Hablan los denunciantes de acoso en el CNIO: ¡°No hay miedo a Mar¨ªa Blasco, hay terror¡±
Varios afectados relatan sus casos a EL PA?S. Sufrieron ansiedad y enfermedades psiqui¨¢tricas que achacan a lo vivido en el centro. La directora defiende que las denuncias no prosperaron
Cuatro personas que denunciaron a Mar¨ªa Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO) por acoso, abuso de poder y otros problemas, han aceptado relatar su experiencia a EL PA?S. La mayor¨ªa de ellas lo hacen de forma an¨®nima, pues tienen miedo a las represalias por parte de Blasco. Sus casos son algunos de los m¨¢s de 10 registrados en el centro desde 2013, y que recopila un informe interno que ya est¨¢ en manos del Gobierno y de los patronos del organismo. Se trata de denuncias internas que no llegaron a prosperar por diversas razones. Entre los denunciantes hay jefes, directores, investigadores, becarios. Al menos cinco son mujeres. El mi¨¦rcoles se reunir¨¢ el patronato para estudiar la continuidad de la direcci¨®n del centro: fuentes del Gobierno aseguran a EL PA?S que all¨ª se decidir¨¢ el futuro de Mar¨ªa Blasco, que lleva al frente del CNIO desde 2011.
El mayor centro de investigaci¨®n del c¨¢ncer de Espa?a atraviesa una de sus peores crisis desde que se cre¨® en 1998. El CNIO arrastra graves deficiencias en sus infraestructuras cient¨ªficas. Adem¨¢s, existe un conflicto laboral por las diferencias salariales, as¨ª como conflicto entre la direcci¨®n y sus empleados. 24 jefes cient¨ªficos del centro, la mitad de todos los del organismo, exigen al Gobierno que cese a Blasco.
La directora del CNIO ha decidido seguir al frente del cargo. Ha denunciado ser v¨ªctima de una campa?a de desinformaci¨®n, asegura que se la acosa por ser mujer y que sufre una maniobra de desprestigio y calumnias por parte de algunos medios que ha llegado a comparar con lo sufrido por los jud¨ªos durante el Holocausto.
¡°Respecto a las acusaciones de acoso, las que puedan haberse producido en el CNIO, habr¨¢n seguido el correspondiente protocolo, que debe activar el gerente, Juan Arroyo, como se desprende de los propios protocolos¡±, ha respondido Blasco por correo electr¨®nico a EL PA?S. ¡°Desde 2013 funcionaba el C¨®digo de conducta ¨¦tica y desde 2023 ha sido sustituido por el Protocolo de actuaci¨®n ante situaciones de conflicto interno, violencia y acoso en CNIO. Cuando se ha dirimido algo seg¨²n protocolos, no se ha corroborado ni acoso laboral o moral, ni abuso de autoridad por parte de la directora del CNIO¡±, ha a?adido. Solo una organizaci¨®n cient¨ªfica ha salido en defensa de Blasco: la Asociaci¨®n de Mujeres Investigadoras y Tecn¨®logas (AMIT).
En el CNIO ¡°no hay miedo a Mar¨ªa Blasco, hay terror¡±, confiesa una de las personas que ha denunciado, y que asegura haber sufrido acoso por parte de Blasco ¡°durante a?os¡±. Este afectado asegura que conoce a otros compa?eros que tambi¨¦n quieren denunciar, pero no se atreven. Cuando se trabaja en ciencia, las referencias del superior son esenciales, explica. Enfrentarse al jefe ¡°puede truncar tu carrera para siempre¡±, detalla esta persona. ¡°La imagen de Mar¨ªa es limpia de puertas afuera, pero de puertas adentro es terrible. Tiene una falta de respeto total hacia todo el mundo¡±, asegura.
Varias de las fuentes consultadas declaran haber sufrido problemas de salud mental y f¨ªsica debido a la presi¨®n y las situaciones de acoso que han vivido en el CNIO. Estos trastornos incluyen crisis de ansiedad, presiones en el pecho lo bastante fuertes como para acudir a urgencias, incluso problemas neurol¨®gicos, seg¨²n relatan dos denunciantes. A uno de ellos, la m¨¦dica de urgencias le explic¨® que sufr¨ªa ansiedad y le recomend¨® denunciar ante el comit¨¦ de empresa. En ocasiones, se echaban a llorar mientras relataban estas vivencias.
Una de las personas que denunciaron a Blasco ante la gerencia del centro habla de cargas de trabajo insoportables, pues pas¨® meses haciendo sola la tarea que antes hac¨ªan cuatro personas. A esto se a?ad¨ªan presiones de Blasco para que fuese m¨¢s r¨¢pida. ¡°Eres sub¨®ptima¡±, ¡°llegas tarde¡±, eran algunas de las frases de Blasco, seg¨²n esta persona. ¡°Hab¨ªa noches que me sentaba a trabajar y acababa viendo amanecer. Mis hijos se despertaban y me los llevaba al colegio¡±, explica. ¡°Me hicieron llorar y me ve¨ªan llorando en la pantalla del ordenador, me hac¨ªan ver que no cumpl¨ªa¡±, relata esta persona sobre Blasco y otros altos cargos del CNIO. Este denunciante asegura que la directora del CNIO hace luz de gas a los empleados que ella considera que le han fallado, por ejemplo, no dirigi¨¦ndose nunca a ellos directamente, haciendo como si no existieran. ¡°Las reuniones eran una tortura. Lo peor es que no fui consciente de que eso estaba mal, pensaba que era lo que hab¨ªa que hacer para ser excelente, tal y como preconizaba Blasco. Despu¨¦s lo habl¨¦ con otras personas. Y cuando fui consciente, no la denunci¨¦ por p¨¢nico. No se me hubiera ocurrido hacerlo¡±, confiesa, en referencia a hacer una denuncia formal de su caso.
Esta persona recuerda que en el momento de vivir la situaci¨®n no hab¨ªa un protocolo de acoso claro. ¡°El comit¨¦ cient¨ªfico era el que decid¨ªa, y este ¨®rgano lo presid¨ªa ella [Blasco] junto a una persona adjunta y un investigador. Aunque les diera pena, no hubieran hecho nada. Nunca me he arrepentido de no denunciar. No hab¨ªa ning¨²n tipo de garant¨ªa. Y encima sab¨ªa que me quer¨ªa echar¡±, confiesa. Seg¨²n este denunciante, hay m¨¢s empleados del CNIO en la misma situaci¨®n: ¡°Hay mucho miedo. La gente no habla, no reacciona¡±.
¡°Mala persona¡±
¡°T¨ªa chula¡±, ¡°qui¨¦n te crees que eres¡±, ¡°no solo eres chula, sino mala persona¡±, ¡°no eres una jugadora de equipo¡±, ¡°no s¨¦ lo que tienes en la cabeza y te resistes¡±, ¡°no trabajas desde que tienes reducci¨®n de jornada¡±. Son algunos de los comentarios que recibi¨® una investigadora por parte de Mar¨ªa Blasco en una reuni¨®n a ¡°puerta cerrada¡±, seg¨²n denunci¨® esta persona a la gerencia del CNIO cuando sucedieron los hechos, en mayo de 2016. Se trataba de una investigadora del grupo de Tel¨®meros y Telomerasa, que dirige Blasco. La v¨ªctima relat¨® estos hechos en un correo electr¨®nico a gerencia al que ha tenido acceso este diario y que figura entre la documentaci¨®n que maneja el Patronato, presidido por la secretaria general de Investigaci¨®n, Eva Ortega Pa¨ªno. La denunciante, de origen brasile?o, tambi¨¦n achaca insultos racistas a Blasco. ¡°Aqu¨ª no se hace magia negra¡±, le espet¨® en aquella reuni¨®n, seg¨²n el documento. La denunciante lo consider¨® un comentario ¡°con una connotaci¨®n extremadamente racista referido a mi raza y mi color de piel¡±. ¡°Los gritos de esta reuni¨®n se pudieron o¨ªr por varios testigos fuera del despacho de la doctora Blasco. Yo sal¨ª llorando de su oficina y llegu¨¦ llorando a recoger a mi hijo del colegio¡±, detalla el correo electr¨®nico. Mar¨ªa Blasco lleg¨® a despedir a esta persona y a decirle luego que la reaceptaba si le ped¨ªa perd¨®n, seg¨²n explica la propia v¨ªctima en su correo.
Esta persona asegur¨® en su denuncia que Blasco la apart¨® de su proyecto y la acos¨® psicol¨®gicamente. Tambi¨¦n asegura que sufri¨® una reducci¨®n de jornada laboral ¡°forzosa¡± y concatenaci¨®n de contratos temporales.
Otra denunciante explica sobre una reuni¨®n con Blasco: ¡°Me sent¨ª fatal, insultada en frente de todos mis compa?eros y superiores, sin poder defenderme¡±. ¡°Me subi¨® mucho la tensi¨®n, cre¨ª que me iba a dar algo, y que por lo bronco de la reuni¨®n y las acusaciones, que yo no entend¨ªa, como poco, nos echaban del CNIO¡±, asegura.
¡°Yo he o¨ªdo gritos de Mar¨ªa Blasco, los ha o¨ªdo gente de su grupo y tambi¨¦n los han o¨ªdo personas de muy alta responsabilidad en el CNIO¡±, explica una cient¨ªfica del centro que prefiere no ser identificada, tambi¨¦n por miedo a represalias.
La gran mayor¨ªa de estas denuncias no llegaron a prosperar por varios motivos. En ocasiones, los propios denunciantes las retiraban por miedo a represalias, pues de lo contrario deb¨ªan pasar a conocimiento de ¨®rganos en los que estaba Mar¨ªa Blasco, explican fuentes del CNIO. Otras llegaron al Instituto Nacional de Salud Carlos III, pero no se hizo nada, explican las fuentes consultadas. El actual protocolo contra el acoso en el centro es de abril de 2023 y ya prev¨¦ garant¨ªas como que la identidad de los denunciantes permanezca an¨®nima y que las denuncias sean gestionadas por abogados y comit¨¦s externos, explican fuentes del CNIO.
En 2023, un becario denunci¨® a Blasco por acoso y abuso de poder. En este caso se hizo una investigaci¨®n externa que eximi¨® a Blasco de acoso, pero s¨ª detectaba un posible caso de abuso de poder.
El bioqu¨ªmico austriaco Erwin Wagner, de 75 a?os, protagoniz¨® la primera denuncia contra Blasco que se registra en el informe que maneja el Patronato. El caso se remonta a 2013, cuando el investigador dimiti¨® como vicedirector por desacuerdos con la forma en que Blasco dirig¨ªa el CNIO, explica Wagner a este diario. ¡°Al inicio de una reuni¨®n del Consejo Asesor Cient¨ªfico, no acept¨¦ la decisi¨®n de Blasco de no dejar entrar a personal, investigadores postdoctorales, miembros de otros grupos de investigaci¨®n, en la sala de conferencias cuando present¨¢bamos nuestros datos¡±, relata Wagner en un correo electr¨®nico. ¡°Antes de que yo hablara, Blasco dijo que ella era la jefa y que ten¨ªamos que seguir sus decisiones, nos gustaran o no. Fue el comienzo de lo que llam¨¦, frente a los miembros internacionales del comit¨¦, una dictadura, y desde ese momento no la apoy¨¦ m¨¢s y renunci¨¦ a mi cargo de vicedirector en el acto. Ella dej¨® de hablarme y si nos cruz¨¢bamos, ni me saludaba¡±, a?ade Wagner, quien acab¨® abandonando el CNIO en 2018, y actualmente dirige su grupo de investigaci¨®n en la Universidad de Medicina de Viena y el Hospital Universitario de esta ciudad. ¡°Parece que por fin se va a hacer justicia¡±, se?ala Wagner en referencia al pr¨®ximo Patronato, ¡°pero ya es tarde: se ha hecho un gran da?o, y ha habido demasiado nepotismo y mentiras¡±.
?Tienes m¨¢s informaci¨®n sobre este caso u otros similares? Puedes escribirnos a ndominguez@elpais.es.
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