Pelear, educar, informar e influir
En su reciente y ambiciosa ¡®Historia del periodismo en Chile¡¯, el escritor Alfredo Sep¨²lveda nos relata de manera entretenida y equilibrada el devenir que han debido sortear medios y periodistas desde los albores de la Independencia
Arma de la pol¨ªtica, instrumento para la educaci¨®n de las masas, veh¨ªculo de la verdad objetiva o herramienta para fiscalizar a los poderes del Estado. A lo largo de nuestra vida republicana el periodismo se ha comprendido de distintas maneras, aunque una constante en esta historia ha sido la intensa y no siempre f¨¢cil relaci¨®n que este oficio ha mantenido con el poder. En su reciente y ambiciosa Historia del periodismo en Chile (Sudamericana), el escritor Alfredo Sep¨²lveda nos relata de manera entretenida y equilibrada el devenir que han debido sortear medios y periodistas desde que, en los albores de la Independencia, Camilo Henr¨ªquez comandara con ¨ªmpetu revolucionario la labor de la Aurora de Chile. Al mismo tiempo, las pugnas entre el Gobierno del presidente Boric con los medios o el rol que el periodismo puede jugar cuando explotan acusaciones masivas de corrupci¨®n, como lo hemos visto estas semanas, hacen que estas reflexiones gocen de particular actualidad.
El libro sigue de manera cronol¨®gica los principales hitos de esta historia hasta llegar a nuestros d¨ªas. El ejercicio es dif¨ªcil, pero Sep¨²lveda logra su cometido de manera m¨¢s que satisfactoria. As¨ª, conocemos las peripecias del ya mencionado Henr¨ªquez, de Andr¨¦s Bello, Francisco Bilbao, los distintos Agust¨ªn Edwards, Luis Emilio Recabarren o Dar¨ªo Sainte Marie a la hora de fundar, dirigir o escribir en diversos medios, aunque tambi¨¦n le sigue los pasos a personajes menos conocidos que estuvieron detr¨¢s de proyectos que a¨²n resuenan en nuestra memoria, como El Chileno, El Ferrocarril, El Diario Ilustrado, Zigzag o El Peneca, entre muchos otros proyectos informativos que pueblan las p¨¢ginas de este libro. El centro, eso s¨ª, est¨¢ puesto en la relaci¨®n que el periodismo ha tenido con la pol¨ªtica, un v¨ªnculo que nunca ha sido sencillo, pues la censura o las amenazas de los ¨®rganos de poder siempre han tendido a aparecer cuando la divulgaci¨®n o el an¨¢lisis de los engranajes del Estado o de hechos poco decorosos de los dirigentes asoman en p¨¢ginas y pantallas.
Todos los grandes hitos de nuestra historia republicana han sido observados y analizados por los medios de comunicaci¨®n. La independencia y sus guerras, la inestabilidad del siglo XIX y la incipiente institucionalizaci¨®n pol¨ªtica de Chile se reflejar¨¢ en las diversas empresas period¨ªsticas que, en esos primeros a?os de vida republicana, estar¨¢n ¨ªntimamente atadas a personas concretas. El paso del tiempo, empero, ver¨¢ aparecer proyectos m¨¢s complejos y ambiciosos, con El Mercurio de Valpara¨ªso y El Ferrocarril como emblemas de una nueva ¨¦poca. De manera paulatina, ellos ser¨¢n ejemplo de un nuevo modo de hacer periodismo, donde todo gira en torno a la importancia de la noticia, de los hechos novedosos que se deben comunicar a un p¨²blico amplio. Ese quehacer, adem¨¢s, har¨¢ que cobre importancia un nuevo tipo de profesional: los reporteros. Ellos ya no podr¨¢n dedicarse puramente a la difusi¨®n de ideas o a la publicaci¨®n de noticias recibidas desde el extranjero, sino que deber¨¢n salir a buscar las novedades para poder transmitirlas, con premura, a sus lectores. Este tipo de oficio es al que Sep¨²lveda parece tener mayor simpat¨ªa: un periodismo informativo y con pretensi¨®n de objetividad, que cree en la posibilidad de mostrar los hechos y despu¨¦s, solo despu¨¦s, interpretar qu¨¦ est¨¢ pasando en la sociedad.
Un cambio particularmente relevante vendr¨ªa aparejado con la Guerra del Pac¨ªfico, no solo por la necesidad de los medios por informar acerca de un conflicto que suced¨ªa en un lugar particularmente lejano en t¨¦rminos geogr¨¢ficos. Sobrevino tambi¨¦n por estos a?os un sentimiento patri¨®tico ¡ªa ratos patriotero, en palabras del autor¡ª que se exacerb¨® en la opini¨®n p¨²blica y que busc¨® apoyar la causa chilena contra Per¨² y Bolivia a partir del relato de los hechos de la guerra, recabados por los corresponsales. En este escenario ¡ªy atada al desarrollo de t¨¦cnicas gr¨¢ficas que permit¨ªan la inclusi¨®n de caricaturas y dibujos¡ª, para Sep¨²lveda adquiere una particular relevancia la prensa sat¨ªrica: al ser los peri¨®dicos una herramienta de lucha pol¨ªtica, la burla contra el adversario se convirti¨® en un elemento central del periodismo. Ya sea contra Balmaceda, las ¨¦lites econ¨®micas o la jerarqu¨ªa cat¨®lica, hubo una amplia tradici¨®n de peri¨®dicos que, desde la virulencia y mordacidad, llegaron a las audiencias con bastante ¨¦xito. Sin embargo, el autor no escatima las cr¨ªticas a este tipo de publicaciones, las que tuvieron tambi¨¦n su cuota de responsabilidad al horadar la convivencia democr¨¢tica durante los sesenta y principios de los setenta.
Esta historia tambi¨¦n es un relato de una creciente complejizaci¨®n del panorama period¨ªstico: si en los a?os de la Independencia esta labor la ejerc¨ªan solo unos pocos medios impresos, producidos en precarias m¨¢quinas importadas del extranjero, el paso del tiempo permite que la tecnolog¨ªa modifique por completo el escenario e introduzca nuevos actores en ¨¦l. La inmediatez del tel¨¦grafo, la masividad que permiten imprentas m¨¢s grandes y r¨¢pidas, la posibilidad de transmitir voz y m¨²sica con la radio y, luego, im¨¢genes con la televisi¨®n, y para qu¨¦ decir la irrupci¨®n de internet, lo cambian todo. La sofisticaci¨®n tecnol¨®gica ir¨¢ de la mano, a lo largo del siglo XX, con una mayor profesionalizaci¨®n de tareas que hasta entonces se aprend¨ªan a pulso. De ese modo, la organizaci¨®n de congresos, la creaci¨®n de gremios y la instauraci¨®n de la carrera de periodismo en muchas universidades durante la segunda mitad del siglo pasado ser¨¢ un intento por responder a los desaf¨ªos que se cern¨ªan sobre un oficio que sufri¨® muchos cambios de manera muy acelerada. Sin embargo, esta multiplicidad de alternativas para informarnos ha ido de la mano con lo que Sep¨²lveda afirma que es, en nuestros d¨ªas, una gran crisis de la profesi¨®n: crisis econ¨®mica para la industria, precarizaci¨®n laboral de sus empleados, baja credibilidad de los medios.
Hay, en esta Historia del periodismo en Chile, muchos otros temas: el v¨ªnculo entre periodismo y bohemia, el af¨¢n educativo de muchos medios de comunicaci¨®n o las tensiones a las que se vio enfrentada esta actividad durante las d¨¦cadas del sesenta y setenta, entre otros. Como el centro del relato est¨¢ puesto en la relaci¨®n entre periodismo y pol¨ªtica, es menor el espacio con el que se aborda el lugar del entretenimiento en los medios ¡ªen particular de la televisi¨®n y la radio, donde ha jugado una alta relevancia¡ª, aunque son muchas las preguntas que se abren en esa l¨ªnea a lo largo de todo su relato. Con todo, este nuevo libro de Alfredo Sep¨²lveda es una lectura obligada para comprender la responsabilidad que tiene este cuarto poder de interrogar y cautelar el correcto funcionamiento de las otras instituciones pol¨ªticas. A pesar de los enormes cambios que ha sufrido este oficio en los dos ¨²ltimos siglos, esa labor contin¨²a m¨¢s viva que nunca.