La par¨¢bola del asteroide, el parte m¨¦dico del papa y las versiones desde El Ventorro
La ciencia nos muestra que no siempre que cambian las lecturas de un hecho es un error o una falsedad, pero hay que entender c¨®mo cristalizan las verdades para distinguir las mentiras
Una astr¨®noma, un m¨¦dico y un pol¨ªtico entran en un bar y el camarero les pregunta: ¡°?Qu¨¦ tipo verdad quieren hoy?¡±. Dejo que imaginen el final del chiste, porque lo interesante es usar la pregunta para reflexionar sobre lo que ha pasado estos d¨ªas. El asteroide peligroso, el papa enfermo y el presidente de Schr?dinger (que estaba y no estaba en el Cecopi): en los tres casos, ha ido cambiando la versi¨®n de lo que se sab¨ªa, pero en...
Una astr¨®noma, un m¨¦dico y un pol¨ªtico entran en un bar y el camarero les pregunta: ¡°?Qu¨¦ tipo verdad quieren hoy?¡±. Dejo que imaginen el final del chiste, porque lo interesante es usar la pregunta para reflexionar sobre lo que ha pasado estos d¨ªas. El asteroide peligroso, el papa enfermo y el presidente de Schr?dinger (que estaba y no estaba en el Cecopi): en los tres casos, ha ido cambiando la versi¨®n de lo que se sab¨ªa, pero en cada circunstancia la relaci¨®n con la verdad era completamente distinta. Y es importante que recordemos c¨®mo cristalizan las verdades que consumimos a diario para distinguir entre cristales tallados de alta pureza y vasos de pl¨¢stico.
El asteroide 2024 YR4 fue por un momento el de mayor riesgo jam¨¢s pronosticado, pero finalmente ha quedado en (pr¨¢cticamente) nada. Cada d¨ªa, la astronom¨ªa mundial miraba por los telescopios y rehac¨ªa sus c¨¢lculos sobre la probabilidad de que la roca cayera en la Tierra. Y como cada d¨ªa eran distintos, nos pregunt¨¢bamos en la secci¨®n de Ciencia de EL PA?S qu¨¦ hacer con el nuevo dato. Una cosa es mantener a la gente informada, pero otra cosa es marearla ¡ªen tiempos de infoxicaci¨®n¡ª con cifras cambiantes sobre una amenaza m¨ªnima para el a?o 2032. Pero, ?por qu¨¦ ese mareo de cifras? Porque as¨ª funciona la ciencia y su capacidad predictiva: se hacen observaciones que permiten calcular probabilidades y cuantas m¨¢s observaciones se hacen, m¨¢s se afina ese c¨¢lculo. Como explicaba la astr¨®noma Julia de Le¨®n en los primeros d¨ªas: ¡°Si la ¨®rbita completa de este asteroide fuera como una pista de atletismo, que mide 400 metros, por ahora solo conocemos los primeros seis¡±. Las agencias espaciales no ment¨ªan ni se equivocaban cuando publicaban un riesgo del 1,2% y despu¨¦s del 3,1% y m¨¢s tarde del 0,0001%: el asteroide era el mismo, con la misma par¨¢bola, pero nuestro conocimiento mejoraba.
A diario ten¨ªamos el dato de riesgo del asteroide y el parte m¨¦dico del papa Francisco, que unas veces nos obligaba a ir preparando el obituario y otras parec¨ªa que se volv¨ªa sano y salvo a casa. Esas versiones cambiantes del parte nos dan otra perspectiva de la realidad: el asteroide siempre ten¨ªa la misma trayectoria, pero el organismo de Bergoglio no siempre est¨¢ igual de cat¨®lico. No es que los m¨¦dicos se inventen cada d¨ªa lo que pasa, es que la realidad ¡ªla situaci¨®n de los pulmones papales¡ª s¨ª es cambiante. La ciencia m¨¦dica no es ni de lejos tan exacta como el c¨¢lculo de trayectorias de cuerpos espaciales, entre otras razones, porque intervienen much¨ªsimos m¨¢s factores y, adem¨¢s, son inestables. La incertidumbre es un valor que debemos tener siempre en cuenta en la ciencia ¡ªno es imposible que nos golpee YR4¡ª, pero hay formas de mitigarla: escrutando los cielos con mejor instrumental, revisando al paciente con un TAC.
Y por ¨²ltimo, las versiones sobre lo que el presidente valenciano Carlos Maz¨®n hizo y d¨®nde estuvo en el d¨ªa m¨¢s terrible. En su caso, la realidad se parece m¨¢s a la del asteroide que a la del papa. Lo que sucedi¨® el 29 de octubre no cambia: todos estuvimos donde estuvimos e hicimos lo que hicimos. Si cambia la versi¨®n publicada sobre la trayectoria del asteroide Maz¨®n desde el restaurante El Ventorro no es porque se haya alterado el pasado, es porque se nos cuentan cosas m¨¢s o menos alejadas de la realidad: lo que coloquialmente llamamos mentiras. Y para impedirnos hablar sobre la verdadera ¨®rbita de Maz¨®n, se quiso dudar los telescopios: cuando Alberto N¨²?ez Feij¨®o acudi¨® a Valencia a deslizar que los t¨¦cnicos de Aemet hab¨ªan aportado informaci¨®n ¡°inexacta, mejorable¡±. El 31 de octubre tuve que hacer un an¨¢lisis apresurado en el directo del peri¨®dico y, sorprendentemente, ha envejecido bien. Me preguntaron cu¨¢l era la forma de mejorar el sistema de alertas y dije dos cosas: fomentar la confianza en las instituciones cient¨ªficas, ¡°no ponerles en duda¡±, y que mandemos m¨¢s alertas, no menos: ¡°La informaci¨®n no le sobra al ciudadano¡±. Ahora sabemos que la mayor¨ªa de los 224 fallecidos que dej¨® la dana en Valencia perdieron la vida antes de recibir la alerta masiva de la Generalitat.
El episodio del asteroide ha permitido mostrar al mundo que el d¨ªa que tengamos un susto de verdad, como en la pel¨ªcula No mires arriba, nos enteraremos todos de golpe gracias a cientos de astr¨®nomos que buscar¨¢n la verdad sobre su trayectoria y su riesgo para la humanidad. No ser¨¢ un solitario Leonardo DiCaprio, como hemos visto estos d¨ªas, y no faltar¨¢ informaci¨®n para los ciudadanos mientras tengamos datos para generarla. Para obtenerlos, los astr¨®nomos necesitan escrutar el cielo desde telescopios situados en ambos hemisferios, porque el planeta es una esfera y la amenaza puede venir por cualquier lado. Y cuando los pol¨ªticos ocultan la verdad, tambi¨¦n necesitamos periodistas y ciudadanos escrut¨¢ndoles desde ambos hemisferios, para que no puedan esconderse en la oscuridad de su espacio.