Peter Piot: ¡°Solo estamos al comienzo de la pandemia de coronavirus¡±
El veterano vir¨®logo belga opina que la segunda ola podr¨ªa adoptar una forma distinta a la primera
Estamos solo al comienzo de la pandemia de coronavirus, aunque la segunda ola podr¨ªa adoptar una forma distinta de la primera. Lo afirma el veterano vir¨®logo Peter Piot, que ha pasado los ¨²ltimos 40 a?os sigui¨¦ndoles la pista a distintos virus y luchando contra ellos. El profesor Piot (Lovaina, 1949) colabor¨® cuando ten¨ªa 27 a?os en el descubrimiento del ¨¦bola y ha liderado la lucha contra el VIH y el sida. El cient¨ªfico, director de ...
Estamos solo al comienzo de la pandemia de coronavirus, aunque la segunda ola podr¨ªa adoptar una forma distinta de la primera. Lo afirma el veterano vir¨®logo Peter Piot, que ha pasado los ¨²ltimos 40 a?os sigui¨¦ndoles la pista a distintos virus y luchando contra ellos. El profesor Piot (Lovaina, 1949) colabor¨® cuando ten¨ªa 27 a?os en el descubrimiento del ¨¦bola y ha liderado la lucha contra el VIH y el sida. El cient¨ªfico, director de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres en el Reino Unido, y asesor especial sobre el coronavirus para la presidenta de la Comisi¨®n Europea Ursula von der Leyen, , contrajo el SARS-CoV-2 a comienzos de este a?o. En esta entrevista habla de la manera en que la covid-19 ha cambiado su punto de vista sobre la enfermedad, de por qu¨¦ necesitamos una vacuna y de las consecuencias de la pandemia a largo plazo.
Pregunta. Tras 40 a?os buscando virus, recientemente se las ha visto de cerca con el coronavirus. ?C¨®mo se encuentra?
Respuesta. Tard¨¦ tres meses en recuperarme desde que me puse enfermo, pero ahora vuelvo a sentirme m¨¢s o menos normal. Sin embargo, [mi experiencia] me ha ense?ado que la covid-19 es algo m¨¢s que gripe, o bien una enfermedad, que hace que el 1% tenga que recibir cuidados intensivos y muera. Entre esos dos extremos hay mucho. Pero me ha servido para entenderlo mejor. Ahora conozco el virus desde dentro, no solo por estudiarlo o luchar contra ¨¦l. Es una perspectiva muy distinta.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Ante todo, esta es una crisis relacionada con los seres humanos. Buena parte de las comunicaciones oficiales sobre la covid-19 hablan de aplanar la curva, y apenas de seres humanos. En segundo lugar, en cuanto a la percepci¨®n, el hecho es que no es una cuesti¨®n de ¡°o gripe o cuidados intensivos¡±. Va a dejar a mucha gente con afecciones cr¨®nicas. Por eso, personalmente, me hace sentirme doblemente motivado para luchar contra el virus. Tras haber luchado contra virus la mayor parte de mi vida, ahora uno me ha alcanzado, pero pienso que es tambi¨¦n la experiencia humana la que cambia las cosas. Es lo que en neerland¨¦s denominamos ervaringsdeskundige [un experto que ha aprendido de la experiencia]. Viene de la pol¨ªtica social. De modo que no se trata de que los expertos les digan a las personas lo que es bueno para ellas. Tambi¨¦n se habla con los afectados. Y yo procedo del movimiento del sida. En el VIH, ni se nos ocurr¨ªa dise?ar, desarrollar, y ni siquiera investigar sin involucrar a pacientes infectados de VIH. Y esa es m¨¢s o menos mi forma de pensar.
P. En la actualidad hay m¨¢s de nueve millones de casos de covid en todo el mundo y la pandemia se est¨¢ extendiendo por Latinoam¨¦rica. ?Cu¨¢l es su perspectiva de la situaci¨®n actual?
R. Bueno, francamente, lo primero es que las cifras se quedan cortas, sin duda, porque estos son los casos confirmados. De modo que probablemente estemos m¨¢s cerca de superar con creces los 20 millones, y pronto, el medio mill¨®n de muertes. Junto con el VIH, convertido ahora en una epidemia silenciosa que sigue matando a 600.000 personas cada a?o, y la gripe espa?ola [de 1918], el coronavirus es ciertamente no solo la mayor epidemia, sino tambi¨¦n la mayor crisis social en tiempos de paz. Si pensamos en Europa, pr¨¢cticamente todos los pa¨ªses han logrado contener la expansi¨®n del virus, y esa es una buena noticia. Las sociedades est¨¢n volviendo a ponerse en marcha y relajando algunas medidas. Y ahora tenemos que prepararnos para la llamada segunda ola. Espero que no sea un tsunami, sino algo m¨¢s parecido a los brotes que ya tenemos, por ejemplo, en una empresa c¨¢rnica de Alemania, o en lugares de ocio nocturno, en Corea. En el Reino Unido seguimos teniendo brotes en algunas residencias de ancianos. Creo que ahora tenemos que prepararnos para eso. Lo cierto es que estamos solo al comienzo de esta pandemia. Mientras haya personas propensas a infectarse, el virus estar¨¢ muy dispuesto a hacerlo, porque necesita nuestras c¨¦lulas para sobrevivir.
¡°Mientras haya personas propensas a infectarse, el virus estar¨¢ muy dispuesto a hacerlo, porque necesita nuestras c¨¦lulas para sobrevivir¡±
P. ?Hay alguna raz¨®n para el optimismo?
R. La buena noticia es tambi¨¦n la colaboraci¨®n cient¨ªfica, que no tiene precedentes. Es dif¨ªcil seguir el ritmo de la nueva informaci¨®n y de la ciencia que se est¨¢ publicando sobre algo que, aunque parezca incre¨ªble, tiene solo cinco meses. A veces me digo: ¡°Dios m¨ªo ?c¨®mo voy a mantenerme informado de todas las publicaciones?¡± Pero, por otra parte, es un problema bueno, porque en las anteriores epidemias la informaci¨®n no se compart¨ªa. Tambi¨¦n es ins¨®lito que las empresas y los pa¨ªses est¨¦n invirtiendo enormemente en el desarrollo de vacunas, medicamentos y dem¨¢s. De modo que es un rayo de esperanza.
P. Si estamos solo al comienzo de la pandemia, ?cu¨¢nto podr¨ªa durar?
R. No dispongo de una bola de cristal, pero podr¨ªa durar varios a?os. Yo dir¨ªa que, a corto o medio plazo, una vacuna supondr¨ªa una enorme diferencia, aunque dudo de que sea una vacuna eficaz al 100%. Hemos o¨ªdo promesas de que en octubre dispondremos tal vez de cientos de millones de vacunas. A todos los efectos pr¨¢cticos, es m¨¢s probable que sea en 2021, y eso realmente podr¨ªa ayudar a controlar la epidemia en gran medida. Pero seguiremos teniendo que cambiar nuestra forma de relacionarnos con los dem¨¢s. Si nos fijamos en Jap¨®n, por ejemplo, desde hace generaciones se ponen mascarilla para proteger a los dem¨¢s, incluso cuando tienen un simple resfriado. De modo que, adem¨¢s de esperar esta vacuna m¨¢gica, hace falta un cambio de conducta a gran escala.
¡°Yo dir¨ªa que, a corto o medio plazo, una vacuna supondr¨ªa una enorme diferencia, aunque dudo de que sea una vacuna eficaz al 100%
P. El marat¨®n de donantes organizado por la Comisi¨®n Europea ha recaudado casi 10.000 millones de euros en donaciones, que se repartir¨¢n entre vacunas, tratamientos, pruebas y el refuerzo de los sistemas sanitarios. En su opini¨®n, ?cu¨¢les son las prioridades para gastar este dinero? ?Y es suficiente?
R. Este marat¨®n de donaciones es necesario por dos razones: para asegurarnos de que haya dinero y para garantizar el acceso equitativo a las vacunas y otros recursos. La mayor necesidad es el desarrollo de la vacuna y su fabricaci¨®n. Pero lo m¨¢s importante es que [los fondos] no son solo para investigaci¨®n y desarrollo, sino tambi¨¦n para crear mecanismos que permitan el acceso de pa¨ªses pobres o que no son productores de vacunas. Podr¨ªa pensarse que es much¨ªsimo dinero, pero no es suficiente.
P. ?Por qu¨¦ no?
R. Lo ins¨®lito, tambi¨¦n, es que estamos hablando de miles de millones, no millones, de personas a las que hay que vacunar. Nunca se ha intentado. Aproximadamente 4.000 o 5.000 millones de personas necesitar¨¢n acceder a esta vacuna. Y eso significa tambi¨¦n miles de millones de viales de vidrio para envasarla. Hace falta ocuparse de todas estas cosas b¨¢sicas. Empresas y Gobiernos tienen que apostar e invertir en la fabricaci¨®n de vacunas sin saber siquiera si esa vacuna va a funcionar de hecho. Es un gran reto, pero por eso hace tanta falta tambi¨¦n dinero p¨²blico, porque va a ser un bien p¨²blico. Y est¨¢ tambi¨¦n el problema del ¡°nacionalismo de la vacuna¡±. Empez¨® cuando Estados Unidos dijo que las vacunas producidas en Estados Unidos ser¨ªan para los estadounidenses. Y si todos los pa¨ªses empiezan a hacer eso, la mayor¨ªa de los habitantes del mundo quedar¨¢n excluidos, porque solo unos cuantos pa¨ªses producen vacunas.
¡°El ¡®nacionalismo de la vacuna¡¯ empez¨® cuando Estados Unidos dijo que las vacunas producidas en Estados Unidos ser¨ªan para los estadounidenses. Y si todos los pa¨ªses empiezan a hacer eso, la mayor¨ªa de los habitantes del mundo quedar¨¢n excluidos¡±
P. ?C¨®mo nos aseguramos entonces de que no se deja a nadie de lado?
R. Es la gran pregunta. Pienso que, en definitiva, va a ser una cuesti¨®n pol¨ªtica. Y por eso insisto en que el acceso equitativo debe formar parte de la iniciativa de donaciones puesta en marcha por la Comisi¨®n. No se trata solo de reunir dinero para desarrollar la vacuna. Se trata de reunir dinero para desarrollar una vacuna accesible para todos los que la necesiten. Es muy distinto.
P. El mes pasado, declaraba usted en una entrevista que aprendemos a medida que navegamos y que sin vacuna no podr¨¢ reanudarse la vida normal. ?Sigue pensando lo mismo?
R. De manera un poco m¨¢s matizada. Ahora digo que vamos aprendiendo a medida que corremos porque navegar es un poco lento. En estos momentos, todo el mundo corre. Y sigo pensando que, sin vacuna, va a ser extremadamente dif¨ªcil recuperar una sociedad normal. Todo depender¨¢ de que las vacunas protejan contra la transmisi¨®n. En otras palabras, de que si yo me vacuno no pueda coger la enfermedad o, como en el caso de la gripe, que la vacuna sea especialmente ¨²til para prevenir el desarrollo de enfermedad grave y la mortalidad. Hay muchos elementos desconocidos. En mi opini¨®n, constituye la mayor prioridad para la ciencia y para la respuesta, porque si no hay vacuna, significar¨¢ que tendremos que convivir a?os con este virus.
P. ?Hay alguna candidata a vacuna que le entusiasme y que pueda destacar sobre las dem¨¢s?
R. No, porque hay unas cuantas. Pero lo hermoso en este momento es que hay muchos enfoques muy distintos para obtener una vacuna. Las hay de ARN (mensajero) y otras que utilizan m¨¦todos m¨¢s tradicionales. Personalmente, soy agn¨®stico.
P. Incluso aunque una vacuna pueda impedir que la gente enferme, ha mencionado que muchos padecer¨¢n afecciones cr¨®nicas. ?C¨®mo deber¨ªa organizarse la respuesta a m¨¢s largo plazo?
R. Estamos todos ocupados con la crisis aguda y, aunque ahora tenemos un poco de tiempo para prepararnos para estos brotes de la segunda ola, tambi¨¦n necesitamos mirar a m¨¢s largo plazo. Esto es evidente en lo que respecta al impacto econ¨®mico y social, pero tambi¨¦n para el impacto en la salud mental que ha tenido no solo la epidemia, sino tambi¨¦n las medidas para contrarrestarla ¨Cconfinamiento, ni?os que no van al colegio, etc¨¦tera¨C que podr¨ªan realmente exacerbar las desigualdades y las injusticias sociales. A menudo, las epidemias revelan las l¨ªneas divisorias de la sociedad y acent¨²an las desigualdades. Es algo que va mucho m¨¢s all¨¢ de los aspectos biol¨®gicos y m¨¦dicos, pero es lo que tenemos que planificar ahora.
Este art¨ªculo ha sido originalmente publicado en ingl¨¦s en Horizon, la revista de investigaci¨®n e innovaci¨®n de la UE. La investigaci¨®n de este art¨ªculo fue financiada por la UE.
Traducci¨®n de NewsClips.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra Newsletter.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- As¨ª evoluciona la curva del coronavirus en Espa?a y en cada autonom¨ªa
- Buscador: La nueva normalidad por municipios