?Chile en regresi¨®n ambiental?
La agenda pro-inversi¨®n que impulsa el Gobierno est¨¢ tomando una senda que va en contra de los principios preventivo y precautorio, vulnerando as¨ª el principio de no regresi¨®n necesario para el resguardo socioambiental en un escenario de crisis ecol¨®gica
La crisis clim¨¢tica y ecol¨®gica est¨¢ comenzando a poner en jaque en Chile a comunidades, ecosistemas y desarrollo productivo y estamos necesitando urgentemente un cambio transformador para conservar naturaleza.
Tenemos que ser capaces de resguardar el capital natural que nos queda, pues la ventana de oportunidad para detener y revertir la p¨¦rdida de biodiversidad e impedir que se desencadenen efectos irreversibles en nuestra sociedad y econom¨ªa, se est¨¢ cerrando. La inversi¨®n y el crecimiento econ¨®mico no pueden seguir siendo dicot¨®micos con el medio ambiente y el bienestar humano. Es una contradicci¨®n vital.
Semanas atr¨¢s, 160 organizaciones ambientales y comunitarias chilenas emitieron una declaraci¨®n dirigida al Gobierno y al Senado cuestionando la agenda pro-inversi¨®n que se est¨¢ impulsando, se?alando que significa un retroceso en materia socioambiental. Se alerta sobre un debilitamiento de los est¨¢ndares b¨¢sicos de resguardo.
Eclipsado por la agenda de ¡°permisolog¨ªa¡± que ha instalado el sector privado en la agenda p¨²blica, el Gobierno se ha embarcado en un complejo camino. Bajo el supuesto de que los plazos en permisos y evaluaciones ambientales ser¨ªan la gran traba que impide la inversi¨®n y el crecimiento, se est¨¢n impulsando diversos proyectos de ley que cruzan peligrosamente las fronteras entre simplificar la inversi¨®n y una notoria flexibilizaci¨®n de est¨¢ndares y salvaguardas socioambientales. Pareciera de a ratos que la discusi¨®n girara en torno a la premisa de sacar adelante proyectos a cualquier costo y en cualquier condici¨®n.
Si bien existe consenso sobre la necesidad de mejoras hacia una institucionalidad moderna, que dinamice permisos y evaluaciones en tiempo y forma, que mejore procesos e interoperatividad, la agenda pro-inversi¨®n que el Gobierno est¨¢ impulsando a nivel legislativo y territorial, est¨¢ tomando una senda que va en contra de los principios preventivo y precautorio, vulnerando as¨ª el principio de no regresi¨®n necesario para el resguardo socioambiental en un escenario de crisis ecol¨®gica.
Los proyectos de ley de permisos sectoriales, reforma al SEIA y administraci¨®n del borde costero y concesiones mar¨ªtimas, son algunos ejemplos donde se est¨¢ desequilibrando la balanza a favor del inter¨¦s privado y en desmedro del resguardo de nuestras comunidades, recursos naturales y bienes p¨²blicos. Se comienza a erosionar la institucionalidad ambiental y los acuerdos que hab¨ªamos sido capaces de ir construyendo durante los ¨²ltimos 20 a?os.
Pero pareciera ser que no se trata de un hecho aislado, ya que esto se da en un escenario de una agresiva arremetida de la industria del hidr¨®geno ¡°verde¡± sin las condiciones habilitadoras m¨ªnimas, escalada de extractivismo en materia de litio que sacrifica nuestros salares y una falta de compromiso institucional para hacerse cargo de las concesiones de salmonicultura en ?reas Protegidas. Preocupa adem¨¢s la accesoria implementaci¨®n del Acuerdo de Escaz¨², la lenta implementaci¨®n del Servicio de Biodiversidad y ?reas Protegidas, la err¨¢tica Ley de Cambio Clim¨¢tico y el aplazamiento de la Ley de Pl¨¢sticos de un solo uso, entre otros. ?Est¨¢ Chile en un proceso de regresi¨®n ambiental?
Si no somos capaces de detener la p¨¦rdida de biodiversidad con acciones concretas en esta d¨¦cada, nos costar¨¢ el doble actuar en la pr¨®xima y tomar acci¨®n representa importantes oportunidades de negocio e innovaci¨®n a trav¨¦s de enfoques sostenibles, como lo es la econom¨ªa positiva para la naturaleza. Seg¨²n estimaciones recientes dadas a conocer por IPBES, podr¨ªan generarse m¨¢s de 10 billones de d¨®lares estadounidenses en valor de oportunidades empresariales y 395 millones de puestos de trabajo en todo el mundo de aqu¨ª al 2030.
En el actual escenario de triple crisis que atravesamos (contaminaci¨®n, crisis clim¨¢tica y p¨¦rdida de biodiversidad) y con los riesgos que esto ya est¨¢ significando para nuestra sociedad y econom¨ªa, necesitamos rectificar el rumbo, retomar la senda del di¨¢logo pol¨ªtico en base a evidencia t¨¦cnico-cient¨ªfica, recuperar los m¨ªnimos comunes denominadores y garantizar responsablemente el debido equilibrio entre crecimiento y resguardo ambiental.
De lo contrario, en el corto plazo y sin poder todav¨ªa dinamizar inversi¨®n, estaremos institucionalizando el traspaso de externalidades negativas a comunidades y ecosistemas, profundizando injusticias territoriales y en definitiva ahondando crisis. De mantenerse la trayectoria que hemos visto en el Gobierno y en el Senado, es altamente probable que los mencionados proyectos de ley terminen contribuyendo a profundizar p¨¦rdida de capital natural, que los conflictos socioambientales escalen y se incremente la judicializaci¨®n, aumentando en definitiva los riesgos para la inversi¨®n.