?Es posible resolver los problemas de una pandemia sin contar con las ciencias sociales?
Colectivos profesionales reprochan el abandono de disciplinas vitales para la gesti¨®n de un atolladero con innumerables derivadas sociales, pol¨ªticas y humanas
Durante la crisis del ¨¦bola, uno de los mayores problemas surg¨ªa en los funerales, porque al despedirse de sus seres queridos los velatorios se convert¨ªan en brotes, ya que los cad¨¢veres segu¨ªan siendo muy infecciosos. Se produc¨ªa una cantidad insoportable de contagios, pero las familias no hac¨ªan mucho caso de las tajantes recomendaciones de las autoridades sanitarias, generalmente llegadas de fuera de ?frica. Hasta que se puso en juego a un equipo de antrop¨®logos que, desde el conocimiento de la cultura y las costumbres, ayudaron a repensar estos velatorios junto a los l¨ªderes de las comunidades, y de este modo los rituales y las medidas sanitarias se hicieron compatibles.
Ahora, durante la crisis del coronavirus, todos anhelan que lleguen las vacunas. Pero la soluci¨®n solo llegar¨¢ si la gente se la pone. Por eso, el Ministerio de Ciencia cuenta con soci¨®logos para medir la percepci¨®n que tiene la sociedad espa?ola sobre esas vacunas. As¨ª podr¨¢n adelantarse a los posibles recelos dise?ando estrategias y campa?as, con ayuda de especialistas en comunicaci¨®n.
Son solo un par de ejemplos de los muchos en los que las ciencias sociales son de gran utilidad durante pandemias en las que, como es natural, todo el foco se pone en el campo biosanitario. Sin embargo, durante la gesti¨®n de la covid en Espa?a estas ramas del conocimiento humano se han ignorado casi por completo, seg¨²n denuncian sus colectivos profesionales. ¡°Nos preocupa porque en toda la gesti¨®n se ha dejado de lado los aspectos en los que pueden aportar mucho las ciencias sociales¡±, lamenta Arantxa Elizondo, presidenta de la Asociaci¨®n Espa?ola de Ciencias Pol¨ªticas y de la Administraci¨®n (AECPA). La organizaci¨®n que preside ha firmado un documento que denuncia esta situaci¨®n junto a otras asociaciones acad¨¦micas representativas de la antropolog¨ªa, la geograf¨ªa, la investigaci¨®n en comunicaci¨®n, la sociolog¨ªa y la pedagog¨ªa (ASAEE, AGE, AE-IC, FES y SEP).
¡°Desde el primer momento, la pandemia demostr¨® la virulencia de su dimensi¨®n social: sobre el empleo y el sistema productivo, sobre las geograf¨ªas formales (renta, movilidad, densidad) e informales (redes de solidaridad) de nuestras ciudades, sobre la gesti¨®n de los datos, la gesti¨®n hospitalaria, las estructuras familiares, la educaci¨®n online o los procesos de gobernanza de la administraci¨®n p¨²blica¡±, explica el comunicado que firman. Y contin¨²a: ¡°El mundo que la COVID-19 despleg¨® ante nuestros ojos result¨® ser, desde el primer momento, un mundo social. Llama la atenci¨®n, por tanto, la relegaci¨®n y abandono a que han sido sometidas las ciencias sociales desde los ¨®rganos de gesti¨®n pol¨ªtica de la COVID-19¡±.
¡°La virulencia de su dimensi¨®n social¡±
¡°Las ciencias humanas no podemos predecir, pero tenemos herramientas para distintos escenarios en funci¨®n de las medidas, o dibujar hacia qu¨¦ escenarios podemos conducir las situaciones¡±, asegura Cristina S¨¢nchez, presidenta de la Asociaci¨®n de Antropolog¨ªa del Estado Espa?ol.
¡°Un enfoque valiente, con la empat¨ªa en su n¨²cleo, nos ayudar¨¢ a superar esta crisis. A pesar de las dificultades, la COVID-19 nos urge a ir m¨¢s all¨¢ de las ciencias biom¨¦dicas en nuestra respuesta¡±, defendi¨® la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) la pasada semana, en una declaraci¨®n en la que ped¨ªan que se diera paso a especialistas de ciencias humanas para ayudar en la respuesta a la pandemia. ¡°En Alemania, el gobierno ha consultado a fil¨®sofos, historiadores, te¨®logos y cient¨ªficos sociales y del comportamiento, quienes proporcionaron valiosos aportes sobre el progreso educativo de los ni?os de familias desfavorecidas, la legitimidad de las restricciones y el equilibrio entre el apoyo p¨²blico y las normas morales contra las acciones coercitivas del estado¡±, explicaba la OMS como ejemplo.
¡°La mayor¨ªa de los pa¨ªses con los que nos gusta compararnos han financiado las ciencias sociales desde el principio¡±, asegura Alberto Cors¨ªn, antrop¨®logo social del CSIC y coordinador del comunicado de protesta. Cors¨ªn se?ala a pa¨ªses como Alemania, donde han financiado investigaciones sociales, el Reino Unido o EE UU, donde la Fundaci¨®n Nacional para la Ciencia lanz¨® en abril una convocatoria de proyectos de ¡°respuesta r¨¢pida¡± para llevar a cabo ¡°investigaciones no m¨¦dicas ni de atenci¨®n cl¨ªnica que se pueda utilizar de inmediato para explorar c¨®mo modelar y comprender la propagaci¨®n de COVID-19, informar y educar sobre la transmisi¨®n y prevenci¨®n y fomentar el desarrollo de procesos y acciones para abordar este desaf¨ªo global¡±.
Trabajar con las comunidades
Para ilustrar ejemplos en los que estos campos de conocimiento son ¨²tiles frente a la covid, Cors¨ªn recomienda los trabajos que est¨¢n recopilando en la Academia de Ciencias Sociales del Reino Unido, y recuerda la sensibilidad desplegada en la gesti¨®n del ¨¦bola, ¡°que est¨¢ muy presente en casi todas las investigaciones sociales que se hacen en el Reino Unido hoy en d¨ªa¡±. Como ejemplo contrario, en el que las cosas no han salido bien por ignorar a las ciencias sociales, Cors¨ªn se?ala la ¡°peliaguda¡± cuesti¨®n de delimitar el ¨¢mbito ¡°comunitario¡± en el que actuar epidemiol¨®gicamente en un territorio: distritos, ¨¢reas de salud, etc. Cada ciudad es un mundo, se?ala, y para entender cu¨¢les son las comunidades en las que intervenir, conviene estudiar ¡°geograf¨ªas de renta y desigualdad, edades y patrones de movilidad, los entramados de la econom¨ªa informal, etc¡±. ¡°A esto se refiere la OMS cuando dice que hay que trabajar con las comunidades. No intervenirlas, ni militarizarlas, ni aislarlas, ni medicalizarlas, sino trabajar con ellas¡±, a?ade.
Los tres consideran que estos momentos de desescalada y toma de medidas restrictivas para la poblaci¨®n, coordinadas entre administraciones, deber¨ªa haberse dejado aconsejar por el conocimiento de sus disciplinas. ¡°Para que no haya un fracaso de las medidas por falta de apoyo, al intervenir en los h¨¢bitos, los rituales, las costumbres, hay que entender las normas no escritas de c¨®mo funcionan nuestras sociedades¡±, advierte S¨¢nchez. Elizondo, desde su campo, explica todas las dificultades que han surgido en torno a la toma de decisiones, c¨®mo se han implantado y los obst¨¢culos que se encontraron: ¡°Todo este l¨ªo con las competencias, las relaciones entre gobiernos, son campos en los que podr¨ªamos estar aportando mejoras en las pol¨ªticas p¨²blicas¡±.
Que los j¨®venes no corran riesgos
¡°Los gestores p¨²blicos se est¨¢n enfrentando a una situaci¨®n dificil¨ªsima, pero ha fallado un an¨¢lisis que se podr¨ªa haber hecho sobre c¨®mo aplicar medidas, recurriendo a estudios y experiencias con los que los especialistas podr¨ªamos arrojar algo de luz¡±, resume Elizondo, profesora de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Tanto ella como S¨¢nchez, investigadora del CSIC, ponen el ejemplo del ocio nocturno juvenil, frente al que se toman medidas restrictivas, tras el diagn¨®stico de los cient¨ªficos, pero que luego resulta dif¨ªcil trasladar a la pr¨¢ctica. ¡°?C¨®mo puede hacerse, c¨®mo conseguir que los j¨®venes disfruten, se involucren y no corran riesgos?¡±, se pregunta Elizondo, quien se responde: implic¨¢ndoles y escuch¨¢ndoles con las herramientas de la sociolog¨ªa, la comunicaci¨®n, la pedagog¨ªa y la antropolog¨ªa. A?ade otro ejemplo: ¡°?Y c¨®mo conseguir que la gente se ponga la vacuna, c¨®mo se va a hacer el reparto, c¨®mo se va a distribuir, c¨®mo se va a organizar esa vacunaci¨®n masiva? Eso necesita una estructura, una organizaci¨®n log¨ªstica nueva, una coordinaci¨®n de administraciones para la compra¡±, indica Elizondo, quien pone a su campo de la ciencia pol¨ªtica y de la administraci¨®n como respuesta.
Estos especialistas tambi¨¦n ponen el foco en la evaluaci¨®n de la gesti¨®n, reclamada por epidemi¨®logos y especialistas en salud p¨²blica, pero en la que tienen mucho que decir, dado que buena parte de los problemas surgieron por los roces entre administraciones, la estructura administrativa de la sanidad o la estructura social y demogr¨¢fica de Espa?a. ¡°La ciencia no puede tomar decisiones, los cient¨ªficos tienen que ser los que digan lo que hay que hacer, lo que hace falta, pero ellos solo dan luz. Las decisiones las tienen que implementar quienes saben c¨®mo hacerlo¡±, recuerda Elizondo.
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