestionaban el voto voluntario y se mostraban partidarios de la obligatoriedad, apuntaban a la necesidad de revertir la baja participaci¨®n dado que a la larga eso afectaba la sostenibilidad del propio sistema democr¨¢tico. En base a evidencias internacionales, tambi¨¦n se destacaba que el voto voluntario tend¨ªa a elitizar la participaci¨®n, generando una situaci¨®n an¨¢loga a lo que en otras ¨¦pocas fue la participaci¨®n censitaria.
Desde que entr¨® en vigencia el voto voluntario se produjo una notoria segmentaci¨®n del electorado, como qued¨® demostrado en los comicios que se efectuaron desde octubre de 2012 a diciembre de 2021. Por ejemplo, se pudo constatar que en la Regi¨®n Metropolitana de Santiago, en las comunas de m¨¢s bajos ingresos la participaci¨®n sol¨ªa ser menor al 30%, mientras que en la de m¨¢s altos ingresos sobrepasaba el 75%. Adem¨¢s, algo que se dice poco, el voto voluntario permit¨ªa elegir gobiernos que ¨Csi se consideraba al conjunto de la poblaci¨®n en edad de votar¨C lo terminaban haciendo por mayor¨ªa relativa m¨¢s que por mayor¨ªa absoluta. Esto termin¨® redundando en gobiernos que r¨¢pidamente perd¨ªan respaldo ciudadano, transform¨¢ndose adem¨¢s en gobiernos para una minor¨ªa y generando un problema de legitimidad para el conjunto del sistema pol¨ªtico.
Los dos ¨²ltimos eventos electorales se efectuaron con voto obligatorio, previo acuerdo de su restablecimiento legal. As¨ª ocurri¨® con el plebiscito de salida, del 4 de septiembre de 2022, y con la reciente elecci¨®n de los miembros al Consejo Constitucional, en el marco de un nuevo proceso constituyente. En el plebiscito de salida se impuso con holgura la opci¨®n de rechazo (61,8%) a la propuesta de nuevo texto constitucional. En la elecci¨®n de consejeros del domingo pasado, obtuvo una rotunda victoria el Partido Republicano (35,4%), de extrema derecha, que junto a la votaci¨®n obtenida por el resto de la derecha (21,7%), le permitir¨¢ a ese sector tener el control del nuevo proceso constituyente.
En ambos casos, la puesta en vigencia del voto obligatorio permiti¨® la participaci¨®n de una franja, que fluctuaba entre un 40 a 50%, de no concurrente a eventos electorales previos. Vale decir, un segmento de la poblaci¨®n desafecto o que con frecuencia manifestaba un desinter¨¦s por la pol¨ªtica. En ambos casos, y sobre todo en la reciente elecci¨®n, la presencia de ese segmento de desinteresados tendi¨® a sintonizar con el discurso de la derecha m¨¢s extrema.
Pese a ello, el resultado favorable al Partido Republicano no puede ser interpretado como une efecto directo del voto obligatorio. Previo a 1973, en a?o del golpe de Estado, la ampliaci¨®n de la participaci¨®n favoreci¨® a sectores de centro e izquierda, partidarios de reformas estructurales profundas. En los ¨²ltimos a?os, en Europa, la extrema derecha ha crecido y tenido mejor desempe?o electoral en pa¨ªses en los cuales existe voto voluntario: Francia, Italia, Espa?a, Finlandia, entre otros. En Chile, Jos¨¦ Antonio Kast obtuvo el primer lugar en la primera vuelta de las elecciones de 2021, estando en vigencia el voto voluntario.
El reciente triunfo del Partido Republicano se explica por tres importantes factores.
En primer lugar, por haber canalizado de manera efectiva el malestar generado por el proceso constituyente anterior, mientras que el resto de la derecha decidi¨® respaldar la continuidad de dicho proceso tras el plebiscito del 4 de septiembre. En segundo lugar, porque es el Partido Republicano quien ofrece una promesa de orden y estabilidad, en un contexto marcado por el incremento de la delincuencia, los efectos de la crisis migratoria, la contracci¨®n econ¨®mica y el aumento de la inflaci¨®n. Fen¨®menos, todos ellos, que han sido parte del repertorio del crecimiento de la derecha en pa¨ªses europeos. En tercer lugar, una cr¨ªtica frontal a la gesti¨®n del actual Gobierno.
En un contexto marcado por la agudizaci¨®n de la crisis de las instituciones pol¨ªticas, el establecimiento del voto obligatorio parece una medida tard¨ªa, pero no por eso innecesaria. En efecto, ingresa un contingente de electores apolitizados, con escaso inter¨¦s en los asuntos p¨²blicos y que se hab¨ªa restado de participar en los comicios anteriores. Para que los ciudadanos se hagan responsables del acto de votar se requiere de tiempo, as¨ª como de un proceso de socializaci¨®n, en el cual intervienen otros agentes e instituciones. En suma, se requiere de un tiempo para la adaptaci¨®n y la normalizaci¨®n de ciertas pr¨¢cticas. De ah¨ª que el voto obligatorio, al ser establecido, puede tener efectos no esperados, al dejar espacio a que los electores puedan ser permeados por fuerzas antisist¨¦micas o antidemocr¨¢ticas. No obstante, tambi¨¦n garantiza una mayor legitimidad de las decisiones adoptadas, algo que resulta crucial trat¨¢ndose de la elecci¨®n de representantes y autoridades, o bien de un proceso de cambio institucional.