Heces humanas de hace 2.000 a?os explican por qu¨¦ ahora sufrimos m¨¢s enfermedades cr¨®nicas
El an¨¢lisis de muestras fecales antiguas de comunidades de lo que hoy es M¨¦xico y Estados Unidos revela c¨®mo ha cambiado nuestra microbiota intestinal a lo largo de los a?os
Marsha Wibowo, estudiante de doctorado en la Escuela de Medicina de Harvard, y Aleksandar Kostic, su profesor de microbiolog¨ªa, llevan varios a?os tratando de entender por qu¨¦ las enfermedades cr¨®nicas autoinmunes y metab¨®licas que afectan a los humanos han aumentado vertiginosamente en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Una de las claves para resolver la pregunta est¨¢ en los cambios de nuestra microbiota intestinal¡±, dice por corre...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Marsha Wibowo, estudiante de doctorado en la Escuela de Medicina de Harvard, y Aleksandar Kostic, su profesor de microbiolog¨ªa, llevan varios a?os tratando de entender por qu¨¦ las enfermedades cr¨®nicas autoinmunes y metab¨®licas que afectan a los humanos han aumentado vertiginosamente en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Una de las claves para resolver la pregunta est¨¢ en los cambios de nuestra microbiota intestinal¡±, dice por correo Kostic, coautor con Wibowo de una investigaci¨®n que revela c¨®mo se han transformado las bacterias de nuestro intestino desde la ¨¦poca de Cristo hasta hoy.
El trabajo, publicado este mi¨¦rcoles en la revista Nature, analiz¨® gen¨¦ticamente ocho muestras de heces humanas de hace 2.000 a?os de comunidades de lo que hoy es M¨¦xico y Estados Unidos que se conservan en buenas condiciones y mostr¨® c¨®mo la composici¨®n de la microbiota intestinal de las personas de entonces era similar a la de los grupos aislados que en la actualidad llevan un estilo de vida no industrial, pero muy distinta a la de los humanos modernos industrializados. ¡°Encontramos un parecido entre las microbiotas antiguas y las de peque?os grupos que viven hoy en d¨ªa en zonas apartadas de Fiji, en algunas etnias ind¨ªgenas amaz¨®nicas y en las tribus de cazadores recolectores de las selvas de ?frica¡±, explica Kostic. Y a?ade: ¡°Sabemos que en esas comunidades hay una incidencia mucho menor de enfermedades cr¨®nicas y con nuestra investigaci¨®n podemos suponer que tambi¨¦n hubo una baja incidencia en las poblaciones antiguas que estudiamos¡±.
El estudio afirma que las diferencias en las bacterias del intestino, producidas a lo largo de los a?os por cambios en la dieta y en el estilo de vida, pueden ser las responsables del aumento de enfermedades cr¨®nicas no transmisibles como diabetes, esclerosis m¨²ltiple y obesidad, algunas de las principales causas de muerte en el mundo de hoy. ¡°No hay nada en el cuerpo humano, dice Kostic, que estas bacterias que viven en nosotros y se reproducen de generaci¨®n en generaci¨®n no hayan afectado, desde las enfermedades neurol¨®gicas hasta las autoinmunes¡±.
No hay nada en el cuerpo humano que las bacterias del intestino no hayan afectado, desde las enfermedades neurol¨®gicas hasta las autoinmunes
A partir del estudio de estas muestras fecales, Aleksandar Kostic, Marsha Wibowo y su equipo reconstruyeron 498 genomas microbianos, de los cuales 181 muestran una fuerte evidencia de ser antiguos y de origen intestinal humano. Los investigadores encontraron que 61 de estos genomas no se hab¨ªan descrito antes. En comparaci¨®n con los microbiomas intestinales de hace 2.000 a?os, las bacterias intestinales de los humanos industrializados de hoy tienen menos genes que previenen enfermedades, pero m¨¢s genes de resistencia a los antibi¨®ticos y m¨¢s genes que degradan, por ejemplo, la mucina, una prote¨ªna que entre otras funciones ayuda al sistema inmune a atrapar organismos pat¨®genos.
Kostic, doctor en ciencias biom¨¦dicas de Harvard, explica que cuando se degrada la mucina se deteriora la capa de mucosidad que protege el intestino y se generan inflamaciones. ¡°Esto produce muchos problemas de salud y es solo un ejemplo de c¨®mo un microbio que est¨¢ ausente en las comunidades antiguas, pero se ve con frecuencia en la gente moderna, puede desarrollar enfermedades¡±. La resistencia a los antibi¨®ticos que se evidencia en la microbiota intestinal de la actualidad, pero no se encuentra en las muestras fecales antiguas, es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial y la seguridad alimentaria porque hace m¨¢s dif¨ªcil el tratamiento de infecciones, prolonga las estancias hospitalarias, incrementa los costos m¨¦dicos y aumenta la mortalidad, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la salud.
Kostic afirma que las razones para que la microbiota antigua fuera m¨¢s saludable que la actual est¨¢n relacionadas sobre todo con la alimentaci¨®n. ¡°Parece que hace 2.000 a?os la dieta era mucho m¨¢s diversa. Se viv¨ªa una vida de subsistencia y hab¨ªa que aprovechar al m¨¢ximo todo lo que te rodeaba¡±, cuenta el investigador. Seg¨²n el estudio, las comunidades analizadas com¨ªan carbohidratos como el ma¨ªz que necesitaban la ayuda de microbios espec¨ªficos para poder ser digeridos. ¡°Ese proceso trajo muchos beneficios para la salud¡±. La dieta tambi¨¦n se nutr¨ªa de insectos, setas y cactus. ¡°Con el microscopio pudimos ver los restos de estos alimentos¡±, explica Kostic. Y contin¨²a: ¡°En comparaci¨®n con nosotros, ellos ten¨ªan una dieta mucho m¨¢s baja en calor¨ªas, y no com¨ªan az¨²cares refinados, alimentos ultraprocesados, o pesticidas en las frutas y verduras¡±.
Marsha Wibowo explica que el microbioma intestinal actual es mucho menos diverso que el antiguo. ¡°Aproximadamente el 40% de los genomas que recuperamos de las muestras eran especies no descritas anteriormente. Esta reducci¨®n se asocia con enfermedades cr¨®nicas como la obesidad y el s¨ªndrome metab¨®lico¡±. De acuerdo con Wibowo, la causalidad entre la carencia de microbios espec¨ªficos y estas enfermedades ha sido sugerida por distintos estudios en humanos que demuestran, por ejemplo, c¨®mo ¡°el trasplante de microbiota fecal de donantes sanos a individuos con s¨ªndrome metab¨®lico puede mejorar la sensibilidad a la insulina¡±. Adem¨¢s, dice Wibowo, se ha podido probar que algunos microbios desempe?an un papel determinante en el desarrollo o en la prevenci¨®n de las enfermedades cr¨®nicas. ¡°Se ha demostrado que la bacteria Akkermansia muciniphila, m¨¢s presente en la microbiota antigua, mejora la salud metab¨®lica¡±, concluye la investigadora.
Aproximadamente el 40% de los genomas que recuperamos de las muestras eran especies no descritas anteriormente. Esta reducci¨®n se asocia con enfermedades cr¨®nicas, por ejemplo, la obesidad y el s¨ªndrome metab¨®lico
Eric Alm, profesor de ingenier¨ªa biol¨®gica del MIT, ha tomado muestras de la microbiota de personas que viven en comunidades aisladas no industriales para luego aislar las bacterias espec¨ªficas y crear as¨ª un dep¨®sito de estas especies de microbios en peligro de extinci¨®n. La hip¨®tesis detr¨¢s de este trabajo es que si se reintroducen algunos de estos microbios perdidos o desaparecidos en los humanos industriales modernos podr¨ªa haber beneficios para la salud. Wibowo y Kostic coinciden en que esa es la siguiente etapa de su trabajo. ¡°En este momento, en la industria biotecnol¨®gica y farmac¨¦utica hay mucho entusiasmo por el trasplante de microbiota fecal. Si se usan heces sanas de donantes sanos y se las dan a personas enfermas hay una probabilidad de que mejoren sus tratamientos¡±, dicen Kostic. En este momento ya existen distintos ensayos cl¨ªnicos para usar microbiota en la enfermedad inflamatoria intestinal y se est¨¢n probando terapias de trasplantes fecales combinados con medicamentos contra distintos tipos de c¨¢ncer.
Los investigadores esperan que al introducir algunas bacterias encontradas en el microbioma antiguo a los seres humanos modernos se ¡°puedan ver mejores resultados en la lucha contra la epidemia de enfermedades cr¨®nicas que se ha vuelto tan problem¨¢tica y contin¨²a creciendo en todo el mundo, especialmente en la obesidad, la diabetes tipo dos y las enfermedades al¨¦rgicas en los ni?os peque?os. Esa es la esperanza, pero a¨²n tenemos un largo camino por recorrer¡±, concluye Kostic.
Puedes seguir a MATERIA en Facebook, Twitter e Instagram, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.