Susana Carmona, neurocient¨ªfica: ¡°Sabemos m¨¢s sobre el universo que sobre el cerebro de las mujeres¡±
La investigadora estudia, junto a su equipo del hospital Gregorio Mara?¨®n, la neuroplasticidad del sistema nervioso de las embarazadas
La maternidad es un evento que cambia la vida de las mujeres, pero tambi¨¦n que afecta ¡ªprobablemente para siempre¡ª a sus cerebros. Susana Carmona (Terrassa, 43 a?os) lo sabe muy bien, ya que junto a su equipo del hospital Universitario Gregorio Mara?¨®n (HGUGM) firm¨® el primer estudio, hace ya ocho a?os, sobre la neuroplasticidad de este ¨®rgano durante el embarazo. Descubrieron, entre otras cosas, que la materia gris de las gestantes se reduce en los meses previos y posteriores al parto, aunque los motivos y los fines de estos cambios siguen siendo una inc¨®gnita que hace falta investigar en profundidad. ¡°Cuanto m¨¢s avanzamos, m¨¢s cosas conocemos sobre el cerebro de las mujeres, pero tambi¨¦n surgen cada vez m¨¢s preguntas¡±, reconoce la doctora en neurociencia, que lidera el Grupo de Neuroimagen del HGUGM y acaba de publicar un nuevo estudio al respecto.
P. ?Por qu¨¦ el cerebro de las embarazadas cambia?
R. La pregunta es, ?c¨®mo no va a cambiar el cerebro? Todo el cuerpo de la mujer cambia durante el embarazo. Tu sistema cardiovascular, tu sistema renal, te van a crecer los pies, te cambia la coloraci¨®n de la piel¡ Pasa porque todos los ¨®rganos se tienen que adaptar para gestar. La diferencia es que, en algunos casos, sabemos directamente la funci¨®n concreta de por qu¨¦ se adapta, y en otros no. Pero lo que me parece raro es que nadie se hubiese preguntado qu¨¦ pasa en el cerebro cuando todo el cuerpo de la mujer cambia.
P. ?Por qu¨¦ cree que nadie se hizo esta pregunta?
R. Hay un sesgo de sexo en biomedicina que es muy importante, no solo cuando hablamos de embarazo. Tambi¨¦n la menopausia es otro gran desconocido, o los efectos de los tratamientos hormonales. Hay much¨ªsimas ni?as que est¨¢n tomando anticonceptivos a fecha de hoy, y a¨²n no hay suficientes estudios como para saber qu¨¦ ocurre a nivel cerebral. Sabemos m¨¢s sobre el universo que sobre el cerebro de la mujer.
P. ?Qu¨¦ fue exactamente lo que descubrieron con ese primer estudio?
R. La primera cosa que se descubri¨®, y la raz¨®n por la que tuvo tanta repercusi¨®n, es que el cerebro de la mujer cambia profundamente con el embarazo. Y cuando digo profundamente me refiero a que llevo muchos a?os haciendo estudios con diferentes patolog¨ªas mentales y analizando cerebros, y nunca he visto cambios tan potentes, tan marcados y consistentes como los que ocurren durante el embarazo y la maternidad. Vimos que el cerebro de la mujer cambia y que cuanto m¨¢s lo hace, mejor es el v¨ªnculo con el beb¨¦. A partir de ah¨ª surgieron much¨ªsimas preguntas, que es lo que ahora estamos investigando.
P. ?Por ejemplo?
R. La gente quiere saber qu¨¦ ocurre en los padres, si ellos tambi¨¦n cambian como las madres. O si estos cambios son similares a los que ocurren durante la adolescencia. Desde entonces no paramos de investigar para ir dando respuesta a todas estas preguntas. En 2019 publicamos otro estudio en el que comparamos los cambios anat¨®micos que ocurren en el cerebro de la mujer durante el embarazo con los que ocurren en ni?as cuando pasan por la pubertad, y comprobamos que a nivel de forma y de magnitud, esos cambios son muy similares. En ambos procesos se produce una disminuci¨®n de la materia gris.
P. Dicho as¨ª parece algo malo¡
R. Ya, cuando dices que el cerebro de la mujer se reduce de volumen, autom¨¢ticamente todo el mundo piensa en una degeneraci¨®n, en una atrofia. Pero en biolog¨ªa no siempre menos es peor. Para estudiar estos cambios utilizamos las resonancias magn¨¦ticas, que nos permiten saber qu¨¦ pasa a nivel cerebral. Por ahora, no hemos observado una asociaci¨®n con cambios cognitivos, en lo que puede ser la forma de ejecutar tareas durante y despu¨¦s del embarazo. Si miramos a los modelos animales, donde s¨ª que hay m¨¢s estudios con ratones, se observa c¨®mo las neuronas est¨¢n m¨¢s conectadas en algunas regiones, mientras que en otras lo est¨¢n menos.
P. ?Esto qu¨¦ supone exactamente?
R. Ahora mismo no tenemos muy clara nuestra hip¨®tesis. Al principio, como ve¨ªamos cambios parecidos a la adolescencia, pens¨¢bamos que era por un mecanismo similar a la poda sin¨¢ptica [el proceso por el que se eliminan la mayor¨ªa de las conexiones innecesarias formadas en los primeros a?os de vida]. Ahora no lo tenemos tan claro, porque los cambios son muy din¨¢micos. Lo que vemos es que algunos cambios persisten y otros no. Esto nos est¨¢ diciendo que las c¨¦lulas que est¨¢n detr¨¢s de esos cambios tienen que ser muy din¨¢micas. Y sabemos que durante el embarazo, todo el sistema inmune de la madre tiene que hackearse para poder tolerar a un ser que es gen¨¦ticamente distinto a ti. La explicaci¨®n podr¨ªa ser esta, pero ahora mismo es una hip¨®tesis que estamos investigando.
P. ?Es posible que el cambio tenga la funci¨®n de preparar a la mujer al cuidado?
R. Es lo que queremos descubrir, pero afirmarlo ahora ser¨ªa filosofar. En breve saldr¨¢ un estudio en el que estamos trabajando con el equipo de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona que puede darnos ciertas pistas, pero todav¨ªa no puedo dar demasiados datos. Lo que s¨ª puedo decir es que no es una relaci¨®n directa. No es el cerebro que cambia para cuidar, que es muchas veces lo que se malinterpreta de los resultados. Es la forma en la que ha cambiado la que ha hecho que cuides, y el hecho de que cuides ha hecho que la especie sobreviva tal y como es.
P. En el ¨²ltimo estudio publicado, han encontrado diferencias seg¨²n el tipo de parto.
R. Este estudio no estaba dirigido concretamente a investigar el tipo de parto, pero nos ha permitido sacar informaciones ¨²tiles al respecto. Hemos tenido 12 mujeres con ces¨¢rea programada, 11 con ces¨¢rea de emergencia y unas 80 de parto vaginal. Las comparaciones todav¨ªa son preliminares para poder dar respuestas certeras, pero comparando los tipos de partos hemos visto que no hay diferencia entre ces¨¢rea de emergencia y parto vaginal. La diferencia est¨¢ entre la ces¨¢rea programada y el resto. Porque el ambiente hormonal que hay durante el parto, cuando empiezan las contracciones, no tiene nada que ver con lo que pasa durante el embarazo o el posparto. Es una situaci¨®n ¨²nica que si no se verifica, como en el caso de las mujeres que tienen una ces¨¢rea programada, hace que el cerebro cambie de forma diferente.
P. ?Mejor o peor?
R. Es temprano para decirlo, y muy peligroso, porque no est¨¢ para llevarlo a la pr¨¢ctica cl¨ªnica. Es algo que descubrimos a lo largo de este estudio y que tenemos que profundizar controlando todas las posibles variables. Tenemos hip¨®tesis del porqu¨¦ pasa, como por ejemplo que el parto en s¨ª ya produzca unos efectos neurop¨¢ticos concretos.
P. Una cosa que s¨ª sabemos con certeza es que, cuanto m¨¢s cambia el cerebro, m¨¢s fuerte es el v¨ªnculo entre la madre y el beb¨¦. ?C¨®mo se mide?
R. Es muy complicado. La ¨²nica manera que tenemos es haciendo estudios de neuroimagen y dar seguimiento con cuestionarios. Se trata de preguntas que miden si las madres desarrollan hostilidad al beb¨¦, cu¨¢nto placer sienten cuando interact¨²an con ¨¦l¡ Escalas que est¨¢n validadas y te van a dar una puntuaci¨®n. Lo que vimos en el primer estudio es que los cambios cerebrales predec¨ªan la creaci¨®n de un v¨ªnculo despu¨¦s del parto. No creo que esta asociaci¨®n sea directa, debe estar mediada por otros factores, y tampoco es absoluta. No es que si no me cambia el cerebro durante el embarazo no voy a tener v¨ªnculo con mi beb¨¦. Ahora, ?c¨®mo pasamos de cerebro, anatom¨ªa, a cerebro, v¨ªnculo? Pues todas estas preguntas de si hay factores hormonales que median, factores inmunes, factores inflamatorios, bienestar, depresi¨®n, ansiedad, todo esto es lo que tenemos que acabar de completar.
P. ?Se puede hablar de instinto maternal en neurobiolog¨ªa?
R. Es muy complicado para los cient¨ªficos poner nombres a las cosas. Cuando te pones a buscar definiciones de instinto, en cada diccionario posible, hay sutilezas que pueden hacer que la respuesta sea que s¨ª o que no. Para m¨ª, es s¨ª. Podemos hablar de instinto maternal, pero con mi definici¨®n mental de lo que es instinto maternal, que no es el deseo de ser madre, o que de repente das a luz y sabes lo que tienes que hacer con el beb¨¦. Para m¨ª, el instinto maternal es una motivaci¨®n para estar en contacto con el beb¨¦. Ni siquiera disfrutar del contacto con ¨¦l, sino de preocuparte y estar en contacto con ¨¦l para saber qu¨¦ pasa. Adem¨¢s, si no existiera este instinto, nos habr¨ªamos extinguido. Sin la motivaci¨®n de cuidar, una cosa que chilla y muchas veces molesta, ya no existir¨ªa el ser humano como tal.
P. ?Cu¨¢nto duran estos cambios en el cerebro de las mujeres?
R. No lo sabemos, pero tenemos indicios por otros estudios de que pueden ser de por vida. Nosotros hemos investigado qu¨¦ es lo que pasa hasta los seis a?os posparto y se ven todav¨ªa cambios. Pero hay otros investigadores que cogen grandes bases de datos, que cuentan con decenas de miles de participantes, y comparan aquellas que han sido madres con las que no. Ya hay mujeres de 70 a?os en las que persisten cambios concretos. Tampoco cabe decir con exactitud si detr¨¢s de estos cambios est¨¢ la biolog¨ªa o tambi¨¦n influye el ambiente. Puede que dependa del tipo de crianza, o del estilo de vida. Tambi¨¦n hay estudios que los asocian a los niveles hormonales de estr¨®genos a los cuales est¨¢n sometidas las mujeres durante los nueve meses que dura el embarazo, y que a largo plazo podr¨ªan incidir en c¨®mo la mujer afronta la menopausia y c¨®mo transita a la vida adulta.
P. ?Y qu¨¦ pasa con los siguientes embarazos?
R. Es lo que estamos investigando ahora, juntos a los posibles cambios en el cerebro de los padres. Pero se necesitan muchos datos para sacar conclusiones, es un trabajo que lleva tiempo.
P. ?Es dif¨ªcil encontrar participantes?
R. Es muy dif¨ªcil, sobre todo dependiendo del planteamiento del estudio. Tenemos que monitorear a las mujeres antes de que se queden embarazadas y despu¨¦s, durante el posparto temprano. Hay que hacer muchas resonancias, pero no todas van a servir porque muchas mujeres que empiezan el estudio no se van a quedar embarazadas. Otras puede que pierdan el beb¨¦, o simplemente dejan de estar interesadas, porque es un seguimiento que dura muchos meses. Tambi¨¦n a nivel econ¨®mico es muy costoso, los investigadores tienen que estar muy motivados para querer invertir su tiempo en proyectos que demoran mucho m¨¢s de lo que la ciencia en Espa?a te permite.
P. Adem¨¢s de investigar un tema del cual se conoce muy poco, ?para qu¨¦ sirven estos conocimientos?
R. Varias cosas. Si lo llevamos al terreno cl¨ªnico, lo primero que salta a la mente de todo el mundo es la patolog¨ªa mental posparto. A d¨ªa de hoy estamos intentando predecir, tratar y curar patolog¨ªas mentales posparto y ni siquiera sabemos exactamente qu¨¦ pasa en el cerebro de la mujer durante el embarazo. Entonces, una de las aplicaciones m¨¢s directas ser¨ªa intentar desarrollar tratamientos dirigidos a las patolog¨ªas perinatales. Entender c¨®mo esto puede afectar a la menopausia, o c¨®mo puede afectar a las mujeres que tienen m¨¢s riesgo de alzh¨¦imer tambi¨¦n es importante.
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