La m¨¢quina de la memoria
Jonathan Swift, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez o Iris Murdoch sirven de ejemplo para ilustrar que las personas l¨²cidas tambi¨¦n pueden llegar a perder lo m¨¢s importante: la memoria
Perder la memoria es la forma m¨¢s com¨²n, y tambi¨¦n m¨¢s cruel, de demencia. Cuando la larga aventura del cerebro llega a su fin, y el cuerpo sigue viviendo, la enfermedad supera los l¨ªmites de la medicina y el alzh¨¦imer se convierte en una enfermedad social.
Son muchos los casos c¨¦lebres de alzh¨¦imer, pero aqu¨ª vamos a establecer la posible relaci¨®n entre dicha enfermedad y la literatura, llegando hasta Los viajes de Gulliver, novela de Jonathan Swift, donde en una de sus peripecias g...
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Perder la memoria es la forma m¨¢s com¨²n, y tambi¨¦n m¨¢s cruel, de demencia. Cuando la larga aventura del cerebro llega a su fin, y el cuerpo sigue viviendo, la enfermedad supera los l¨ªmites de la medicina y el alzh¨¦imer se convierte en una enfermedad social.
Son muchos los casos c¨¦lebres de alzh¨¦imer, pero aqu¨ª vamos a establecer la posible relaci¨®n entre dicha enfermedad y la literatura, llegando hasta Los viajes de Gulliver, novela de Jonathan Swift, donde en una de sus peripecias geogr¨¢ficas el protagonista llega hasta la isla Glubbdubdrib, un territorio de dif¨ªcil pronunciaci¨®n en el que habitan los Struldbrughs, seres inmortales condenados al deterioro mental, pues no solo se olvidan del nombre de las cosas, sino tambi¨¦n del de las personas, adem¨¢s de no entusiasmarse con lo que leen, que tambi¨¦n olvidan una vez le¨ªdo.
Hasta ahora, los ¨²nicos remedios han sido lo m¨¢s parecido a melod¨ªas aleatorias de pocas notas
La trigonometr¨ªa del destino traz¨® con crueldad el final de su autor, Jonathan Swift (1667-1745) quien sufri¨® los estragos de esta enfermedad que a¨²n no ten¨ªa nombre hasta que, en 1901, el neur¨®logo alem¨¢n Alois Alzheimer, identific¨® los s¨ªntomas. Desde entonces hasta hoy, la ciencia ha venido luchando a contrarreloj para encontrar paliativos, bocetos qu¨ªmicos que devolviesen la vida al hipocampo, parte cerebral encargada de la formaci¨®n de memoria. Pero hasta ahora, los ¨²nicos remedios han sido lo m¨¢s parecido a melod¨ªas aleatorias de pocas notas.
De igual manera que el destino de Swift se cruz¨® con el de sus personajes, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez vaticina de una manera m¨¢gica su propio final, cuando en Cien a?os de soledad nos describe a Jos¨¦ Arcadio Buend¨ªa luchando contra la p¨¦rdida de memoria que asola Macondo. Para ello, Jos¨¦ Arcadio Buend¨ªa ingenia la m¨¢quina de la memoria, una especie de diccionario giratorio cargado de fichas y que pone a funcionar mediante una manivela. Se trata de una ocurrencia r¨²stica para luchar contra el olvido, un ingenioso artefacto que ofrece la posibilidad de repasar todos los d¨ªas, ¡°la totalidad de los conocimientos adquiridos durante la vida¡±.
La escritora dublinesa Iris Murdoch, estando de promoci¨®n de su ¨²ltima obra en 1995, durante una entrevista en Israel, sufri¨® un episodio de amnesia
Siguiendo con la dimensi¨®n literaria, no pod¨ªa faltar aqu¨ª la escritora dublinesa Iris Murdoch. En 1995, estando de promoci¨®n de su ¨²ltima obra, durante una entrevista en Israel, la escritora sufri¨® un episodio de amnesia. Las palabras envueltas en la niebla del olvido no se dejaban coger y Murdoch enmudeci¨® frente al entrevistador. A partir de entonces, su caso empez¨® a estudiarse profundamente por parte de varios especialistas de la Universidad de Londres, doctores que fueron buscando huellas de la enfermedad en la obra escrita de la autora dublinesa. Al escribir a mano, descubrieron signos de la enfermedad en su ¨²ltimo manuscrito, el correspondiente a la novela Jackson?s Dilemma, llegando a la conclusi¨®n de que dicho manuscrito carec¨ªa de la riqueza de vocabulario de obras anteriores, as¨ª como de extensi¨®n.
Si por algo se caracteriza la obra de Murdoch no es precisamente por su brevedad, como tampoco lo es por la escasez del vocabulario. Su marido, el tambi¨¦n escritor John Bayley nos cuenta en su libro Eleg¨ªa a Iris las tribulaciones y padecimientos de la autora. Se trata de un libro crepuscular que nos presenta la descomposici¨®n de una de las mentes m¨¢s l¨²cidas que ha dado la literatura inglesa del pasado siglo.
Hace unos d¨ªas, la Administraci¨®n de Alimentos y F¨¢rmacos de Estados Unidos (FDA) aprob¨® la comercializaci¨®n del aducanumab, un f¨¢rmaco que no cura el alzh¨¦imer y que tampoco lo previene, pero que lo hace m¨¢s lento; lo ralentiza. Aunque parezca casi imposible que alg¨²n d¨ªa se encuentre cura para el Alzheimer, noticias como esta nos proporcionan una informaci¨®n tan infinita como esperanzadora.
El hacha de piedra es una secci¨®n donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad cient¨ªfica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.
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