La pandemia golpea m¨¢s a los que menos tienen

Los mosquitos no escog¨ªan a qui¨¦n inocular la fiebre amarilla, aunque los adinerados blancos sure?os se lo pon¨ªan f¨¢cil. En Nueva Orleans, a mediados del siglo XIX, los ricos usaban a los esclavos negros y la mano de obra barata para mantener la distancia social mientras duraban los brotes. La econom¨ªa segu¨ªa en marcha gracias al esfuerzo de los sirvientes de origen africano, que si sobreviv¨ªan a la enfermedad se revalorizaban por estar inmunizados. Los diarios se burlaban de los abolicionistas, porque mor¨ªan mucho m¨¢s que los defensores de la esclavitud.

Como los mosquitos de la fiebre amarilla, el nuevo coronavirus tampoco elige a sus v¨ªctimas: la estructura social y econ¨®mica se las sirve en bandeja. La pobreza es un factor de riesgo decisivo en la pandemia. Y la desigualdad se encarga de abrir de par en par las puertas de los barrios m¨¢s vulnerables, golpe¨¢ndolos con m¨¢s fuerza que a las zonas altas de la ciudad. El mismo patr¨®n se repite en todo el planeta, tambi¨¦n en Espa?a.

Los barrios con menor renta de Barcelona, como Les Roquetes y La Guineueta (en Nou Barris), son los m¨¢s afectados por los contagios, mientras entornos privilegiados como Sarri¨¤ y Pedralbes est¨¢n entre los menos perjudicados. La incidencia del virus en las zonas m¨¢s ricas es un 26% m¨¢s baja que en otras menos privilegiadas. ¡°El nivel socioecon¨®mico juega un papel; no es el ¨²nico, pero es determinante¡±, explica la doctora Carme Borrell, gerente de la Ag¨¨ncia de Salut P¨²blica de Barcelona. ¡°Si tienes un trabajo que no te permite quedarte en casa, algo que pasa m¨¢s en los empleos precarios, tienes m¨¢s probabilidades de contagiarte, no solo en el trabajo, tambi¨¦n en el transporte. La casa en la que vives, el trabajo que tienes, todo va a afectar¡±, a?ade Borrell.

En Madrid, aunque los datos escasean, vemos que los distritos m¨¢s afectados son Moratalaz, Tetu¨¢n y Puente de Vallecas, zonas tradicionalmente obreras, pero el cuarto es Retiro, m¨¢s adinerado. Parece m¨¢s afectada la zona sur de la Comunidad de Madrid, con Legan¨¦s a la cabeza, aunque los n¨²meros por distritos y municipios son demasiado burdos para afinar el an¨¢lisis. Estas zonas m¨¢s afectadas, junto a Alcal¨¢ de Henares y Fuencarral-El Pardo (barrio del Pilar), albergan al 8% de la poblaci¨®n total de la regi¨®n, pero suponen el 15% del total de los casos confirmados, seg¨²n un an¨¢lisis de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid. El investigador Pedro Gull¨®n ha observado correlaci¨®n entre mayor nivel de hacinamiento y menor precio de alquiler con las zonas de m¨¢s contagios de la capital.

Incidencia acumulada

en los distritos de Madrid

Contagios por cada 100.000 habitantes

La mayor incidencia se da en Moratalaz, Tetu¨¢n y Puente de Vallecas, tres de los distritos con menores rentas...

1.000

1.100

1.200

1.300

Tetu¨¢n

1.313

Retiro

1.203

Puente de Vallecas

1.267

Moratalaz

1.363

... Retiro (un distrito con renta alta) tambi¨¦n tiene una tasa alta de contagios

Fuente: Ministerio de Sanidad y elaboraci¨®n propia.

DANIELE GRASSO - RODRIGO SILVA / EL PA?S

Incidencia acumulada

en los distritos de Madrid

Contagios por cada 100.000 habitantes

La mayor incidencia se da en Moratalaz, Tetu¨¢n y Puente de Vallecas, tres de los distritos con menores rentas...

1.000

1.100

1.200

1.300

Tetu¨¢n

1.313

Retiro

1.203

Moratalaz

1.363

Puente de Vallecas

1.267

... Retiro (un distrito con renta alta) tambi¨¦n tiene una tasa alta de contagios

Fuente: Ministerio de Sanidad y elaboraci¨®n propia.

DANIELE GRASSO - RODRIGO SILVA / EL PA?S

Incidencia acumulada en los distritos de Madrid

Contagios por cada 100.000 habitantes

1.000

La mayor incidencia se da en Moratalaz, Tetu¨¢n y Puente de Vallecas, tres de los distritos con menores rentas...

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Tetu¨¢n

1.313

Retiro

1.203

... Retiro (un distrito con renta alta) tambi¨¦n tiene una tasa alta de contagios

Moratalaz

1.363

Puente de Vallecas

1.267

Fuente: Ministerio de Sanidad y elaboraci¨®n propia.

DANIELE GRASSO - RODRIGO SILVA / EL PA?S

En las provincias vascas ¡°parece existir una relaci¨®n entre el nivel socioecon¨®mico del lugar de residencia y la tasa de infecci¨®n por covid-19¡±, seg¨²n la investigadora Amaia Bacigalupe, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, a partir de los datos del Departamento de Salud. Precisamente las regiones de la comunidad con menor desempleo tienen una tasa de contagiados mucho menor que las de mayor desempleo, en torno a la mitad, seg¨²n un an¨¢lisis preliminar.

El patr¨®n es global, de Singapur a Chile: en los barrios m¨¢s pobres hay m¨¢s contagios y es m¨¢s probable que crezca la mortalidad, tambi¨¦n en pa¨ªses donde el acceso a la sanidad es universal y no depende de la atenci¨®n que reciben. Por ejemplo, en Inglaterra y Gales, donde la sanidad est¨¢ garatizada, la mortalidad por el coronavirus es m¨¢s del doble en las ¨¢reas pobres que en las privilegiadas. ¡°Las tasas de mortalidad general son normalmente m¨¢s altas en las zonas m¨¢s desfavorecidas, pero hasta ahora la covid-19 parece estar llev¨¢ndolas a un nivel todav¨ªa mayor¡±, detallaba hace unos d¨ªas Nick Stripe, responsable de los an¨¢lisis sanitarios de la Oficina de Estad¨ªsticas Nacionales del Reino Unido (ONS).

En Nueva York, la tasa de contagios tambi¨¦n es m¨¢s del doble en el Bronx, el distrito con la mayor proporci¨®n de minor¨ªas raciales, personas pobres y los niveles educativos m¨¢s bajos, que en Manhattan. La proporci¨®n de muertos entre ambos distritos es similar: el doble en el pobre. ¡°Es el mismo maldito patr¨®n en todos lados, porque la ciudad global est¨¢ construida de la misma manera, obedece a los mismos determinantes¡±, explica Manuel Franco, investigador en salud p¨²blica de la Universidad de Alcal¨¢ y profesor de la Johns Hopkins. Los estadounidenses negros representan el 13% de la poblaci¨®n, pero han sufrido el 27% de las muertes en las zonas en las que se dispone de datos. En Kansas y Wisconsin, los residentes negros tienen siete veces m¨¢s probabilidades de morir que los blancos y en Washington D.C., la tasa entre los negros es seis veces mayor. EE UU carece de sanidad p¨²blica universal y millones de ciudadanos evitan visitas al m¨¦dico por temor a los costes.

La incidencia del virus en las zonas m¨¢s ricas de Barcelona es un 26% m¨¢s baja que en otras menos privilegiadas. En el Bronx mueren por covid el doble que en Manhattan. En Inglaterra, la mortalidad por el coronavirus es m¨¢s del doble en las ¨¢reas m¨¢s desfavorecidas

¡°En todo el planeta afecta m¨¢s a la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable. Me sorprendi¨® cuando al principio se dijo que afectaba por igual tanto a ricos como a pobres, porque es algo que no suele pasar: siempre perjudica m¨¢s a los m¨¢s desfavorecidos¡±, indica Helena Legido-Quigley, experta en sistemas de salud. La soci¨®loga de la Universidad de Oxford Gina Neff lo denunciaba as¨ª: ¡°No se puede vencer a este virus sin cuidar a las personas m¨¢s vulnerables de la sociedad¡±. Neff explicaba que los sucesos superpropagadores, m¨¢s all¨¢ de los momentos iniciales de desconocimiento, se dan entre los pobres, la clase trabajadora y los marginados. Un buen ejemplo son los macromataderos y las instalaciones de empaquetado de carnes, un foco constante de contagios entre trabajadores precarios. Ha sucedido en muchos pa¨ªses distintos, siguiendo el mismo patr¨®n, como en las empresas c¨¢rnicas de Huesca. All¨ª, varios mataderos que no frenaron su producci¨®n registraron porcentajes de contagios de hasta el 30% entre sus empleados, precarios e inmigrantes, que no pudieron mantener las medidas de protecci¨®n.

Los ingleses que trabajan en las ocupaciones menos cualificadas, como empleados en f¨¢bricas, ch¨®feres y vigilantes, se contagian m¨¢s y tienen la tasa de mortalidad por covid m¨¢s alta, el doble de la media. Directivos y profesiones liberales, que tienen m¨¢s f¨¢cil el teletrabajo, tienen una mortalidad muy por debajo de la media. Los trabajos de cuidados, como los que se realizan en residencias, destacan como los de mayor mortalidad entre las mujeres.

Factores que conspiran contra los vulnerables

Una multitud de factores conspiran para exponerles de forma fatal ante el coronavirus. La falta de recursos, la precariedad laboral, las enfermedades previas, las viviendas humildes; son elementos interconectados que multiplican el riesgo. Es algo que ha pasado siempre con cada pandemia o enfermedad emergente. Daniel Prieto-Alhambra, de la Universidad de Oxford, que tambi¨¦n ha observado este patr¨®n racial y social en el Reino Unido, sugiere que la escasez de ingresos ¡°puede limitar la capacidad de las personas para tomar decisiones informadas y libres sobre autoprotecci¨®n¡±, vi¨¦ndose "obligadas a elegir trabajos con mayor riesgo intr¨ªnseco de contagio¡±. Adem¨¢s, determinadas profesiones mal pagadas ¡ªconvertidas en esenciales por la pandemia¡ª obligan a desplazarse en transporte p¨²blico. Las zonas del sur de Madrid, las m¨¢s afectadas, son tambi¨¦n las que registraban m¨¢s movimientos durante la cuarentena. En cambio, seg¨²n datos del INE, los barrios ricos fueron los que mejor se confinaron.

¡°La tasa de mortalidad del virus no es tan alta como la tasa de mortalidad del 100% por no comer¡±, ironiza Usama Bilal. Este epidemi¨®logo estudia la salud en ciudades de EE UU y ha observado que los habitantes de barrios ricos se han realizado hasta seis veces m¨¢s test para el coronavirus que en barrios pobres. Y aun as¨ª, en estos ¨²ltimos el porcentaje de positivos en estos ¨²ltimos es mayor. En el Reino Unido, las personas de zonas desfavorecidas tienen hasta cuatro veces m¨¢s probabilidades de dar positivo, seg¨²n un estudio publicado en The Lancet Infectious Diseases. ¡°No teletrabajan. Si hay un contagio, no se pueden aislar en casa, con un solo ba?o o incluso conviviendo varias familias juntas¡±, se?ala Bilal.

Todos los especialistas advierten de que atender a los m¨¢s vulnerables es esencial para vencer a la pandemia: ¡°O nos centramos en la salud de toda la poblaci¨®n o no vamos a salir de esta nunca¡±

A eso se a?aden las condiciones m¨¦dicas previas. Las personas con menos recursos tienen peor salud, sufren m¨¢s enfermedades cr¨®nicas, precisamente las que convierten en poblaci¨®n de riesgo frente al coronavirus: hipertensi¨®n, diabetes, colesterol, obesidad, etc. Un estudio de la Universidad de Boston muestra que las personas con bajos ingresos tienen casi el doble de probabilidades de sufrir uno o m¨¢s factores de riesgo frente a la covid que aquellos con m¨¢s recursos. ¡°Las desigualdades se multiplican: tienes m¨¢s enfermedades y por tanto m¨¢s posibilidades de que sea fatal¡±, resume Gull¨®n, vocal en la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa. Borrell a?ade otro factor: la informaci¨®n sanitaria. ¡°Con m¨¢s formaci¨®n y nivel socioecon¨®mico tienen m¨¢s capacidad de recibir los mensajes, de integrarlos, de cumplirlos; las clases sociales tambi¨¦n se ven en la educaci¨®n sanitaria¡±, apunta.

Lo que advierten todos estos especialistas es que atender a los m¨¢s vulnerables es esencial para vencer a la pandemia. ¡°No es una queja para resolver la desigualdad, es que el virus va a seguir con nosotros si no lo resolvemos. O nos centramos en la salud de toda la poblaci¨®n o no vamos a salir de esta nunca¡±, advierte Franco. El caso de Singapur es claro. Fue uno de los pa¨ªses que mejor respondi¨® inicialmente, pero olvidaron los gigantescos n¨²cleos de residencias del extrarradio en las que se hacinan cientos de miles de obreros inmigrantes. Eso provoc¨® un fuerte rebrote que ha obligado a tomar las medidas dr¨¢sticas que no se tuvo que adoptar al comienzo. ¡°Esta debe ser una lecci¨®n para todo el mundo¡±, advierte Legido-Quigley, de la Universidad Nacional de Singapur. ¡°Vamos a ver m¨¢s brotes de este tipo, tambi¨¦n en Espa?a. Debemos estar pendientes de los grupos vulnerables, me preocupa que no se est¨¦ pensando en esto. Necesitamos datos para adelantarnos y actuar si detectamos una zona de riesgo¡±, reclama.

Bilal, que est¨¢ estudiando las desigualdades en salud en toda Am¨¦rica, va un poco m¨¢s all¨¢: ¡°El coronavirus se ir¨¢ alg¨²n d¨ªa, pero la desigualdad sigue ah¨ª y seguir¨¢ siendo foco de enfermedades. Es la epidemia que nunca acaba¡±.

Fuentes: Helena Legido-Quigley (London School of Hygiene and Tropical Medicine, Universidad Nacional de Singapur), Manuel Franco (Universidad de Alcal¨¢ de Henares, Johns Hopkins), Daniel Prieto-Alhambra (Universidad de Oxford), Beatriz Gonz¨¢lez L¨®pez-Valc¨¢rcel (Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), Antonio Escolar (ex Universidad de C¨¢diz), Alejandra Vives (Universidad Cat¨®lica de Chile), Usama Bilal (Univesidad Drexel, Fundaci¨®n La Caixa), Carme Borrell (Ag¨¨ncia Salut P¨²blica Barcelona), Pedro Gull¨®n (Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa), Amaia Bacigalupe y Unai Mart¨ªn (Universidad del Pa¨ªs Vasco), Jos¨¦ Manuel G¨®mez Gim¨¦nez (GIAU+S, Universidad Polit¨¦cnica de Madrid).

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