Migra?as: en busca de soluci¨®n para una enfermedad de mil millones de personas
La dolencia, que afecta a m¨¢s del 10% de la poblaci¨®n, est¨¢ infradiagnosticada y muchos pacientes no reciben tratamientos disponibles
Hace 2.500 a?os, el m¨¦dico griego Hip¨®crates ya describi¨® pacientes que comenzaban viendo chiribitas en la nada, segu¨ªan con fuertes dolores en la mitad del cr¨¢neo y, en ocasiones, acababan vomitando. Hacia el siglo II, el romano Galeno distingui¨® los dolores de cabeza comunes de las migra?as (hemicr¨¢neas, las llam¨®) y sabios del mundo isl¨¢mico como Avicena tambi¨¦n se preocuparon por este sufrimiento tan com¨²n siglos despu¨¦s. Las soluciones en aquellos tiempos, que inclu¨ªan trepanaciones o el uso de sanguijuelas, tendr¨ªan la eficacia habitual de la medicina de la ¨¦poca, pero la llegada de la c...
Hace 2.500 a?os, el m¨¦dico griego Hip¨®crates ya describi¨® pacientes que comenzaban viendo chiribitas en la nada, segu¨ªan con fuertes dolores en la mitad del cr¨¢neo y, en ocasiones, acababan vomitando. Hacia el siglo II, el romano Galeno distingui¨® los dolores de cabeza comunes de las migra?as (hemicr¨¢neas, las llam¨®) y sabios del mundo isl¨¢mico como Avicena tambi¨¦n se preocuparon por este sufrimiento tan com¨²n siglos despu¨¦s. Las soluciones en aquellos tiempos, que inclu¨ªan trepanaciones o el uso de sanguijuelas, tendr¨ªan la eficacia habitual de la medicina de la ¨¦poca, pero la llegada de la ciencia moderna tampoco dio una soluci¨®n r¨¢pida a los dolientes. Hace muy poco, en 1986, en el Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, JMS Pearce reconoc¨ªa que a¨²n era ¡°extremadamente dif¨ªcil investigar la migra?a¡±.
Esta historia reciente y el hecho de que la migra?a sea con frecuencia una herencia familiar, hace que muchas personas crean que sus herramientas contra la enfermedad son las mismas que las de generaciones anteriores: resignaci¨®n y automedicaci¨®n. Sin embargo, los especialistas destacan los numerosos avances de los ¨²ltimos a?os y aseguran que un buen diagn¨®stico es clave para reducir el sufrimiento de millones de personas que a¨²n pasan las migra?as sin ayuda m¨¦dica. Aunque con una gravedad variable, los migra?osos son m¨¢s del 10% de los humanos.
Una parte importante del cambio comenz¨® hace cuatro d¨¦cadas con el trabajo de cuatro investigadores que el a?o pasado recibieron el prestigioso The Brain Prize, dotado con 1,3 millones de euros. El estadounidense Michael Moskowitz propuso que el ataque de migra?a comenzaba con una activaci¨®n de las fibras del trig¨¦mino, que transmiten sensaciones del rostro al cerebro. Esa activaci¨®n libera se?ales qu¨ªmicas que dilatan los vasos sangu¨ªneos de las meninges (una fina membrana que rodea el cerebro) y la consiguiente inflamaci¨®n provoca el dolor de cabeza.
Otros dos de los premiados, el australiano Peter Goadsby y el sueco Lars Edvinsson, mostraron que una mol¨¦cula conocida como CGRP (p¨¦ptido relacionado con el gen de la calcitonina) era liberada por el trig¨¦mino durante los ataques y que esta mol¨¦cula ten¨ªa una gran capacidad para dilatar las meninges. En su trabajo a principios de los noventa observaron que el sumatript¨¢n, un f¨¢rmaco descubierto en 1988 y que hoy est¨¢ entre los m¨¢s utilizados para calmar los ataques de migra?a, limitaba la liberaci¨®n de CGRP. Junto al trabajo de Edvinson y Goadsby y otros investigadores, el Brain Prize destac¨® la labor del dan¨¦s Jes Olesen, que mostr¨® que inyectar CGRP a pacientes con migra?a desencadenaba un ataque y que los f¨¢rmacos que bloqueaban la mol¨¦cula pod¨ªan evitarlo.
Con todo este conocimiento acumulado, se crearon los primeros f¨¢rmacos para bloquear la CGRP, conocidos como gepants, y se abri¨® la puerta al uso de otros tratamientos con gran potencial para prevenir las migra?as. En tiempos recientes, los anticuerpos monoclonales, un tipo de medicamentos biol¨®gicos capaces de encajarse como piezas de un rompecabezas en distintos tipos de mol¨¦culas, que se han empleado para bloquear el desarrollo de tumores o de la covid, tambi¨¦n han mostrado su utilidad para bloquear la CGRP y evitar las migra?as. Estos tratamientos se aprobaron en Espa?a por primera vez en 2019.
Patricia Pozo-Rosich, responsable de la Unidad de Cefalea y Dolor Craneofacial del Hospital Universitario Vall d¡¯Hebron de Barcelona, particip¨® en los ensayos cl¨ªnicos de uno de estos f¨¢rmacos en Espa?a y considera que, desde su aprobaci¨®n, los resultados de aplicarlos a enfermos en su pr¨¢ctica habitual ¡°han sido tan buenos o mejores que los de los ensayos cl¨ªnicos¡±. No obstante, como sucede con muchos f¨¢rmacos innovadores como los anticuerpos monoclonales, el precio es caro y se utiliza en pacientes que no han respondido bien a tratamientos convencionales. ¡°Deber¨ªamos poder ofrecerlo a todos, y no esperar a haber fallado tres tratamientos previos como ahora¡±, afirma Pozo-Rosich. ¡°Damos algunos f¨¢rmacos muy tarde y la migra?a se cronifica, cuando podr¨ªamos haber dado algo bueno desde el principio, antes de que la gente est¨¦ muy mal¡±, a?ade. Estos medicamentos funcionan hasta en un 80% de las personas con migra?as, aunque los niveles de efectividad var¨ªan entre mejoras parciales y una cura casi total.
El presidente de la Sociedad Espa?ola de Neurolog¨ªa y jefe de Servicio de Neurolog¨ªa del Hospital Cl¨ªnico Universitario de Valencia, Jos¨¦ Miguel La¨ªnez, coincide en que este tipo de f¨¢rmacos ¡°han ayudado a rescatar a un porcentaje de pacientes que antes eran resistentes a otros tratamientos¡±. ¡°Los pacientes con migra?a cr¨®nica, que ten¨ªan dolor casi todos los d¨ªas, han pasado a tener muy pocos d¨ªas. Para esa gente, dejar de estar en la cama tantos d¨ªas es espectacular, y esto es un paso m¨¢s hacia el control completo de la migra?a¡±, concluye.
Pablo Irimia, neur¨®logo de la Cl¨ªnica Universitaria de Navarra en Pamplona, coincide en la utilidad de los medicamentos y en la importancia de que los pacientes que cumplen los requisitos de acceso que pone la seguridad social los reciban cuanto antes. ¡°Muchos que deber¨ªan recibirlo no est¨¢n accediendo al f¨¢rmaco y otros no lo reciben con la rapidez deseable¡±, apunta.
Adem¨¢s, Irimia, como los otros expertos consultados, enfatiza la importancia de la investigaci¨®n b¨¢sica para tener un conocimiento sobre c¨®mo funciona la biolog¨ªa de las migra?as para poder combatirlas. Fruto de esta investigaci¨®n, por ejemplo, van a llegar al mercado alternativas a los triptanes, eficaces para detener la migra?a cuando se produce, pero que ten¨ªan limitaciones para personas con problemas cardiovasculares. Sin embargo, la financiaci¨®n de la investigaci¨®n para esta dolencia es muy reducida. Datos de EE UU muestran que mientras enfermedades como el asma o la diabetes reciben una inversi¨®n anual de unos 150 d¨®lares al a?o, la cifra para migra?a no llega a los 50 c¨¦ntimos.
Irimia recuerda que ¡°no hay l¨ªneas concretas para financiar proyectos de migra?a¡±. ¡°Las enfermedades neurol¨®gicas son muy complejas y la migra?a compite con el alzh¨¦imer o el p¨¢rkinson, que tienen un peso muy importante por el envejecimiento poblacional, cuentan con una gran sensibilizaci¨®n de la gente y se llevan mucha financiaci¨®n¡±, se?ala. En esta l¨ªnea, La¨ªnez incide en que ¡°la migra?a est¨¢ entre el primero y el segundo lugar por d¨ªas de discapacidad provocados, pero como no produce mortalidad no recibe la atenci¨®n que merece¡±. ¡°Esta enfermedad es lo bastante relevante como para que haya un plan nacional dedicado a ella¡±, demanda.
La migra?a, que afecta a tres mujeres por cada hombre, fue menospreciada con frecuencia como una enfermedad de mujeres hist¨¦ricas o un dolor de origen psicol¨®gico relacionado con el estr¨¦s. Sin embargo, los estudios cient¨ªficos de las ¨²ltimas d¨¦cadas han demostrado que, pese a que el estr¨¦s desempe?e un papel en el desencadenamiento de los ataques, la migra?a tiene su origen en procesos biol¨®gicos que se pueden identificar y manipular. Ahora, los expertos destacan la importancia de que muchas personas que sufren estas cefaleas en soledad o con automedicaci¨®n reciban un diagn¨®stico adecuado y a tiempo para ser tratados seg¨²n lo necesiten.
Irimia apunta por ¨²ltimo a un problema de visibilidad. ¡°En otras enfermedades hay gente famosa que sale y cuenta su caso, pero con la migra?a no sucede¡±, afirma. ¡°No es razonable que alguien oculte este problema por miedo a que no lo contraten y ya hay algunas estrategias para mejorar la visibilidad de la migra?a en el entorno laboral, para dar formaci¨®n a las personas para que conozcan bien su dolor de cabeza y que aquellas personas que tienen una incapacidad se puedan beneficiar de los tratamientos disponibles. Eso beneficia tambi¨¦n a las empresas¡±, resume el neur¨®logo.
Pozo-Rosich insiste en que aunque la migra?a no mate causa mucho dolor en los a?os m¨¢s productivos de muchas personas. ¡°Tenemos que darnos cuenta de la importancia que tiene tratar estos problemas para que la gente no solo viva sino que viva m¨¢s feliz y sea m¨¢s capaz y productiva. Hay que invertir en sobrevivir, pero tambi¨¦n en vivir mejor¡±, remacha.
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