¡®All male panels¡¯: cuando dicen que no encuentran expertas
Integrar mujeres en las actividades cient¨ªficas es solo de una cuesti¨®n de voluntad y de responsabilidad
Tenemos datos sobre el n¨²mero de mujeres que trabajan en las distintas disciplinas cient¨ªficas. Contamos con una legislaci¨®n que impulsa y obliga a la paridad de sexo en la formaci¨®n de comisiones, grupos de trabajo, tribunales de evaluaci¨®n, etc. Esos datos y esa legislaci¨®n se aplican desde hace varios a?os en todas las administraciones: auton¨®mica, estatal y europea. Y en la creaci¨®n de todos estos grupos de trabajo ¡°oficiales¡± y obligatorios del ¨¢mbito cient¨ªfico, en general, no se ha encontrado mucha dificultad para c...
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Tenemos datos sobre el n¨²mero de mujeres que trabajan en las distintas disciplinas cient¨ªficas. Contamos con una legislaci¨®n que impulsa y obliga a la paridad de sexo en la formaci¨®n de comisiones, grupos de trabajo, tribunales de evaluaci¨®n, etc. Esos datos y esa legislaci¨®n se aplican desde hace varios a?os en todas las administraciones: auton¨®mica, estatal y europea. Y en la creaci¨®n de todos estos grupos de trabajo ¡°oficiales¡± y obligatorios del ¨¢mbito cient¨ªfico, en general, no se ha encontrado mucha dificultad para cumplir la paridad exigida. L¨®gicamente, hay especialidades con un predominio de alguno de los sexos y en ellas hay que buscar con m¨¢s intensidad representante del sexo menos frecuente, pero en general la formaci¨®n paritaria de esos grupos se ha desarrollado normal y correctamente. Esto es lo que ocurre en el ¨¢mbito p¨²blico de la ciencia.
Sin embargo, cuando estos grupos cient¨ªficos son de car¨¢cter privado, como por ejemplo los que dependen de las sociedades cient¨ªficas, los problemas para encontrar mujeres para sus congresos, simposios, reuniones, conferencias, mesas redondas, etc. son, seg¨²n los organizadores, inconmensurables. Y de esa pretendida dificultad se deriva que todav¨ªa se programen actividades cient¨ªficas y tecnol¨®gicas con escasa presencia de mujeres o, directamente, sin una sola mujer como ponente. En los ¨²ltimos d¨ªas, hemos visto publicidad de diversas actividades con ese sesgo, lo que ha provocado las protestas de decenas de mujeres en redes sociales.
Cuando a los organizadores de eventos con este sesgo se les alerta de la falta de mujeres en sus actividades, sus respuestas son que no hay mujeres expertas en el tema concreto de la actividad, que lo que buscaban era invitar a los m¨¢s top, que las mujeres a las que invitaron rechazaron esa invitaci¨®n o, y esta es una de las respuestas m¨¢s habituales, que la moderadora es una mujer.
Pero lo que subyace detr¨¢s de cada uno de estos eventos que en ingl¨¦s reciben el nombre de manels (de la contracci¨®n de all male panels, todos varones en el panel en castellano) es que o no hay mujeres en esa especialidad o, lo que es m¨¢s inconfesable, que los organizadores no consideran que las cient¨ªficas que conocen tengan la suficiente calidad. Respecto a lo primero, sabemos que no es as¨ª, en todos los campos de la ciencia y la tecnolog¨ªa hay mujeres, as¨ª que la raz¨®n debe ser la segunda, probablemente unida muchas veces a falta de destreza o ganas de trabajar al organizar dichos eventos.
El resultado es que estas actividades cient¨ªficas privadas est¨¢n lastrando de forma considerable el despegue del reconocimiento de las mujeres. En gran medida son las acciones de las sociedades cient¨ªficas quienes dan a conocer y ayudan a promocionar las carreras investigadoras. Y en ellas no es nada frecuente la paridad. No hay paridad porque no es obligatorio, porque las decisiones son subjetivas y porque existen grupos de colegas potenci¨¢ndose entre s¨ª (lo llaman networking) y sin ning¨²n control interno ni externo.
La ausencia de mujeres expertas no solo se produce en las actividades de las sociedades cient¨ªficas, tambi¨¦n es muy frecuente en multitud de eventos organizados por empresas, escuelas, fundaciones, etc. y mucho m¨¢s si esos eventos son remunerados econ¨®micamente como ocurre con mesas redondas, informes para empresas o conferencias, entre otros. Actividades que adem¨¢s no necesitan una superespecializaci¨®n.
Desde AMIT (Asociaci¨®n de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas) intentamos estar alerta ante estos actos discriminatorios contras las mujeres, no solo porque sabemos que nuestro nivel de conocimiento es igual al de nuestros colegas varones, sino porque las mujeres tambi¨¦n necesitamos recompensas sociales y profesionales que nos estimulen en nuestro trabajo y porque estamos totalmente convencidas de que las conclusiones sobre cualquier asunto siempre ser¨¢n m¨¢s cient¨ªficas, m¨¢s ¨²tiles y m¨¢s justas para hombres y para mujeres si existe paridad.
Diversos expertos y expertos han analizado c¨®mo acabar con los manels. Hay f¨®rmulas y son bastante sencillas de seguir. La primera es que se necesita el apoyo de los varones. Si eres un var¨®n, te dedicas a la ciencia y la tecnolog¨ªa y te invitan a participar en un evento, pide que te pasen la lista de ponentes. Si en esa lista no hay paridad, no participes en el evento o, mejor, prop¨®n el nombre de una colega que pueda sustituirte. Si los organizadores no lo aceptan, lo m¨¢s decente ser¨ªa no asistir. Tambi¨¦n como p¨²blico, seamos mujeres u hombres, participar en uno de esos eventos sin paridad hace que se perpet¨²en, as¨ª que pensemos en ello antes de acudir a uno. Y para los organizadores: est¨¢ totalmente demostrado que un grupo de organizaci¨®n diverso, en el que se incluyan mujeres, hace mucho m¨¢s probable que el resultado sea tambi¨¦n m¨¢s diverso. No inviten a una mujer solo porque sea mujer, hay expertas en todos los ¨¢mbitos, b¨²squenlas porque muchas veces el problema solo es ese, la incapacidad para buscar. Existen recursos que ayudan a ello. En AMIT, por ejemplo, pusimos en marcha una base de datos de expertas que funciona desde 2018 y en la que est¨¢n inscritas m¨¢s de 3.900 cient¨ªficas y tecn¨®logas, y existen otras listas o relaciones de expertas que pueden utilizarse.
Se trata solo de una cuesti¨®n de voluntad y de responsabilidad. Si todas y todos, o, al menos, muchas y muchos nos proponemos acabar con esta forma de discriminaci¨®n, ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil que siga ocurriendo.
Maite Paramio es presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas (AMIT).
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