El dise?o de los supermercados interviene en la compra y dieta final de los consumidores
Un estudio piloto muestra que, tras un cambio a una posici¨®n m¨¢s destacada en la tienda, aumenta la venta de frutas y verduras
Los supermercados son el principal canal que la poblaci¨®n mundial utiliza para la compra de alimentos, seg¨²n datos de Kantar. Sin embargo, m¨¢s de la mitad de las decisiones de los consumidores en estos locales no est¨¢n planificadas, asegura un estudio publicado por BioMed Central (BMC), por lo que la colocaci¨®n de los productos en estos establecimientos t...
Los supermercados son el principal canal que la poblaci¨®n mundial utiliza para la compra de alimentos, seg¨²n datos de Kantar. Sin embargo, m¨¢s de la mitad de las decisiones de los consumidores en estos locales no est¨¢n planificadas, asegura un estudio publicado por BioMed Central (BMC), por lo que la colocaci¨®n de los productos en estos establecimientos toma un papel protagonista. Conocer la motivaci¨®n de los usuarios a la hora de realizar la compra y saber si la forma de colocar esos productos influye o no en su adquisici¨®n ha sido el principal objetivo de un estudio piloto que ha salido a la luz este martes, realizado por la Universidad de Southampton (Reino Unido) y publicado en la revista PLoS Medicine. En esta investigaci¨®n, se ha comparado la adquisici¨®n de ciertos productos en varios comercios de una misma cadena tras el cambio de dise?o de la mitad de ellas. El resultado obtenido es que, al colocar las frutas y verduras en un lugar m¨¢s destacado, han aumentado sus ventas y, por tanto, la dieta de los participantes ha mejorado.
Esta investigaci¨®n se ha realizado en seis tiendas de una cadena de supermercados de descuentos en una zona desfavorecida de Inglaterra. Tres de estos establecimientos se han mantenido igual y los restantes han sufrido un cambio en el emplazamiento de los productos. Estas modificaciones han consistido en quitar la confiter¨ªa y alimentos poco saludables de las cajas registradoras y sustituirlos por productos no alimenticios (como chicles o pasta de dientes). Adem¨¢s, han movido las frutas y verduras a un lugar m¨¢s destacado, al principio de la tienda. La muestra elegida han sido 150 mujeres de entre 18 y 45 a?os que contaban con una tarjeta de fidelidad de la cadena de tiendas de alimentaci¨®n. Christina Vogel, doctora en Salud P¨²blica de la Universidad de Southampton y una de las autoras de este trabajo, explica que se centran en estas personas porque su dieta, adem¨¢s de ser importante para su salud, tambi¨¦n lo es para la de sus hijos: ¡°La alimentaci¨®n de las mujeres j¨®venes durante el embarazo puede tener un impacto sobre los hijos. Adem¨¢s, las mujeres en Reino Unido, y estoy segura de que es similar en otros pa¨ªses, siguen siendo las principales responsables de tomar las decisiones sobre la alimentaci¨®n en el hogar¡±. Por este matiz, en este estudio se tiene en cuenta, por primera vez, la dieta de dos miembros de la familia, en los casos en los que la mujer tuviera alg¨²n hijo menor.
Menor compra de confiter¨ªa
Para los resultados, estos investigadores han comparado las ventas de confiter¨ªa, frutas y verduras en las tiendas cuyo dise?o se ha mantenido igual con las que han sufrido los cambios. Adem¨¢s, han tenido en cuenta varios periodos diferentes: tres meses antes y tres y seis meses despu¨¦s de la intervenci¨®n. En los supermercados cuyo dise?o hab¨ªa sido cambiado vendieron 6.000 y casi 10.000 piezas de frutas y verduras m¨¢s por semana y por establecimiento a los tres y seis meses de la intervenci¨®n, respectivamente. En cuanto a la confiter¨ªa, en estas mismas tiendas se ha registrado un descenso de 1.400 y 1.600 porciones aproximadamente en el siguiente trimestre y en el medio a?o posterior, respectivamente.
Esta no es la primera vez que se estudia el impacto de estas t¨¦cnicas usadas por los supermercados en los clientes en zonas con pocos recursos econ¨®micos. En 2016, la revista Public Health Nutrition public¨® otro estudio que ya reflej¨® unos resultados positivos en relaci¨®n con el aumento de ventas de fruta y verdura en varios supermercados, tras darlas una mayor visibilidad. En esta ocasi¨®n, la investigaci¨®n se centraba en aquellas personas que contaban con cheques del gobierno para la compra de estos productos y otros alimentos.
Esta opci¨®n de mejora en la compra de los consumidores a trav¨¦s del cambio de dise?o de los supermercados es una posibilidad respaldada por los propios clientes. El 72% de los encuestados en el estudio de BMC opina que esta iniciativa es la mejor para fomentar la elecci¨®n de alimentos saludables. Beatriz Robles, tecn¨®loga de alimentos, piensa que esta medida es ¡°relativamente sencilla de hacer¡±, ya que, generalmente, son productos que ni siquiera necesitan una c¨¢mara de fr¨ªo. Pero insiste en que eso requiere un compromiso ¡°importante¡± de las grandes cadenas de distribuci¨®n. Miguel ?ngel Lurue?a, doctor en Ciencia y Tecnolog¨ªa de los Alimentos, recuerda que no se puede olvidar que al final las empresas lo que buscan es ¡°vender¡±, por lo que ponen ciertos productos en lugares de f¨¢cil alcance. Adem¨¢s, resalta que la cuesti¨®n est¨¢ en qu¨¦ productos demandamos como sociedad: ¡°Si demand¨¢ramos manzanas, ellos pondr¨ªan en las cajas de pago manzanas para que las compremos de forma impulsiva, pero lo que demandamos son otras cosas, y son esas las que finalmente eligen¡±.
Con el paso de los estudios y del tiempo, cada vez son m¨¢s los consumidores conscientes de c¨®mo el emplazamiento de los productos en el establecimiento o el etiquetado, por ejemplo, influye en sus decisiones de compra. Una cuarta parte de las mujeres opina que por culpa de las ofertas de bebidas y alimentos no saludables del supermercado aumentan de peso, seg¨²n el informe Health on the Shelf de la organizaci¨®n ben¨¦fica brit¨¢nica Royal Society for Public Health.
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