La ciencia no basta

No es dif¨ªcil encontrar investigadores que se mofan de la filosof¨ªa. Un chiste de cient¨ªficos dice ¡°?en qu¨¦ se diferencia un fil¨®sofo de un f¨ªsico te¨®rico? Pues en que el fil¨®sofo trabaja con un l¨¢piz y un papel, y el f¨ªsico te¨®rico trabaja con un l¨¢piz, un papel y una papelera¡±. El chascarrillo pone de relieve el car¨¢cter provisional de la verdad cient¨ªfica, su permanente confrontaci¨®n con el mundo, su destino final en esa papelera que no tienen los fil¨®sofos. ¡°Las ¨²nicas verdades absolutas son las verdades matem¨¢ticas¡±, sol¨ªa decir el f¨ªsico Jorge Wagensberg, y ten¨ªa raz¨®n. No ya en la filos...

No es dif¨ªcil encontrar investigadores que se mofan de la filosof¨ªa. Un chiste de cient¨ªficos dice ¡°?en qu¨¦ se diferencia un fil¨®sofo de un f¨ªsico te¨®rico? Pues en que el fil¨®sofo trabaja con un l¨¢piz y un papel, y el f¨ªsico te¨®rico trabaja con un l¨¢piz, un papel y una papelera¡±. El chascarrillo pone de relieve el car¨¢cter provisional de la verdad cient¨ªfica, su permanente confrontaci¨®n con el mundo, su destino final en esa papelera que no tienen los fil¨®sofos. ¡°Las ¨²nicas verdades absolutas son las verdades matem¨¢ticas¡±, sol¨ªa decir el f¨ªsico Jorge Wagensberg, y ten¨ªa raz¨®n. No ya en la filosof¨ªa, sino ni siquiera en la ciencia, hay una sola teor¨ªa que haya durado cinco milenios, como el teorema de Pit¨¢goras. Cuando un matem¨¢tico demuestra un teorema ha grabado una verdad en un muro de granito, eterna e inmutable como el amanecer.

Con su caracter¨ªstica mala uva, Francis Crick, premio Nobel en 1962 por el descubrimiento de la doble h¨¦lice del ADN, declar¨® en 2006 a la escritora Susan Blackmore: ¡°Los fil¨®sofos suelen hacer buenas preguntas, pero carecen de t¨¦cnicas para responderlas¡±. Se aduce a veces, admite Crick, que el objetivo central de un fil¨®sofo es tratar con los problemas no resueltos, pero a?ade que es la ciencia quien acaba resolvi¨¦ndolos. En mi l¨ªnea favorita, el descubridor de la doble h¨¦lice asegura que la ¨²nica excepci¨®n a esa norma es Einstein, a quien se puede considerar un fil¨®sofo que no pensaba en palabras, sino en im¨¢genes y ecuaciones. Esto no es ya un dardo envenenado, sino un torpedo en la l¨ªnea de flotaci¨®n de la filosof¨ªa. Si el ¨²nico fil¨®sofo de la historia que ha tenido ¨¦xito es un cient¨ªfico, pues t¨² me dir¨¢s lo que queda para los herederos de S¨®crates.

Yo, lo confieso espont¨¢neamente, no querr¨ªa vivir en un mundo sin fil¨®sofos, ni sin escritores ni sin artistas

Yo, lo confieso espont¨¢neamente, no querr¨ªa vivir en un mundo sin fil¨®sofos, ni sin escritores ni sin artistas. M¨¢s a¨²n, creo que hay fil¨®sofos contempor¨¢neos ¨CDaniel Dennett, Michael Ruse, Jes¨²s Moster¨ªn¡ª que han permanecido muy atentos a la ciencia y han publicado libros que la analizan y la exponen al p¨²blico culto con una claridad de pensamiento extraordinaria. Es verdad que no tienen un laboratorio para encontrar las respuestas, pero sus meras preguntas pueden estimular a los cient¨ªficos a resolverlas. Y adem¨¢s hay muchas otras cuestiones, de la ¨¦tica al hedonismo, en que ¡®los de letras¡¯ tienen m¨¢s que decir que los cient¨ªficos.

El director ejecutivo de la Academia Brit¨¢nica de Londres, Hetan Shah, formado en Oxford en filosof¨ªa, pol¨ªtica y econom¨ªa, quiere introducir a ¡®los de letras¡¯ en el debate y la gesti¨®n de la pandemia en el mundo. La Academia Brit¨¢nica se fund¨® en 1902 y se dedica a promover las humanidades y las ciencias sociales. Shah arguye en Nature que los pol¨ªticos no solo necesitan a los cient¨ªficos, sino tambi¨¦n a los expertos en humanidades y ciencias sociales. ¡°La ciencia nos da vacunas¡±, dice, ¡°pero las humanidades nos ayudan a conocer las realidades sociales, como las dudas sobre la vacuna¡±. Da que pensar.

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