Un genocidio de libro negado por motivos pol¨ªticos
Solo 30 pa¨ªses definen as¨ª la matanza de armenios iniciada en 1915, pese a que los historiadores no dudan en emplear el t¨¦rmino
La palabra genocidio no se hab¨ªa acu?ado cuando se cometi¨® el genocidio armenio. Pero fue este crimen contra la humanidad, que a principios del siglo XX marc¨® el arranque de una era de exterminios en masa, el que llev¨® al jurista polaco Raphael Lemkin a buscar un nuevo t¨¦rmino que definiese una atrocidad que hasta entonces no ten¨ªa nombre: el empe?o de asesinar en su totalidad a un grupo ¨¦tnico o religioso por el solo hecho de existir.
No es la ¨²nica paradoja que rodea la deportaci¨®n y exterminio, sistem¨¢tico y planificado, de hasta 1,5 millones de armenios por el Imperio Otomano entre 1915 y 1918. Existe un acuerdo sin fisuras entre los historiadores independientes de que se trata de un genocidio, sin embargo, solo ha sido reconocido por 30 pa¨ªses ¨Cel ¨²ltimo fue Estados Unidos la semana pasada a trav¨¦s del presidente Joe Biden; Espa?a no lo ha hecho todav¨ªa¨C. Turqu¨ªa considera una ofensa, e incluso un delito dentro de la secci¨®n 301 del C¨®digo Penal, la utilizaci¨®n de ese t¨¦rmino y engloba esas matanzas dentro de la Primera Guerra Mundial.
¡°El genocidio armenio es un hecho establecido entre los acad¨¦micos¡±, explica desde Estados Unidos Taner Ak?am, director del Centro de Estudios del Holocausto y los Genocidios en la Universidad Clark (Massachussets). Definido por The New York Times como ¡°el Sherlock Holmes del genocidio armenio¡±, ha dedicado toda su carrera a buscar y publicar pruebas que demuestran que el asesinato de armenios no fue un pogromo desorganizado y espont¨¢neo, sino una pol¨ªtica de Estado de los llamados J¨®venes Turcos, que tomaron el poder en 1908 y se mantuvieron hasta 1918, cuando tras la Primera Guerra Mundial se disolvi¨® el Imperio Otomano. En la historia otomana, la violencia contra los armenios, y los cristianos en general, era c¨ªclica (entre 1894 y 1896 fueron masacrados 200.000 armenios), pero hasta entonces nadie se hab¨ªa marcado como objetivo el exterminio total.
¡°Incluso entre el establishment estadounidense¡±, prosigue Taner Ak?am, ¡°en el Congreso o en la Administraci¨®n, no hay ninguna duda de que lo que ocurri¨® con los armenios puede ser calificado de genocidio. El presidente tuvo dudas en usar el t¨¦rmino por motivos pol¨ªticos. Fue algo muy planificado. Y puedo demostrar f¨¢cilmente que tenemos m¨¢s evidencias documentales del genocidio armenio que del Holocausto. Tenemos unos cuantos telegramas autentificados que muestran claramente la intenci¨®n genocida de las autoridades otomanas¡±.
En libros como A Shameful Act: The Armenian Genocide and the Question of Turkish Responsibility o Killing Orders: Talat Pasha¡¯s Telegrams and the Armenian Genocide, Ak?am revela telegramas encriptados del ministro del Interior de los J¨®venes Turcos, Talat Pasha, asesinado en 1921 por un militante armenio, que no dejan lugar a dudas sobre sus intenciones. Durante a?os, el Gobierno turco asegur¨® que eran falsificaciones, pero, tras un trabajo detectivesco, Ak?am demostr¨® que eran aut¨¦nticos.
En uno de ellos, en septiembre de 1915, al principio de las matanzas, Talat Pasha ordenaba: ¡°El Gobierno ha decidido eliminar totalmente a todos los armenios que viven en Turqu¨ªa. (¡) Sin prestar atenci¨®n a si son mujeres, ni?os o enfermos. Por muy tr¨¢gicos que puedan parecer estos m¨¦todos de exterminio, se debe poner fin a su existencia, sin escuchar nuestra conciencia¡±. Aunque los originales fueron destruidos, Ak?am encontr¨® fotograf¨ªas de esos telegramas en Nueva York en 2015.
Existen evidencias que se?alan que los nazis, antes del Holocausto, durante el que fueron asesinadas seis millones de personas, tomaron nota de lo ocurrido en Turqu¨ªa para su proyecto de exterminar a los jud¨ªos europeos. ¡°El 22 de agosto de 1939, Hitler dio un discurso a sus generales sobre la pr¨®xima guerra con Polonia¡±, explica el historiador estadounidense Benjamin Carter Hett, autor de The death of democracy sobre la llegada de Hitler al poder. ¡°Hay tres transcripciones diferentes de lo que dijo. Una de las transcripciones, la menos fiable, le cita diciendo ¡®?Qui¨¦n, despu¨¦s de todo, habla hoy de la aniquilaci¨®n de los armenios?¡¯. Las otras dos transcripciones no contienen esta cita¡±. El hecho de que esta transcripci¨®n circulase tras una informaci¨®n de The New York Times en 1945 demuestra que, ya desde los a?os cuarenta, se establece una relaci¨®n entre las masacres de armenios y jud¨ªos.
¡°Indudablemente tuvo mucha influencia en Lemkin como modelo de estudio y lo cuenta en su autobiograf¨ªa¡±, explica el magistrado Jos¨¦ Ricardo de Prada, uno de los mayores expertos espa?oles en justicia internacional y que particip¨® en el tribunal de apelaci¨®n de la sentencia contra el genocida serbio Radovan Karadzic. ¡°Probablemente form¨® parte de lo que quer¨ªa englobar su concepto, lo que ocurri¨® es que este concepto no se traslad¨®, al menos del todo, a la definici¨®n que se contiene en la Convenci¨®n de Genocidio y que luego se ha convertido en la definici¨®n penal de genocidio en los estatutos de los Tribunales internacionales y en los c¨®digos penales de la mayor¨ªa de los Estados. Esta definici¨®n es mucho m¨¢s limitada¡±.
Samantha Power, que fue embajadora ante Naciones Unidas bajo el presidente Barack Obama, gan¨® en 2002 el premio Pulitzer con A Problem from Hell. America in the Age of Genocide. All¨ª relata c¨®mo Lemkin, siendo estudiante en la ciudad de Lviv (entonces Polonia, ahora Ucrania), tuvo una discusi¨®n con un profesor que justificaba las matanzas de armenios sosteniendo que al fin y al cabo un Gobierno ten¨ªa derecho a hacer lo que quisiese con sus ciudadanos, incluso asesinarlos ¡°como un granjero que matase a sus propios pollos¡±. De la indignaci¨®n que le provoc¨® aquella discusi¨®n surgi¨® la idea de que ten¨ªan que existir unas leyes, por encima de los Estados, que castigasen esos cr¨ªmenes. El jurista brit¨¢nico Philippe Sands relata en su libro Calle Este-Oeste, sobre el nacimiento de los conceptos de genocidio y cr¨ªmenes contra la humanidad, que Lemkin se?al¨®: ¡°Se asesin¨® a una naci¨®n y se dej¨® en libertad a los culpables¡±.
¡°En el genocidio armenio no hubo una persona como Hitler¡±, se?ala por su parte Taner Ak?am preguntado sobre las diferencias entre los dos cr¨ªmenes contra la humanidad. ¡°El genocidio fue una decisi¨®n de un partido pol¨ªtico, el Comit¨¦ de Uni¨®n y Progreso, implementada por un partido pol¨ªtico. Esta es una de las principales diferencias entre el Holocausto y el genocidio armenio. La otra es que los J¨®venes Turcos no ten¨ªan una ideolog¨ªa racista que podamos comparar con la de los nazis. Eran nacionalistas, sin duda, pero tomaron la decisi¨®n genocida porque consideraron que la mera existencia de los armenios era una amenaza para el Imperio y pensaron que pod¨ªan eliminar esta amenaza al asesinar a todos los armenios¡±. El pretexto que esgrimieron los J¨®venes Turcos para lanzar las matanzas fue que los armenios se iban a alinear con los rusos en la Primera Guerra Mundial.
El genocidio fue una mezcla de deportaciones masivas hacia los desiertos de Siria, que entonces formaba parte del Imperio otomano, y asesinatos en masa, de las formas m¨¢s brutales. La limpieza ¨¦tnica fue total. ¡°Pueblo tras pueblo, ciudad tras ciudad, eran vaciadas de su poblaci¨®n armenia¡±, escribe el narrador estadounidense de origen armenio Peter Balakian en su emocionante libro La suerte del perro negro, que publicar¨¢ el Instituto Berg de Derechos Humanos en julio. Balakian mezcla los recuerdos de su familia ¨Csuperviviente del genocidio¨C con el relato hist¨®rico de las persecuciones y narra tambi¨¦n otra consecuencia de las matanzas: la di¨¢spora armenia.
Ni el Holocausto ni el genocidio armenio lograron cumplir su objetivo final, borrar de la faz de la tierra a jud¨ªos y armenios. Sin embargo, s¨ª lograron destruir culturas milenarias, la de los jud¨ªos de Europa del Este y la de los armenios de Anatolia. Tanto Auschwitz como en Deir ez-Zor, el campo en el desierto sirio donde decenas de miles de armenios fueron matados de hambre, los cementerios hebreos abandonados y las sinagogas olvidadas de Polonia o las ruinas de Ani, la capital medieval armenia, arrasada en 1921 por las autoridades de la naciente Turqu¨ªa, recuerdan las ausencias que dej¨® atr¨¢s el horror del siglo XX, el silencio de las v¨ªctimas y el error de olvidar.
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