El CSIC y medio centenar de organizaciones rechazan las bases de datos privadas que condicionan la ciencia mundial

La universidad francesa de la Sorbona provoc¨® un terremoto en la ciencia mundial el 8 de diciembre, cuando anunci¨® que cancelaba su suscripci¨®n a la Web of Science, una omnipresente base de datos de la multinacional londinense Clarivate que se emplea en todo el mundo para evaluar a los cient¨ªficos y concederles, o no, ascensos y financiaci¨®n. Cientos de millones de euros de dinero p¨²blico se reparten en funci¨®n de estos datos de pl...

La universidad francesa de la Sorbona provoc¨® un terremoto en la ciencia mundial el 8 de diciembre, cuando anunci¨® que cancelaba su suscripci¨®n a la Web of Science, una omnipresente base de datos de la multinacional londinense Clarivate que se emplea en todo el mundo para evaluar a los cient¨ªficos y concederles, o no, ascensos y financiaci¨®n. Cientos de millones de euros de dinero p¨²blico se reparten en funci¨®n de estos datos de plataformas privadas, sobre todo de la Web of Science y de Scopus, una herramienta similar de la editorial holandesa Elsevier. La Sorbona y otro medio centenar de organizaciones, incluido el Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) espa?ol, han presentado este martes la Declaraci¨®n de Barcelona, una iniciativa para transformar radicalmente este sistema y hacerlo abierto.

Los firmantes advierten de que las carreras de los cient¨ªficos e incluso ¡°la forma en que la ciencia sirve a toda la humanidad¡± dependen actualmente de estos indicadores opacos y, a menudo, escasamente fiables. Hace un a?o, EL PA?S revel¨® que 19 investigadores espa?oles hab¨ªan mentido en la base de datos de Clarivate, a cambio de dinero, para simular que trabajaban en Arabia Saud¨ª, con el fin de aupar artificialmente a las universidades saud¨ªes en los rankings acad¨¦micos internacionales. La empresa londinense elabora cada a?o la Lista de Cient¨ªficos Muy Citados, que incluye a 7.000 investigadores cuyos estudios son los m¨¢s mencionados por otros colegas, seg¨²n estos indicadores opacos. En los ¨²ltimos a?os, la lista ha sido un coladero para cient¨ªficos mediocres sin escr¨²pulos, que han accedido haciendo todo tipo de trampas. Clarivate excluy¨® a m¨¢s de un millar en noviembre por estas malas pr¨¢cticas.

¡°Una gran parte de toda la informaci¨®n sobre investigaci¨®n est¨¢ encerrada en infraestructuras privadas. La gestionan empresas que deben rendir cuentas principalmente a sus accionistas, no a la comunidad investigadora. Como comunidad investigadora, nos hemos vuelto muy dependientes de las infraestructuras cerradas¡±, reflexionan los firmantes de la Declaraci¨®n de Barcelona, coordinada por Bianca Kramer, de la consultora holandesa Sesame Open Science; Cameron Neylon, de la Universidad Curtin (Australia); y Ludo Waltman, de la Universidad de Leiden (Pa¨ªses Bajos).

Los promotores de la iniciativa se reunieron en Barcelona en noviembre de 2023, en una reuni¨®n organizada por SIRIS Academic, una consultora barcelonesa que asesora a entidades acad¨¦micas de medio mundo. ¡°El mensaje profundo es que las bases de datos cerradas, como Web of Science y Scopus, limitan el proceso de promover una evaluaci¨®n de la ciencia m¨¢s inclusiva y transparente¡±, se?ala el especialista suizo Yoran Beldengr¨¹n, de SIRIS Academic. La Fundaci¨®n Espa?ola para la Ciencia y la Tecnolog¨ªa (FECYT), dependiente del Ministerio de Ciencia, paga casi seis millones de euros al a?o por las licencias de acceso a las bases de datos de la Web of Science y Scopus.

La Declaraci¨®n es contundente. ¡°Hemos acabado evaluando a investigadores e instituciones bas¨¢ndonos en evidencias no transparentes. Estamos supervisando e incentivando la ciencia abierta utilizando datos cerrados. Tambi¨¦n estamos tomando decisiones de forma rutinaria bas¨¢ndonos en informaci¨®n sesgada en contra de idiomas, regiones geogr¨¢ficas y agendas de investigaci¨®n menos privilegiadas¡±, reconocen los firmantes. Adem¨¢s del mayor organismo de ciencia en Espa?a, el CSIC, figuran tres universidades espa?olas (la de Barcelona, la Polit¨¦cnica de Catalu?a y la de las Islas Baleares) y la red de Centros de Investigaci¨®n de Catalu?a (CERCA), los 42 organismos de excelencia de la Generalitat.

¡°Para avanzar en la evaluaci¨®n responsable de la investigaci¨®n y la ciencia abierta, y promover la toma de decisiones imparcial y de alta calidad, es urgente que la informaci¨®n sobre investigaci¨®n est¨¦ disponible de manera abierta a trav¨¦s de infraestructuras acad¨¦micas tambi¨¦n abiertas. La apertura de la informaci¨®n sobre investigaci¨®n debe ser la nueva norma¡±, sostiene la Declaraci¨®n de Barcelona. Entre los firmantes internacionales se encuentran entidades como la Fundaci¨®n Bill & Melinda Gates (Estados Unidos), la Agencia Nacional de Investigaci¨®n de Francia y la Universidad de Mil¨¢n (Italia).

Beldengr¨¹n rechaza la idea de que las bases de datos privadas ofrezcan una garant¨ªa sobre la calidad de las revistas cient¨ªficas. ¡°Este argumento es cada vez m¨¢s discutido, ya que la decisi¨®n sobre qu¨¦ revistas se consideran de calidad no deber¨ªa dejarse en manos de un proveedor privado, a menudo en conflicto de intereses con los editores de las revistas (por ejemplo, Scopus es propiedad de Elsevier), sino encomendarse a la comunidad cient¨ªfica pertinente o a organismos nacionales de evaluaci¨®n¡±, reflexiona.

La multinacional Clarivate asegura que su trabajo es transparente y neutral respecto a las editoriales cient¨ªficas. ¡°Como defensores de los principios de investigaci¨®n abierta desde hace mucho tiempo, respaldamos en gran medida los objetivos de esta declaraci¨®n¡±, afirma Emmanuel Thiveaud, vicepresidente de Investigaci¨®n, An¨¢lisis de datos, Academia y Gobierno de Clarivate. ¡°Sin embargo, creemos que hay espacio para m¨²ltiples perspectivas y necesidad de ellas. Seguiremos interactuando y colaborando con la comunidad investigadora, porque un solo enfoque o una ¨²nica entidad no pueden abordar los desaf¨ªos m¨¢s apremiantes a los que se enfrenta la investigaci¨®n. Estamos comprometidos a trabajar con la comunidad para ayudar al personal investigador y a las instituciones acad¨¦micas a tomar decisiones fundamentadas y ser eficientes¡±, sostiene Thiveaud.

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