A la derecha de Kast
Hoy el Partido Republicano ya no es la fuerza pol¨ªtica que est¨¢ m¨¢s a la derecha en el espectro pol¨ªtico chileno
Al igual que el proceso constitucional anterior en Chile, el proceso actual ha contribuido a mostrar c¨®mo se han movido las placas tect¨®nicas de nuestra pol¨ªtica desde el estallido social de 2019 en adelante. Ese proceso ya estaba ocurriendo desde antes, y se ha ido consolidando en la izquierda con la aparici¨®n del ...
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Al igual que el proceso constitucional anterior en Chile, el proceso actual ha contribuido a mostrar c¨®mo se han movido las placas tect¨®nicas de nuestra pol¨ªtica desde el estallido social de 2019 en adelante. Ese proceso ya estaba ocurriendo desde antes, y se ha ido consolidando en la izquierda con la aparici¨®n del Frente Amplio (aunque con enormes dificultades para gobernar). En la derecha, los signos de este reacomodo aparecieron con la primera carrera presidencial de Jos¨¦ Antonio Kast en 2017, y luego la del Partido Republicano. Esta nueva derecha se sostuvo originalmente sobre una agenda muy cr¨ªtica con las versiones moderadas de ese sector. La llamaron derechita cobarde, light, amarilla, acomplejada, entre otros ep¨ªtetos. A su alero, tambi¨¦n, comenz¨® a manifestarse una contracultura de ese sector, que no solo defiende una vuelta a los cimientos, sino que lo hace desde la provocaci¨®n y la agresi¨®n permanente.
Kast fue descrito como el non plus ultra del mundo conservador. Pero en el transcurso de este a?o, su movimiento ha comenzado a escindirse, acusado esta vez ¨¦l como entreguista, acomplejado o d¨¦bil. Cr¨ªa cuervos y te sacar¨¢n los ojos, reza el refr¨¢n. M¨¢s all¨¢ de su responsabilidad en ese proceso pol¨ªtico (que ya habr¨¢ tiempo para comentar en el futuro), lo cierto es que hoy el Partido Republicano ya no es la fuerza pol¨ªtica que est¨¢ m¨¢s a la derecha de nuestro espectro. Voceros antes separados han hecho causa com¨²n y disparan con fuerza contra los republicanos por su participaci¨®n en el debate constitucional, su respeto de las 12 bases y la articulaci¨®n de un texto que, nos guste m¨¢s o menos, recoge banderas hist¨®ricas de la centroizquierda. Algo de esto hab¨ªa aparecido con el senador republicano Rojo Edwards y su oposici¨®n interna a Kast desde el movimiento Un Militante Un Voto (UMUV), pero hoy, frente al plebiscito del 17 de diciembre, ha ganado en tracci¨®n.
Son ellos (y, particularmente, ellas), los grupos a la derecha de JAK, quienes han asumido el protagonismo de la opci¨®n En contra a la nueva Constituci¨®n desde la derecha. Es lo que representan los ¨¢cidos comentarios de Iv¨¢n Poduje, que rompe un ejemplar del proyecto en un v¨ªdeo; la agresividad desfachatada de Teresa Marinovic; el meg¨¢fono y el apriete de Francisco Mu?oz, antes conocido como Pancho Malo; los seudoan¨¢lisis pol¨ªticos de Vanessa Kaiser y su fijaci¨®n con la Agenda 2030 de la ONU. Son ellos quienes quedan en pie ante un eventual fracaso del partido de Kast, es su estilo rompedor el que ganar¨ªa tracci¨®n frente a ese escenario. Es decir, no solo las ideas que ellos defienden (que no parecen estar tan claras), sino tambi¨¦n un modo de enfrentar la discusi¨®n que se volver¨ªa m¨¢s atractivo, herman¨¢ndonos con los procesos que ya hemos visto en otros pa¨ªses.
En esta coyuntura, por parad¨®jico que suene, Kast es el cerco sanitario que contiene a la derecha disruptiva. No era descabellado que algo as¨ª sucediera: pese a todas las cr¨ªticas que uno pudiera formular contra el candidato, es innegable que se trata de un personaje de talante m¨¢s bien institucional, con una trayectoria hecha al alero de un partido tradicional, y sin la ret¨®rica extravagante de Donald Trump, Javier Milei y Jair Bolsonaro. Las ideas que antes eran indecibles se suman a un estilo todav¨ªa m¨¢s confrontacional y desestabilizador.
Cuando fracasa la pol¨ªtica institucional, cuando esta naufraga en su propia imposibilidad de generar soluciones (y vaya que tenemos temas en los que ha sido dif¨ªcil avanzar, descontando la Constituci¨®n), ganan los outsiders. Es esa situaci¨®n la que las izquierdas criollas no parecen calibrar correctamente, ni entender la dimensi¨®n del adversario con el que hoy comparten techo. El riesgo no est¨¢ simplemente en materia de ideas, sino tambi¨¦n en temas que debieran ser caros para aquel sector: el cuidado de las instituciones, la relevancia de los tratados internacionales, la posibilidad de un di¨¢logo democr¨¢tico. Esa derecha sin filtros es tan eficaz como corrosiva, pues toca una fibra sensible en la ciudadan¨ªa, la fibra de un pa¨ªs cansado, molesto, decepcionado con sus representantes, que no solo quiere que se jodan algunos, como apareci¨® en la franja publicitaria de la opci¨®n A favor, sino que busca el desmontaje, el que se vayan todos, el la casta tiene miedo.
Har¨ªan bien en considerar lo que est¨¢n alentando. No vaya a ser que un eventual triunfo termine con la izquierda engullida por sus aliados circunstanciales.