Un estudio descubre un desconocido comportamiento del metabolismo a trav¨¦s de cuatro etapas de la vida
La capacidad de quemar calor¨ªas alcanza su momento ¨¢lgido en el primer a?o, aumenta poco hasta los 20, se mantiene estable hasta los 60 y decae en la tercera edad
El metabolismo, el conjunto de reacciones qu¨ªmicas que tienen lugar en las c¨¦lulas del cuerpo para convertir los alimentos en energ¨ªa, es una v¨ªctima propiciatoria habitual para justificar el aumento de peso: el cuerpo pierde potencial de quemar calor¨ªas. Un art¨ªculo publicado el jueves en Science desmiente esta creencia y revela que esta capacidad aumenta en el primer a?o de vida, cuando el cuerpo necesita completar la madurez de sus sistemas, disminuye hasta los 20 a?os, se mantiene estable hasta los 60 y se reduce en la tercera edad.
El estudio, cuyo autor principal es Herman Pontzer, de la Universidad de Duke (EE.UU), ha recabado informaci¨®n de 6.500 personas con edades comprendidas entre los 8 d¨ªas y los 95 a?os. Adem¨¢s de identificar los cuatro periodos fundamentales del metabolismo, tambi¨¦n acaban con otro mito de g¨¦nero. Seg¨²n la investigaci¨®n, ¡°no hay diferencias reales entre las tasas metab¨®licas de hombres y mujeres si tienen condiciones similares¡±.
El gasto energ¨¦tico diario total se acelera r¨¢pidamente en neonatos y llega a ser el doble del valor medio de los adultos
El trabajo revela que ¡°el gasto energ¨¦tico diario total se acelera r¨¢pidamente en neonatos y llega a ser el doble del valor medio de los adultos¡±, sin embargo, despu¨¦s de un a?o, disminuye hasta alcanzar unos niveles que, entre los 20 y los 60 a?os, se mantiene estable. ¡°Incluso durante el embarazo¡±, advierte Pontzer. A partir de esa edad disminuye hasta alcanzar los niveles m¨¢s bajos en los ¨²ltimos a?os de vida. ¡°Estos cambios arrojan luz sobre el desarrollo humano y el envejecimiento y deben ayudar a dar forma a las estrategias de nutrici¨®n y salud a lo largo de la vida¡±, sostiene Pontzer.
Rozalyn Anderson, profesora de medicina en la Universidad de Wisconsin-Madison, donde estudia el envejecimiento, completa el trabajo de Pontzer con un art¨ªculo que acompa?a a la investigaci¨®n y destaca que esta obliga a revisar las ideas existentes. En este sentido sostiene: ¡°El metabolismo no se trata solo de energ¨ªa, de c¨®mo el cuerpo maneja el combustible nutritivo y lo convierte en moneda energ¨¦tica utilizable. El metabolismo tambi¨¦n abarca la s¨ªntesis, modificaci¨®n e intercambio de todos los aspectos de la funci¨®n celular. Act¨²a como sensor y regulador. Las exigencias energ¨¦ticas de la actividad f¨ªsica se superponen a una maquinaria ampliamente integrada¡±.
Samuel Klein, director del Centro de Nutrici¨®n Humana de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y que no ha participado en el estudio, ha resumido a The New York Times c¨®mo este trabajo desvincula el aumento de peso del metabolismo con un sencillo y comprensible an¨¢lisis: ¡°Cuando se trata de aumento de peso, el problema es el mismo que siempre ha sido: las personas est¨¢n comiendo m¨¢s calor¨ªas de las que est¨¢n quemando¡±.
Pontzer explica que, en el caso de los beb¨¦s, para los que parece m¨¢s justificado un mayor gasto energ¨¦tico, el estudio revela algo desconocido: ¡°Claro que est¨¢n creciendo, pero incluso una vez que se controla eso, su gasto energ¨¦tico se dispara m¨¢s de lo que cabr¨ªa esperar para su tama?o y composici¨®n corporal. Algo ocurre en el interior de las c¨¦lulas del beb¨¦ para hacerlas m¨¢s activas y a¨²n no sabemos cu¨¢les son los procesos¡±.
Seg¨²n la Universidad de Duke, para la que trabaja el autor principal del estudio, ¡°el metabolismo de los beb¨¦s puede explicar en parte por qu¨¦ los ni?os que no comen lo suficiente durante ese per¨ªodo de desarrollo tienen menos probabilidades de sobrevivir y convertirse en adultos sanos¡±.
Ni la adolescencia ni los embarazos alteran la menor progresi¨®n del metabolismo. A partir de los 90 se necesita un 26% menos de calor¨ªas que cuarenta a?os antes
Ese metabolismo acelerado de los beb¨¦s disminuye una media de un 3% cada a?o hasta llegar a los 20. Ni siquiera la adolescencia altera esta menor progresi¨®n. Pontzer admite: ¡°Pens¨¢bamos que la pubertad ser¨ªa diferente y no lo es¡±.
La investigaci¨®n detalla que el gasto energ¨¦tico se mantiene estable hasta los 60 a?os, incluso en condiciones de embarazo, cuando cabr¨ªa pensar que la gestaci¨®n demandar¨ªa un mayor gasto. Sin embargo, el estudio lo descarta.
El metabolismo no empieza a perder capacidad hasta los 60 a?os. A partir de ah¨ª pierde cada a?o un 0,7% de poder, por lo que una persona nonagenaria pasa a precisar un 26% menos de calor¨ªas que cuarenta a?os antes.
Pontzer concluye: ¡°Hay muchos cambios fisiol¨®gicos que se producen al crecer y envejecer. Pensemos en la pubertad, menopausia y otras fases de la vida. Lo extra?o es que el calendario de nuestras etapas metab¨®licas de la vida no parece coincidir con esos hitos¡±.
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