Malnutrici¨®n invisible: el impacto de la pobreza en la salud infantil
Las estad¨ªsticas no ayudan a ver c¨®mo la inseguridad alimentaria afecta a los menores m¨¢s vulnerables
La inseguridad alimentaria afecta a ni?os, ni?as y adolescentes en todo el mundo. Adem¨¢s de ser una cuesti¨®n de derechos de la infancia, es tambi¨¦n una problem¨¢tica de salud p¨²blica. De hecho, la inseguridad alimentaria es un factor de riesgo para la salud f¨ªsica (anemia, retraso en el desarrollo, obesidad), psicosocial (peor rendimiento escolar) y emocional (baja autoestima).
A escala mundial, el ¨²ltimo informe realizado por cinco agencias de Naciones Unidas estima que el 30% de la poblaci¨®n mundial sufri¨® inseguridad alimentaria en 2020. Aunque la pandemia de covid-19 haya empeorado la situaci¨®n, tambi¨¦n se advierte seriamente de que la tendencia ya era preocupante: la inseguridad alimentaria lleva aumentando desde 2014, a?o desde el cual la FAO (Organizaci¨®n para la Agricultura y Alimentaci¨®n) monitoriza esta problem¨¢tica. Las previsiones del informe para los pr¨®ximos a?os tampoco son buenas, y eso que el compromiso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible era erradicar el hambre para 2030. Seg¨²n se resume en el informe: ¡°No vamos por buen camino para acabar con el hambre y la malnutrici¨®n en el mundo; de hecho, vamos en la direcci¨®n equivocada¡±.
Aunque parezca que la inseguridad alimentaria afecta solo a las regiones m¨¢s vulnerables, golpea a un 12% de los hogares con menores en Espa?a
Aunque parezca que la inseguridad alimentaria afecta solamente a las regiones m¨¢s vulnerables del planeta, es un problema que golpea a un 12% de los hogares con menores de 15 a?os en Espa?a. Seg¨²n datos de la ¨²ltima Encuesta de Condiciones de Vida, un 5,5% de los hogares no pudieron permitirse una comida de carne, pollo, o pescado al menos cada dos d¨ªas en 2020 (frente a un 3,7% en 2019). Como tambi¨¦n se?ala esta encuesta, la tasa de riesgo de pobreza es mayor en los hogares con menores a cargo. Todas estas cifras dibujan una situaci¨®n precaria donde acceder a una dieta saludable supone un problema mucho m¨¢s generalizado de lo que pudiera pensarse. Sin embargo, ninguno de los estudios nacionales sobre alimentaci¨®n (la Encuesta Nacional de Salud en Espa?a, el estudio ALADINO, o el estudio PASOS) recoge datos como para indicar los niveles de inseguridad alimentaria en la poblaci¨®n infantil y adolescente.
Por otro lado, la utilizaci¨®n de promedios vuelve muchas veces invisible a los ni?os y ni?as m¨¢s vulnerables. Un estudio realizado en Catalu?a entre la poblaci¨®n adolescente revel¨® que un 18,3% viv¨ªa en hogares con alg¨²n tipo de inseguridad alimentaria. En 2017, el Ayuntamiento de Madrid realiz¨® un estudio para conocer el estado nutricional de la poblaci¨®n infantil, entre 3 y 12 a?os, escolarizada en la ciudad. A nivel global se obtuvieron estimaciones muy similares: un 17,9% de los ni?os y ni?as sufr¨ªa inseguridad alimentaria en el hogar. Sin embargo, esta encuesta revel¨® tambi¨¦n una marcada l¨ªnea de desigualdad entre los distritos de mayor y menor renta: solo un 8,3% de los ni?os de Retiro, Salamanca, Chamart¨ªn, Chamber¨ª y Barajas sufr¨ªa inseguridad alimentaria frente al 25,1% de los ni?os y ni?as de Carabanchel, Usera, Puente de Vallecas y illaverde. Y esto sin tener en cuenta que aquellos colectivos m¨¢s vulnerables ¨Cen situaci¨®n irregular, no escolarizados, o acogidos en instituciones¨C no figuran en estas estad¨ªsticas oficiales. Por tanto, dentro de las medidas dirigidas a mejorar la recogida de datos, debemos prestar especial atenci¨®n a las necesidades espec¨ªficas de esos grupos.
Solo un 8% de los ni?os de Retiro y Salamanca sufr¨ªa inseguridad alimentaria, frente al 25% de los de Carabanchel y Puente de Vallecas
En nuestro contexto es obvio que la inseguridad alimentaria es una cuesti¨®n de desigualdad social, que contin¨²a aumentando. Ante la falta de recursos en el hogar, padres y madres tienen que recurrir a productos m¨¢s baratos, de baja calidad nutricional, poco o nada saludables: el caldo de cultivo perfecto para la aparici¨®n de enfermedades cardiovasculares, obesidad, o diabetes en la edad adulta. Comer bien cuesta, y a muchas familias les cuesta mucho m¨¢s.
La buena noticia es que hay medidas que pueden tomarse para paliar la situaci¨®n de inseguridad alimentaria entre las personas m¨¢s vulnerables. Sin embargo, escasean las ayudas sociales y la voluntad pol¨ªtica. De hecho, durante el cierre de los centros educativos por la pandemia, muchos ni?os y ni?as que depend¨ªan de los comedores escolares para mantener su nutrici¨®n han pasado hambre. Algunas medidas sociales, como las adoptadas desde la Comunidad de Madrid, tampoco ayudan a mitigar el problema. As¨ª, los hogares en situaci¨®n de inseguridad alimentaria se ven abocados a acudir a bancos de alimentos ? principalmente gestionados por entidades religiosas y voluntariados varios ? que mayoritariamente ofrecen alimentos no perecederos ante las trabas de log¨ªstica y conservaci¨®n de los productos frescos. Seg¨²n datos de la Federaci¨®n Espa?ola de Bancos de Alimentos, la demanda se increment¨® en un 50% en 2020.
En vista de los efectos sobre la salud y el bienestar de la poblaci¨®n infantil y adolescente se necesitan medidas urgentes para garantizar el acceso a una dieta saludable, en especial entre los grupos de ni?os, ni?as y adolescentes m¨¢s vulnerables.
Julia D¨ªez (@JuliaDiez91) es Doctora en Epidemiolog¨ªa y Salud P¨²blica e investiga sobre desigualdades, alimentaci¨®n y salud.
NUTRIR CON CIENCIA es una secci¨®n sobre alimentaci¨®n basada en evidencias cient¨ªficas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho m¨¢s que un placer y una necesidad: la dieta y los h¨¢bitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud p¨²blica que m¨¢s puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de c¨¢ncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudar¨¢ a conocer mejor la importancia de la alimentaci¨®n y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.
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