El neonegacionismo, la mayor amenaza para el proceso de transici¨®n ecol¨®gica
Aunque se impulse la eficiencia energ¨¦tica y el autoconsumo, es imprescindible recurrir a las plantas fotovoltaicas
Los posicionamientos negacionistas con respecto a la realidad de la emergencia clim¨¢tica han hecho perder mucho tiempo a la humanidad en los esfuerzos por mitigar sus efectos negativos. Desaparecido ...
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Los posicionamientos negacionistas con respecto a la realidad de la emergencia clim¨¢tica han hecho perder mucho tiempo a la humanidad en los esfuerzos por mitigar sus efectos negativos. Desaparecido Donald Trump de la presidencia americana, ¨²ltimo baluarte importante de estos posicionamientos, parecer¨ªa que todo se orientar¨ªa hac¨ªa una senda m¨¢s clara de implementaci¨®n de las medidas necesarias para esta mitigaci¨®n.
Sin embargo, estamos viendo que est¨¢ surgiendo una nueva amenaza, que pudiera ser m¨¢s peligrosa quiz¨¢s que la anterior, lo que podr¨ªamos llamar el neonegacionismo. Las personas o entidades que podemos incluir en esta categorizaci¨®n son muy heterog¨¦neas. Ambientalistas bien intencionados que priorizan la realidad local sobre el problema global, intereses econ¨®micos competitivos, ego¨ªstas regionales, contratodistas o cazadores de protagonismo forman parte de este grupo. En general tiene en com¨²n que ninguno niega la emergencia clim¨¢tica e incluso solicitan a los Gobiernos una mayor ambici¨®n en sus objetivos, pero, en flagrante incoherencia o desconexi¨®n de la realidad, se oponen a la aplicaci¨®n pr¨¢ctica de las pol¨ªticas necesarias para su mitigaci¨®n o quieren que se lleven a cabo en un territorio alejado del suyo, lo cual a efectos pr¨¢cticos tiene las mismas implicaciones que los posicionamientos de los anteriores negacionistas. Propugnan soluciones ut¨®picas o que podr¨ªan retrasar durante d¨¦cadas la lucha contra la crisis clim¨¢tica.
En el caso espa?ol, para la energ¨ªa solar, la matem¨¢tica es clara. El objetivo marcado por el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energ¨ªa y Clima) es alcanzar los 39 gigavatios (GW) en 2030. En este momento contamos con 12,6 GW instalados, estimamos que se podr¨ªan instalar alrededor de 10 GW en autoconsumo, con lo cual nos quedar¨ªan 16,4 GW que ser¨ªa necesario instalar en suelo, objetivo m¨ªnimo, que realmente deber¨ªa ser revisado para estar en sinton¨ªa con el incremento de objetivos de energ¨ªas renovables aprobado por la Comisi¨®n Europea. Aunque impulsemos, como debemos hacer, la eficiencia energ¨¦tica y el autoconsumo, es imprescindible recurrir a las plantas en suelo, que adem¨¢s de tener un alto grado de competitividad pueden suponer una oportunidad econ¨®mica para nuestro pa¨ªs. Los precios medios que se ofertaron en la subasta del pasado mes de enero fueron la mitad de un a?o precovid. Ante la oposici¨®n que surge frente a tener que pagar un coste econ¨®mico por la transici¨®n ecol¨®gica, la tecnolog¨ªa solar supone la posibilidad de poder compensar a los ciudadanos el encarecimiento de los combustibles f¨®siles gracias a las reducciones en el coste de la electricidad.
Pero esta realidad no justifica que todo proyecto renovable sea admisible. Es necesario hacer las cosas bien y no hay justificaci¨®n para no hacerlo as¨ª.
Si se implementa de manera adecuada, la construcci¨®n de una planta solar fotovoltaica no solo no es negativa para la biodiversidad sino que, en contraste con algunas pr¨¢cticas anteriores en el mismo suelo, puede significar una oportunidad. Para empezar, no es necesario construirlas en zonas que tengan ning¨²n tipo de protecci¨®n ambiental.
Las plantas tienen que llevarse a cabo desde los principios del respeto al territorio y a las poblaciones locales. Desde el respeto al territorio dise?¨¢ndolas basadas en el concepto de la reversibilidad, es decir, que los suelos est¨¦n igual o mejor el d¨ªa de su desinstalaci¨®n que cuando se llevaron a cabo. Por ejemplo, sustituyendo las cimentaciones de hormig¨®n por hincado, no removiendo el suelo f¨¦rtil ni utilizando productos fitosanitarios. En las plantas ya construidas se aprecia una renaturalizaci¨®n de los suelos; y esta renaturalizaci¨®n se debe ayudar con la instalaci¨®n de nidales, hoteles de insectos, humedales... Si se opta por compatibilizar la actividad energ¨¦tica con la agropecuaria esta deber¨ªa respetar los principios de la agricultura ecol¨®gica. Adem¨¢s, el impacto paisaj¨ªstico, ¨²nico impacto real de una planta solar, se debe amortiguar utilizando muros vegetales de plantas aut¨®ctonas.
No menos importante que el respeto a la biodiversidad es el respeto a las comunidades locales. Todo proyecto debe partir del dialogo con ellas y los ayuntamientos. Los acuerdos con los propietarios de los terrenos deben llevarse a cabo desde la voluntariedad renunciando a la posibilidad de expropiar los suelos necesarios para la planta. Se deben de buscar f¨®rmulas para dejar el mayor impacto econ¨®mico a nivel local a trav¨¦s no solo del pago del impuestos y alquileres de terrenos correspondientes, sino de la contrataci¨®n de mano de obra y bienes y servicios locales y la introducci¨®n de f¨®rmulas para compartir beneficios.
Si todo el PNIEC se llevara a cabo en suelo agr¨ªcola, se necesitar¨ªa menos del 0,20% del mismo, por lo que claramente no se produce ninguna incompatibilidad de usos. Sin embargo, en determinadas zonas se produce una mayor concentraci¨®n de proyectos, lo que hace que surjan voces reclamando una moratoria que permitiera una hipot¨¦tica planificaci¨®n. Se olvidan esas voces que nuestro pa¨ªs es un Estado de derecho, garantista, con unos procedimientos administrativos que a trav¨¦s del estudio de impacto ambiental singular y acumulativo, ejercen el mismo papel de esta solicitada planificaci¨®n en base a datos reales y m¨¢s profundos.
Vivimos un momento en el cual todos los actores tiene que asumir su responsabilidad hist¨®rica, las empresas comprometi¨¦ndose a trabajar desde la excelencia y el respeto, pero ambientalistas y autoridades tienen que trabajar tambi¨¦n desde la responsabilidad y la visi¨®n global del problema. Nuestro pa¨ªs no puede desperdiciar esta oportunidad econ¨®mica ni el mundo puede permitirse perder otra d¨¦cada en la lucha contra la emergencia clim¨¢tica.
Jos¨¦ Donoso es el director general de la asociaci¨®n Uni¨®n Espa?ola Fotovoltaica (Unef).
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