¡°El dolor est¨¢ en el cerebro: puedes sentirlo en una parte del cuerpo que ya no tienes¡±
El bi¨®logo Ardem Patapoutian, que huy¨® de la guerra de L¨ªbano con 18 a?os, ha ganado el Premio Nobel de Medicina por desvelar uno de los grandes secretos de la vida humana
Hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, un chico de 18 a?os serv¨ªa bocadillos en un local de comida r¨¢pida en Los ?ngeles, con su gorrita de uniforme. Era un refugiado de ascendencia armenia que acababa de llegar a Estados Unidos huyendo de la guerra civil en su pa¨ªs natal, L¨ªbano. Desesperado, empez¨® a trabajar de cualquier cosa, incluso escribiendo hor¨®scopos. Este lunes, aquel joven, llamado Ardem Patapoutian, ha ganado el Premio Nobel de Medicina, dotado con casi un...
Hace m¨¢s de tres d¨¦cadas, un chico de 18 a?os serv¨ªa bocadillos en un local de comida r¨¢pida en Los ?ngeles, con su gorrita de uniforme. Era un refugiado de ascendencia armenia que acababa de llegar a Estados Unidos huyendo de la guerra civil en su pa¨ªs natal, L¨ªbano. Desesperado, empez¨® a trabajar de cualquier cosa, incluso escribiendo hor¨®scopos. Este lunes, aquel joven, llamado Ardem Patapoutian, ha ganado el Premio Nobel de Medicina, dotado con casi un mill¨®n de euros. Patapoutian, hoy un bi¨®logo de 54 a?os, ha desvelado el que era uno de los grandes secretos de la vida humana: las prote¨ªnas que perciben la presi¨®n en la piel y en otras partes del cuerpo. Las caricias se sienten gracias a estas mol¨¦culas, denominadas Piezos.
El investigador, nieto de hu¨¦rfanos del genocidio armenio, ha abierto una nueva puerta a la ciencia. La vida no es un simple di¨¢logo entre sustancias qu¨ªmicas, como se pensaba. Las fuerzas mec¨¢nicas tambi¨¦n tienen un papel esencial. El laboratorio del cient¨ªfico ¡ªen el Instituto Scripps, en San Diego (EE UU)¡ª ha descubierto que estas prote¨ªnas tambi¨¦n est¨¢n implicadas en el dolor, en la presi¨®n sangu¨ªnea e incluso en la sensaci¨®n de tener llena la vejiga de la orina. Hace dos semanas, Patapoutian pas¨® por Bilbao para recoger el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundaci¨®n BBVA, dotado con 400.000 euros, que comparte, como el Nobel, con su colega David Julius.
Pregunta. Usted a los 18 a?os escrib¨ªa hor¨®scopos en un peri¨®dico.
Respuesta. S¨ª, trabajaba en un peri¨®dico armenio y el redactor jefe me pregunt¨® si yo quer¨ªa escribir algunos. Era raro, pero me involucr¨¦ a tope, escribiendo mensajes en los signos del zodiaco de mis amigos. Si alguien cree en estas cosas, que sepa que detr¨¢s hay gente como yo, escribiendo frases al azar.
P. Usted tambi¨¦n trabaj¨® por entonces como repartidor de pizzas y sirviendo bocadillos. Es un gran salto pasar de ah¨ª a ganar el Premio Kavli [un mill¨®n de d¨®lares] y el Fronteras. [La entrevista se hizo dos semanas antes de que, adem¨¢s, ganase el Nobel].
R. S¨ª, ?verdad? La vida tiene sorpresas maravillosas a veces. No me lo podr¨ªa haber imaginado.
El dolor es una emoci¨®n que tu cuerpo crea para evitar cosas que son nocivas para ti
P. ?Qu¨¦ es el dolor?
R. Hay discusi¨®n sobre qu¨¦ es el dolor. Es, sobre todo, una emoci¨®n que tu cuerpo crea para evitar cosas que son nocivas para ti. El dolor se inicia por procesos sensoriales: si pongo mi mano en algo caliente, la sensaci¨®n de quemarte los dedos inicia la se?al de dolor. Pero, en nuestro campo de investigaci¨®n, diferenciamos entre la nocicepci¨®n, que es el acto de sentir algo da?ino, y el dolor, que es sentir una emoci¨®n en el cerebro. El dolor es muy ¨²til. Hay enfermedades humanas que impiden sentir dolor y la mayor¨ªa de estas personas mueren, porque asumen demasiados riesgos y se hacen da?o. En el lado opuesto est¨¢ el dolor cr¨®nico. Ese dolor no es ¨²til. Ese es el dolor que queremos suprimir, por ejemplo, en las personas que sufren dolor neurop¨¢tico.
P. ?El dolor es esencial para sobrevivir?
R. S¨ª, necesitamos el dolor para sobrevivir. Hay personas en Oriente Medio que no sienten dolor y se clavan cuchillos en espect¨¢culos para ganar dinero. Un ni?o que no sent¨ªa dolor pens¨® que era invulnerable y salt¨® desde un edificio de cuatro plantas. Muri¨®, por supuesto. Es muy importante tener una se?al interna que te diga: ¡°No hagas esto¡±.
P. A veces se puede sentir dolor en sue?os.
R. S¨ª, eso es interesante. Si piensas en el dolor como una emoci¨®n, es similar a otras emociones, como la ira, la tristeza, el amor. Es una sensaci¨®n en el cerebro, separada del est¨ªmulo. As¨ª que puedes sentir dolor sin ning¨²n est¨ªmulo, por supuesto, porque el cerebro es muy complejo.
P. Entonces se puede sentir dolor sin ning¨²n est¨ªmulo y viceversa: no sentir dolor pese a existir un est¨ªmulo doloroso.
R. Exacto. Un gran ejemplo es el dolor en un miembro fantasma. Hay personas que, por ejemplo, pierden un brazo en la guerra y siguen sintiendo dolor en los dedos que ya no tienen. Es muy dif¨ªcil de imaginar, pero si te ponen anestesia en el mu?¨®n, dejas de sentir ese dolor en los dedos. El dolor est¨¢ en el cerebro: puedes sentir dolor en una parte del cuerpo que ya no tienes.
P. Usted explica en sus charlas que una neurona de un jugador de baloncesto puede medir m¨¢s de dos metros. Una sola c¨¦lula.
R. S¨ª, son las c¨¦lulas m¨¢s largas del cuerpo. Si sientes un est¨ªmulo en el pie tiene que llegar r¨¢pidamente al cerebro para contar qu¨¦ est¨¢ pasando. No solo con el dolor, tambi¨¦n el tacto, la temperatura y toda la informaci¨®n del exterior que se traduce a trav¨¦s de estas neuronas fascinantes.
P. Su equipo descubri¨® las prote¨ªnas Piezos en estas neuronas de los ganglios espinales.
R. Exacto.
La propiocepci¨®n es el sentido por el cual puedes cerrar los ojos y tocarte la nariz
P. Usted conoce personas que tienen estas prote¨ªnas disfuncionales.
R. Es fascinante. No se sab¨ªa qu¨¦ pasaba con estas personas. Lo m¨¢s obvio es que no caminan adecuadamente. No tienen coordinaci¨®n. Los m¨¦dicos suelen pensar que tienen un problema muscular o la enfermedad de la motoneurona. Nadie piensa en las neuronas sensitivas, ni siquiera en los hospitales. Secuenciaron el genoma de una familia con esta enfermedad misteriosa y encontraron mutaciones en Piezo2 [una de las prote¨ªnas de la familia Piezos]. Nosotros ya sab¨ªamos que, si inactivas esta prote¨ªna en los ratones, no sienten el tacto y tampoco tienen propiocepci¨®n. La propiocepci¨®n es uno de los sentidos m¨¢s importantes que tenemos. La mayor¨ªa de la gente no sabe que lo tiene.
P. Es un sexto sentido.
R. A veces lo llaman el sexto sentido. Es el sentido por el cual puedes cerrar los ojos y tocarte la nariz. Lo puedes hacer porque sabes cu¨¢nto se estiran tus m¨²sculos, sin ver d¨®nde est¨¢n tus dedos en el espacio. As¨ª podemos tocar el piano con los ojos cerrados, pero tambi¨¦n puedes ponerte de pie y caminar, porque recibes informaci¨®n de tu cuerpo sin mirar. La gente da por garantizado este sentido, pero hay gente que no tiene Piezo2 y no sabe d¨®nde est¨¢ su cuerpo, as¨ª que camina con dificultad. Necesitan mirar sus piernas para caminar. Y tampoco tienen el sentido del tacto. Nuestra investigaci¨®n m¨¢s reciente muestra que estas personas no sienten la vejiga llena, as¨ª que tienen problemas para controlar la orina.
P. El tacto se puede convertir en algo doloroso.
R. Cuando el tacto se convierte en dolor se llama alodinia. Es algo parecido a cuando te quemas la piel al tomar el sol y luego te tocan y te duele. Mucha gente que sufre dolor neurop¨¢tico no puede ni ponerse la ropa sin dolor. Esto depende totalmente de las prote¨ªnas Piezo2. Las personas con deficiencia de Piezo2 no sienten dolor al tacto. Estamos entusiasmados por la posibilidad de que, al bloquear estas prote¨ªnas, se pueda inhibir una forma relevante de dolor. El problema es que Piezo2 tiene demasiadas funciones y, si la bloqueas por completo con una pastilla, no sentir¨ªas ese dolor, pero tambi¨¦n perder¨ªas el tacto, la propiocepci¨®n, la capacidad para sentir tu vejiga. No es viable. La posibilidad m¨¢s l¨®gica ser¨ªa lograr una inhibici¨®n local, mediante una inyecci¨®n o una administraci¨®n en la piel. Todav¨ªa hay muchos desaf¨ªos por delante: pasar de la biolog¨ªa b¨¢sica a encontrar un f¨¢rmaco suele requerir 10 o 20 a?os.
Tu cerebro te enga?a para que pienses que necesitas hacer algo
P. En una de sus investigaciones m¨¢s recientes incluy¨® una frase del escritor estadounidense Henry Miller: ¡°Vaciar una vejiga llena es uno de los mayores placeres del ser humano¡±. ?Hay que agradecer a Piezo2 esa sensaci¨®n de felicidad al ir al ba?o?
R. Absolutamente. Esa sensaci¨®n de vejiga llena se debe a Piezo2. Uno de los aspectos m¨¢s fascinantes es ese v¨ªnculo entre una sensaci¨®n mec¨¢nica en la vejiga y estas emociones complejas.
P. Usted suele contar en sus charlas que la sensaci¨®n ardiente al enjuagarse la boca con Listerine no se debe a que est¨¦ matando bacterias, sino al aceite de Wintergreen, que act¨²a en un sensor de la temperatura en las neuronas. ?Esa sensaci¨®n es solo un truco?
R. Totalmente. Todas esas sensaciones ardientes con los enjuagues bucales son absolutamente falsas. Es como los pimientos picantes, que te queman la boca, pero no hay nada quem¨¢ndose, es solo una sustancia qu¨ªmica que activa uno de estos sensores.
P. ?El dolor tambi¨¦n es un espejismo qu¨ªmico en el cerebro?
R. S¨ª. Es como cuando sientes hambre: no est¨¢ ocurriendo nada, excepto que tu cuerpo decide que necesitas nutrientes y hace que te sientas as¨ª para que act¨²es. Se podr¨ªa decir que tu cerebro te enga?a para que pienses que necesitas hacer algo. Y normalmente acierta.
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