Lo ¨²ltimo en tratamientos

Los m¨¦dicos usan la hidroxicloroquina, el remdesivir o la dexametasona para tratar a sus pacientes de covid. No son ninguna panacea, pero ayudan a algunas personas a superar la enfermedad. Algunos son antiinflamatorios, otros antivirales que bloquean la replicaci¨®n del SARS-CoV-2, el coronavirus que ha puesto el mundo patas arriba. El pr¨®ximo f¨¢rmaco ¡ªno hablamos ahora de vacunas, sino de tratamientos para los enfermos¡ª puede muy bien ser un tipo enteramente distinto de medicamento, uno que conocemos desde los a?os setenta pero cuyas aplicaciones m¨¦dicas no hacen sino crecer con fuerza en nues...

Los m¨¦dicos usan la hidroxicloroquina, el remdesivir o la dexametasona para tratar a sus pacientes de covid. No son ninguna panacea, pero ayudan a algunas personas a superar la enfermedad. Algunos son antiinflamatorios, otros antivirales que bloquean la replicaci¨®n del SARS-CoV-2, el coronavirus que ha puesto el mundo patas arriba. El pr¨®ximo f¨¢rmaco ¡ªno hablamos ahora de vacunas, sino de tratamientos para los enfermos¡ª puede muy bien ser un tipo enteramente distinto de medicamento, uno que conocemos desde los a?os setenta pero cuyas aplicaciones m¨¦dicas no hacen sino crecer con fuerza en nuestros tiempos. Se llaman anticuerpos monoclonales (explicar¨¦ esto m¨¢s abajo), y empiezan a dar resultados.

Dos compa?¨ªas farmac¨¦uticas, la gigante Eli Lilly y la biotecnol¨®gica emergente Regeneron, han revelado detalles de sus investigaciones, aun sabiendo que est¨¢n facilitando una informaci¨®n valiosa a su competidor. Su estrategia es utilizar un anticuerpo monoclonal, o un c¨®ctel de ellos, para tratar no a cualquier paciente, sino a un grupo especial de ellos: quienes dan positivo al virus pero no han desarrollado a¨²n unos s¨ªntomas graves. Es en esas personas, y no en otras, en las que el tratamiento con anticuerpos monoclonales puede mejorar bastante las cosas, seg¨²n los datos que Regeneron revel¨® este mi¨¦rcoles en una reuni¨®n telem¨¢tica con un grupo de inversores. Esa presentaci¨®n ha desatado en cierta medida la lengua de Eli Lilly, como informa Jon Cohen para Science. En ambos casos, los pacientes que se benefician del nuevo f¨¢rmaco no son los contagiados que ya han desarrollado anticuerpos por su cuenta, sino los que no lo han hecho.

La sangre de una persona contagiada por el coronavirus que haya superado la enfermedad, o que ni siquiera la haya sufrido, se est¨¢ convirtiendo en un valor de mercado. No me entiendan mal, no estoy proponiendo desangrar a media poblaci¨®n para curar a la otra media. Es cierto que el punto de partida de los nuevos f¨¢rmacos es la sangre de unos cuantos pacientes que se han recuperado de la covid, pero hay t¨¦cnicas m¨¢s sutiles que la del conde Dr¨¢cula para aprovechar la sabidur¨ªa de su sistema inmune. Si obtienes c¨¦lulas blancas (linfocitos) de uno de esos pacientes, puedes fusionarlas con otras c¨¦lulas que crezcan indefinidamente en cultivo, pero que ahora llevan los genes que fabrican el anticuerpo exacto deseado. De ah¨ª anticuerpos monoclonales.

Nuestro sistema inmune es una obra maestra de la evoluci¨®n biol¨®gica, o de la ¡°ingenier¨ªa natural¡±, como dir¨ªa el bi¨®logo molecular de la Universidad de Chicago James Shapiro. Consiste en un sistema gen¨¦tico sofisticado que genera combinaciones de m¨®dulos y variaciones sobre las combinaciones de m¨®dulos que, enfrentado con un virus invasor, detecta cu¨¢les de esas variantes lo reconocen mejor y las hace proliferar, modular su respuesta y hacerla m¨¢s y m¨¢s espec¨ªfica. ?Y saben qu¨¦? Todo ese espect¨¢culo gen¨¦tico proviene de un virus, uno que sab¨ªa ejecutar esos malabarismos y fue cooptado por nuestras c¨¦lulas para hacer el trabajo duro. Un virus. Nunca hay que infravalorar al enemigo.

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