D¨ªa de los Patrimonios: el pa¨ªs que renace en cada generaci¨®n
Chile se hizo independiente con apoyo ingl¨¦s, pero los hijos de los patriotas miraron hacia la Francia liberal y sus nietos a la Alemania socialdem¨®crata. As¨ª sigue hasta ahora, de ensayo en ensayo
El centro de Santiago de Chile est¨¢ marcado por el germ¨¢nico Barrio C¨ªvico. S¨®lido, sobrio, austero, parec¨ªa una imagen del pa¨ªs mismo destinada a perdurar. Pero, entre el estallido social y los migrantes indocumentados viviendo en carpas en la calle, hoy se le ve algo da?ado, rayado, empobrecido. Ya no es la imagen solemne de los poderes p¨²blicos, tal vez porque ahora no se sabe muy bien d¨®nde est¨¢n alojados los poderes. Chile vive una nueva transici¨®n ¨Cotra ...
El centro de Santiago de Chile est¨¢ marcado por el germ¨¢nico Barrio C¨ªvico. S¨®lido, sobrio, austero, parec¨ªa una imagen del pa¨ªs mismo destinada a perdurar. Pero, entre el estallido social y los migrantes indocumentados viviendo en carpas en la calle, hoy se le ve algo da?ado, rayado, empobrecido. Ya no es la imagen solemne de los poderes p¨²blicos, tal vez porque ahora no se sabe muy bien d¨®nde est¨¢n alojados los poderes. Chile vive una nueva transici¨®n ¨Cotra m¨¢s¨C, y a poca distancia todav¨ªa se observa la influencia de los liberales que se inspiraron en Francia, en varios barrios centrales de la capital chilena.
Hasta ella lleg¨® Rub¨¦n Dar¨ªo, el renovador de la poes¨ªa en castellano, pionero en la creaci¨®n de una identidad americana, en sondear los patrimonios propios y en enriquecer nuestra lengua al introducirle hermosas palabras del Caribe, como hurac¨¢n, hamaca, barbacoa, tibur¨®n, caim¨¢n y can¨ªbal.
Se fue a vivir a Chile en 1886, atra¨ªdo por el sue?o latinoamericano de Benjam¨ªn Vicu?a Mackenna, mismo a?o en que muri¨® este l¨ªder liberal que marc¨® a Santiago de Chile con sus inspiraciones francesas, pero tambi¨¦n por revalorar lo ind¨ªgena y lo espa?ol. Ambos pensaban que Am¨¦rica Latina era el laboratorio social de la humanidad, el continente donde ya conviv¨ªan blancos y pieles rojas, asi¨¢ticos y africanos, la tierra de todos. Aqu¨ª se gestaba el comienzo del futuro.
El propio Vicu?a Mackenna inaugura la cultura patrimonial para conectar a Chile con sus ra¨ªces, algo nada f¨¢cil por entonces, porque evoca lo ind¨ªgena ¨Ccuando ya se hab¨ªan iniciado las campa?as para ocupar La Araucan¨ªa-, y tambi¨¦n lo espa?ol ¨Ccuando la Armada hispana hab¨ªa bombardeado y destruido medio Valpara¨ªso poco antes, en 1866¨C.
Chile ha sido terreno f¨¦rtil para ensayar modelos, desde los patriotas lectores de la prensa inglesa e importadores de libros desde Londres. A sus hijos les parecer¨ªa necesario hacer m¨¢s profunda la democracia y vino el periodo franc¨®filo, en que se construyen en Santiago m¨¢s de 300 palacios y mansiones.
Luego, como se advierte en el entorno del palacio presidencial de La Moneda, que est¨¢ rodeado de edificios c¨ªvicos que recuerdan el hechizo alem¨¢n de hace un siglo, una nueva generaci¨®n ¨Claica y mas¨®nica, hija de la educaci¨®n p¨²blica- lleg¨® al Gobierno. El solemne Barrio C¨ªvico recuerda el momento en que la ornamentaci¨®n francesa fue considerada innecesaria, lujo in¨²til, y se reemplaz¨® por una est¨¦tica germana y homog¨¦nea, uniforme, para confirmar que todos somos iguales ante la ley.
Sin embargo, hoy, en este pa¨ªs tan inventor de futuros, muy pocos d¨ªas despu¨¦s de que muriera la fundadora del D¨ªa del Patrimonio ¨CMarta Cruz Coke¨C, esta gran fiesta cultural, la m¨¢s grande del pa¨ªs, vuelve a movilizar a miles de familias por todo Chile, especialmente por el casco hist¨®rico en la capital, para conocer muchos edificios con historia que habitualmente est¨¢n cerrados al p¨²blico, la mayor¨ªa testimonio de alguna de esas tendencias que intentaron llevar el pa¨ªs a un mejor futuro; los sue?os de cada ¨¦poca, como estaciones de ferrocarril, bodegas de vi?as, observatorios astron¨®micos, pueblos mineros abandonados, ahora son paseos para asomarse al pasado.
Eso s¨ª, el patrimonio tiene un rostro nuevo porque todav¨ªa hay huellas de los incendios y murales y rayados que, en octubre de 2019, en el estallido social, da?aron m¨²ltiples fachadas. Ni siquiera se salv¨® el Museo Violeta Parra, creado en homenaje a la admirada artista popular, como si en lugar de renegar del pasado para iniciar un tiempo nuevo se hubiera querido borrarlo todo. Tal vez porque, aunque Chile figure en varios ¨ªndices entre los pa¨ªses de mayor bienestar en la regi¨®n, todav¨ªa persisten deficiencias en salud, educaci¨®n, vivienda y pensiones. De ah¨ª el esp¨ªritu refundacional de la actual generaci¨®n en el poder, la del joven presidente Gabriel Boric, que se consolid¨® con la promesa de otro ensayo m¨¢s.
?Por qu¨¦, entonces, el ¨¦xito del D¨ªa de los Patrimonios, en un pa¨ªs tan obsesionado con un futuro siempre nuevo?
El casco hist¨®rico, con sus nutridos monumentos ¨Cen Santiago Centro y Santiago Poniente-, es un ¨¢rea menor dentro de la extensa metr¨®polis chilena, la que cuenta con una poblaci¨®n que se acerca a los seis millones de habitantes. A su alrededor son amplias las periferias donde habitan miles de familias, hijas o nietas de campesinos, cuya cultura ¨Cderivada de los pueblos originarios y de los espa?oles¨C, subsiste en el subsuelo, siempre m¨¢s conservadora o de centro, al margen de las innovadoras b¨²squedas de las ¨¦lites. Son las que tienen ra¨ªces ocultas, las que se reconocen en un pasado mestizo que ellos no han olvidado, las que todav¨ªa admiran los hitos del pasado y jam¨¢s rayar¨ªan una fachada, las que consideran a Violeta Parra entre las grandes chilenas de la historia.
Con raz¨®n este Gobierno cambi¨® el D¨ªa del Patrimonio por el D¨ªa de los Patrimonios. De variados or¨ªgenes ¨¦tnicos y culturales, ellos reflejan la constelaci¨®n de tendencias que han configurado a la cultura en el pa¨ªs.