Alfredo Sep¨²lveda: ¡°Entre 1925 y 2001, no hay periodista famoso en Chile que no se haya ido preso¡±
El autor de la ¡®Historia del Periodismo en Chile¡¯, lanzado en julio, aborda las complejidades y la evoluci¨®n de la prensa, su relaci¨®n con la pol¨ªtica, la irrupci¨®n de las mujeres y la persecuci¨®n
Durante cuatro a?os, el periodista Alfredo Sep¨²lveda (Santiago, 54 a?os) investig¨® sobre los or¨ªgenes de la prensa chilena, desde La Aurora de Chile, el primer diario (1812-1813) creado por fray Camilo Henr¨ªquez, hasta la irrupci¨®n de las redes sociales. Fue mientras daba clases en distintas universidades que se dio cuenta que no hab¨ªa un relato unificado reciente sobre la contundente trayectoria de cientos de peri¨®dicos, su relaci¨®n con el poder y la pol¨ªtica y de muchos de sus protagonistas, entre ellos decenas de mujeres que tuvieron un papel clave y a quienes les cost¨® entrar a las salas de redacci¨®n y que se les reconociera. Pero que, con el tiempo, se convirtieron en mayor¨ªa. As¨ª es como surgi¨® La Historia del Periodismo en Chile (Sudamericana), un libro lanzado en julio y que aparece 68 a?os despu¨¦s de la ¨²ltima publicaci¨®n que aborda por completo el tema, Prensa y periodismo en Chile (1812-1956), de Ra¨²l Silva Castro (1903-1970).
Sep¨²lveda es periodista, escritor y profesor de la Universidad Diego Portales, y cursa un mag¨ªster en historia. Trabaj¨® durante m¨¢s de 10 a?os en el diario El Mercurio, hasta que decidi¨® dar un paso y trabajar como acad¨¦mico. Es autor de varios libros, entre ellos Bernardo, una biograf¨ªa de O¡¯Higgins; Independencia, seis cr¨®nicas hist¨®ricas; Breve historia de Chile, de la ¨²ltima glaciaci¨®n a la ¨²ltima revoluci¨®n y La Unidad Popular, los mil d¨ªas de Allende y la v¨ªa chilena al socialismo.
El periodista recibe a EL PA?S en su oficina en el centro de Santiago. Recuerda que cuando usaba en sus clases el texto de Silva Castro, a quien describe como ¡°todo un caballero¡± y a su libro de 1956 como ¡°una obra monumental y detallista en extremo¡±, tambi¨¦n se percat¨® de que hab¨ªa dejado fuera algunas publicaciones: ¡°Ignora los diarios que no le gustaban. Escribe en medio del fen¨®meno del diario Clar¨ªn (1954 y 1973), que desprecia. Clar¨ªn era sensacionalista, pero yo le llamo prensa popular comercial¡±.
Sep¨²lveda dice que, independiente del tema que convoca su investigaci¨®n, su nuevo libro est¨¢ lejos de ser solo para periodistas. ¡°Al principio estaba con esa duda. Y despu¨¦s me dije: bueno, el periodismo es como la democracia, te rodea y no hay nadie que sea ajeno como p¨²blico. As¨ª que sospecho que es de inter¨¦s general¡±. Y cuenta que mientras lo escrib¨ªa, y hablaba, por ejemplo, de Luis Hern¨¢ndez Parker, Premio Nacional de Periodismo 1954, pensaba que los chilenos, al leer su nombre, ¡°se ir¨ªan acordando de su relaci¨®n vital con el periodismo y con los periodistas, pues es algo dif¨ªcil de olvidar¡±.
En su revisi¨®n encontr¨® datos llamativos del siglo XlX: ¡°Hubo un periodismo muy importante, exagerado para la cantidad de gente que viv¨ªa en Chile y para la cantidad de diarios que hab¨ªa por el nivel del alfabetismo. Fue porque invert¨ªan en imprentas cada vez m¨¢s modernas que les permit¨ªan hacerlo mucho m¨¢s r¨¢pido¡±. Y pese a que eran muchos los peri¨®dicos, ¡°fueron siempre un negocio relativamente pobre. Las descripciones que hay de la prensa del XIX es que eran lugares muy sucios, pues la imprenta y las salas de redacci¨®n estaban juntas. Se reporta que hab¨ªa sof¨¢s totalmente arruinados y mesas viejas. Pero el negocio en esa ¨¦poca era la influencia en el sistema pol¨ªtico, no era plata para llevarse al bolsillo¡±.
Una tem¨¢tica que, cuenta, le pareci¨® especialmente interesante, fue la aparici¨®n de las mujeres en el periodismo. ¡°Es un temazo. Ocurre con el periodismo universitario a partir de los a?os 50, que genera un cambio cultural que es loco y muy r¨¢pido, pues pasa de ser una profesi¨®n fundamentalmente masculina, con grandes excepciones que son importantes, a ser una casi igualitaria pues las matr¨ªculas en las escuelas fueron con una presencia femenina mayor, que salen de la universidad en los 50 y 60¡å. Y agrega: ¡°Eso fue bonito. Y fue interesante tambi¨¦n saber por qu¨¦ las mujeres no entraron antes, y eso fue porque era considerada en ese entonces como una profesi¨®n bohemia, ligada a la noche, y de mucha pobreza. No era una ocupaci¨®n para la ¨¦poca que fuera para ¡®una dama¡¯¡±.
Sin embargo, hubo excepciones, y muy relevantes, que llegaron al periodismo, previamente, de carreras como pedagog¨ªa e idiomas. ¡°As¨ª entra Lenka Franulic (1908-1961), quien fue Premio Nacional de Periodismo 1957. Es la ¨²nica mujer en cargos de jefatura en los a?os 40, 50 y 60. Lleg¨® a ser la directora de la revista Ercilla, pero dur¨® un a?o en el cargo pues ten¨ªa c¨¢ncer¡±.
Periodistas perseguidos
En su investigaci¨®n, Alfredo Sep¨²lveda ahond¨® en la persecuci¨®n a los periodistas en la historia chilena. ¡°La figura de la polic¨ªa entrando a las imprentas de los diarios se repiti¨® varias veces en los a?os cuarenta y cincuenta. Cuando en 1954 el c¨¦lebre periodista Luis Hern¨¢ndez Parker (o Hachep¨¦) recibi¨® el Premio Nacional de Periodismo, la Polic¨ªa de Investigaciones concurri¨® a su casa para escoltarlo a la estaci¨®n de trenes: el presidente Carlos Ib¨¢?ez hab¨ªa decretado su relegaci¨®n a Ays¨¦n por haber dado unas informaciones en su programa de radio que no fueron de gusto del mandatario, pero que, bajo la consigna de que podr¨ªan constituir alguna forma de sedici¨®n, facultaban que se le detuviera y se le enviara a otro lugar¡±.
Y enfatiza que el peor periodo de restricci¨®n a la libertad de expresi¨®n ¡°fue la dictadura militar [1973-1990], porque eso implic¨® asesinatos. Pero el siglo XX, en general, fue muy complejo para el ejercicio del periodismo, porque desde el a?o 1925 hasta el 2001 no hay periodista famoso que no se haya ido preso, pues enfrentaban la amenaza de c¨¢rcel por lo que escrib¨ªan [en 2001 se derog¨® una norma de la Ley de Seguridad Interior del Estado]. Esa fue una constante, aunque la dictadura lo exacerba todo pues los militares hacen una cuesti¨®n criminal¡±.
En el r¨¦gimen militar, a?ade, hubo ¡°toda una legislaci¨®n de decretos, leyes y cuerpos legales¡± que dict¨®, pero ¡°no las invent¨®, sino que las aument¨®¡±, pues tambi¨¦n las recogi¨® del pasado, puntualiza. Y recuerda en su libro que, en la v¨ªspera del plebiscito de 1988, en el que finalmente se impuso la opci¨®n No a la dictadura de Pinochet, hab¨ªa 25 periodistas de medios de comunicaci¨®n de oposici¨®n procesados por la justicia militar o civil, entre ellos M¨®nica Gonz¨¢lez, Juan Pablo C¨¢rdenas, Fernando Paulsen, Alberto Gamboa, Abraham Santib¨¢?ez y Patricia Verdugo.
Esa constante de persecuci¨®n en la historia chilena, dice Sep¨²lveda, ven¨ªa de muchos a?os atr¨¢s. Un caso olvidado, y que ¨¦l recuerda en su libro, fue el homicidio en 1932 del periodista Luis Mesa Bell. ¡°Hab¨ªa descubierto que funcionarios de la Polic¨ªa de Investigaciones (en ese entonces dependiente de Carabineros) hab¨ªan asesinado a un joven profesor de izquierda. Mesa Bell, militante del partido Nueva Acci¨®n P¨²blica, de ideolog¨ªa socialista, dirig¨ªa la revista Wik¨¦n, y en sus p¨¢ginas hab¨ªa expuesto a los culpables del asesinato, con nombre y apellido: la crema y nata de la unidad policial en Valpara¨ªso¡±. ¡°Lo molieron a golpes y lo dejaron tirado en una acequia¡±.
El brutal crimen, sin embargo, ¡°no fue una restricci¨®n que impidiera al periodismo desarrollarse. Los periodistas de esta ¨¦poca daban por hecho que iban a caer en la c¨¢rcel alguna vez¡±, dice Alfredo Sep¨²lveda.
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