Esta historia podr¨ªa empezar con Luc¨ªa Buend¨ªa y el c¨²ter con el que moldea una vela para transformarla en una r¨¦plica de un huevo. Esta imitaci¨®n de cera ser¨¢ fundamental unos d¨ªas despu¨¦s para conseguir que una pareja de quebrantahuesos a la que se le ha quitado el huevo de su nido no se deprima y siga criando en los Pirineos en las pr¨®ximas temporadas.

O, tal vez, esta historia podr¨ªa arrancar con Mario Camporb¨ªn y la antena con la que carga monta?a arriba, monta?a abajo, para tratar de pescar la se?al del transmisor de radio de Risco, un ejemplar de quebrantahuesos reci¨¦n liberado en la sierra de Gredos.

Tambi¨¦n podr¨ªa comenzar con Teresa Cardona y el boli con el que golpea suavemente la c¨¢scara de otro huevo ¡ªeste de verdad¡ª imitando lo que har¨ªa su madre con el pico. El huevo est¨¢ dentro de una incubadora en un centro de cr¨ªa de quebrantahuesos cerca de Zaragoza, una especie de orfanato para buitres.

O, quiz¨¢s, podr¨ªa iniciarse con Gerardo B¨¢guena y unas tijeras. Mientras trocea con ellas una pata de cordero para alimentar a unos polluelos, explica en voz baja: ¡°La capacidad que tiene el ser humano para destruir es mucho mayor que la que tiene de construir. Basta un peque?o bote de estricnina para acabar con toda la fauna de Do?ana¡±. Y sigue con las tijeras tratando de hacer el menor ruido para no alterar a los siete pollos que cuida dentro de una caseta en pleno Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. ¡°Somos mucho m¨¢s eficientes destruyendo que construyendo¡±, remacha.

Ese es el problema con el que se ha topado el quebrantahuesos: el ser humano y su extraordinaria capacidad para la destrucci¨®n. El veneno que en el siglo XX se emple¨® para limpiar los campos de alima?as y la caza borraron a esta especie de pr¨¢cticamente todos los sistemas monta?osos del sur de Europa. A finales de los noventa, en Espa?a tan solo resist¨ªa en libertad una diezmada poblaci¨®n de unas pocas decenas de animales en los Pirineos.

Luc¨ªa, Teresa, Mario y Gerardo son solo una muestra del peque?o ej¨¦rcito de mujeres y hombres buenos que han decidido situarse en el lado m¨¢s complicado de esta historia: reconstruir lo destruido. Forman parte de la Fundaci¨®n para la Conservaci¨®n del Quebrantahuesos (FCQ), creada en 1995 y que tiene en marcha un programa que ha conseguido llevar de vuelta a este animal a los Picos de Europa. El objetivo ahora es conseguir lo mismo en Gredos y el Maestrazgo. EL PA?S ha seguido sus pasos durante los ¨²ltimos cinco meses para documentar la forma en la que cerca de medio centenar de personas ¡ªentre trabajadores directos y colaboradores¡ª desarrollan esta labor. Quien salva una vida, salva el universo, podr¨ªa ser su lema tambi¨¦n, aunque esta vez referido a esta otra especie: el Gypaetus barbatus, una preciosa ave necr¨®faga en peligro de extinci¨®n en Espa?a y Europa pero que empieza a reconquistar los cielos de la Pen¨ªnsula.

El invierno se empieza a despedir y el d¨ªa ha amanecido despejado en A¨ªnsa, un municipio de Huesca con algo m¨¢s de 2.000 habitantes. Pero eso no quita para que a estas horas de la ma?ana un caf¨¦ caliente siente de maravilla. A los miembros de la FCQ, encabezados por Juan Antonio Gil, uno de sus fundadores, se les han unido ya seis integrantes del Grupo de Intervenci¨®n en Altura (GIA) del cuerpo de Agentes de Protecci¨®n de la Naturaleza de Arag¨®n. En la cafeter¨ªa tambi¨¦n est¨¢ Diego Bayona, director del Medio Natural del Gobierno aragon¨¦s. ¡°Este tambi¨¦n es un ejercicio de solidaridad entre comunidades¡±, resume. ¡°Las especies no tienen fronteras¡±, dice Bayona mientras todos estos hombres de monta?a se preparan para partir.

Varias horas despu¨¦s, tras una buena caminata por el escarpado ca?¨®n de A?isclo, en el Parque Nacional de Ordesa, los agentes se descuelgan por el barranco hasta el nido seleccionado. Al intuirlos cerca, el macho o la hembra ¡ªambos incuban¡ª sale volando, y los miembros del GIA pueden recoger el huevo y sustituirlo por la r¨¦plica de cera. A toda prisa se introducir¨¢ en una incubadora port¨¢til y viajar¨¢ en coche hasta el centro de cr¨ªa que la fundaci¨®n tiene a dos horas y media de all¨ª, en la Puebla de Alfid¨¦n, a las afueras de Zaragoza.

Los pollos que nazcan en el centro servir¨¢n luego para repoblar otros sistemas monta?osos del pa¨ªs. A eso se refiere Bayona cuando habla de solidaridad entre comunidades, aunque detr¨¢s de este programa hay una estrategia de pura supervivencia: era tremendamente arriesgado que toda la poblaci¨®n de quebrantahuesos de Espa?a estuviera concentrada solo en un punto. Y a finales del siglo pasado exist¨ªa un riesgo muy cierto de que esta especie que lleva presente 500.000 a?os en los Pirineos fuera borrada del mapa. El hombre ser¨ªa el culpable: ¡°Nosotros somos el meteorito en esta sexta gran extinci¨®n¡±, lamenta Gil.

Pero los esfuerzos por frenar el declive han empezado a dar sus frutos y, aunque sigue en peligro de extinci¨®n, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas se ha pasado de las 44 unidades reproductoras (normalmente parejas, aunque a veces pueden ser tr¨ªos, de ejemplares maduros) que hab¨ªa censadas en los noventa en los Pirineos a 155 repartidas por varias zonas del pa¨ªs y m¨¢s de mil aves volando en libertad.

Los miembros del Grupo de Intervenci¨®n en Altura (GIA) del cuerpo de Agentes de Protecci¨®n de la Naturaleza de Arag¨®n y de la Fundaci¨®n para la Conservaci¨®n del Quebrantahuesos, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Los agentes preparan el equipo para descender hasta el nido en el que se va a intervenir, en el ca?¨®n de A?isclo.

R¨¦plicas de cera que se depositan en el nido en sustituci¨®n del huevo que se extrae para que la pareja de quebrantahuesos no sufra estr¨¦s y siga criando las siguientes temporadas.

Un miembro de la fundaci¨®n entrega la mochila con las r¨¦plicas a uno de los agentes que descender¨¢ hasta el nido.

Localizaci¨®n e intervenci¨®n en el nido de quebrantahuesos para el rescate del huevo.

Los nidos suelen estar ubicados en las paredes de barrancos como el de A?isclo, por lo que se necesita la colaboraci¨®n de los agentes especialistas en trabajos verticales.

Los agentes entregan la mochila con el huevo al miembro de la Fundaci¨®n para la Conservaci¨®n del Quebrantahuesos. Los huevos se retiran de los nidos de las parejas con un historial de fracaso en la cr¨ªa de los polluelos.

El huevo, protegido con poliesp¨¢n y lana, se prepara para su traslado hasta Zaragoza, hasta donde ir¨¢ en una incubadora port¨¢til para que mantenga la temperatura adecuada.

Juan Antonio Gil, de la Fundaci¨®n para la Conservaci¨®n del Quebrantahuesos, entrega la incubadora a Teresa Cardona, una de las t¨¦cnicas del centro de cr¨ªa, ubicado en Zaragoza.

Paralelamente al nacimiento de la FCQ en el norte de Espa?a, en el sur arranc¨® en 1996 otro programa. Fue en Cazorla (Ja¨¦n), y en estos 25 a?os de vida ha conseguido repoblar varios sistemas monta?osos andaluces. En su caso, el programa emplea parejas que provienen de zool¨®gicos y que ya no son aptas para la vida en libertad.

Lo novedoso de la FCQ es que emplean huevos recogidos en la naturaleza y, por lo tanto, pollos que nacen en cautividad y a los que se cr¨ªa sin sus padres para luego ser liberados. ¡°En Espa?a no hab¨ªa ninguna iniciativa similar cuando empezamos, viajamos hasta Argentina para conocer el programa del c¨®ndor¡±, recuerda Gerardo B¨¢guena, presidente de la fundaci¨®n. ¡°Al principio cost¨® que nos entendieran porque nos salimos del canon, pero apostamos por rescatar los huevos para evitar que mueran¡±, a?ade. Porque su fundaci¨®n estudia previamente los nidos y se intenta seleccionar a las parejas o tr¨ªos con un historial de fracasos en sacar adelante a los pollos. Todas las intervenciones se hacen con la supervisi¨®n del Gobierno de Arag¨®n y desde 1995 se ha recogido m¨¢s de un centenar de huevos. ¡°El 95% estar¨ªan muertos si no los hubi¨¦ramos rescatado¡±, estima B¨¢guena.

Esta temporada han sido nueve los que se han recogido. Pero los embriones de dos estaban ya muertos, por lo que solo han nacido siete polluelos. Un par est¨¢ ahora volando en la sierra de Gredos, otro en el Maestrazgo turolense y los tres restantes en Picos de Europa. Pero ese es el final de esta historia...

De los cuidados durante la incubaci¨®n se encarga un equipo de cuatro personas, que realizan guardias para que siempre al menos uno de ellos est¨¦ pendiente, primero de los huevos y luego de los polluelos. Cuando comenzaron el programa, la FCQ contrat¨® a una empresa especializada para que, dentro de una r¨¦plica, introdujeran varios sensores. El huevo simulado se coloc¨® en un nido y as¨ª pudieron saber las condiciones en las que las aves incuban en la naturaleza.

Gracias a esa informaci¨®n, la bi¨®loga Luc¨ªa Buend¨ªa y la veterinaria Teresa Cardona, dos de las trabajadoras del centro, saben que cada cierto tiempo deben girar los huevos, y la temperatura a la que deben estar. Tambi¨¦n saben que, de vez en cuando, no est¨¢ mal que golpeen suavemente la c¨¢scara con un boli. Cardona se encarga de asistir el nacimiento de los pollos, que suele durar varios d¨ªas y en el que a veces debe intervenir para ayudarlos a salir.

La sala de estar del centro de cr¨ªa de la FCQ podr¨ªa ser el sal¨®n de cualquier casa, pero un par de cosas no cuadran aqu¨ª. Las velas y el c¨²ter que hay sobre la mesa camilla y el monitor colgado en una pared. La imagen en blanco y negro de la pantalla est¨¢ dividida en siete y muestra los nidos en los que est¨¢n los pollos que han nacido este a?o. Cuenta Cardona que ha aprendido a interpretar su piar. ¡°S¨¦ si tienen fr¨ªo, miedo, hambre...¡±.

Nacen con entre 120 y 125 gramos de peso, y en ese momento comienza una carrera por engordar: cada 24 horas deben ganar un 10% hasta llegar a los seis kilogramos a los 90 d¨ªas. Durante ese tiempo, los miembros de la fundaci¨®n deben ¡°suplantar el trabajo parental¡±, en palabras de B¨¢guena. B¨¢sicamente, ser sus padres, pero sin que se den cuentan de que los cr¨ªan unos seres humanos. El objetivo es evitar cualquier impronta que les ponga luego en peligro cuando sean liberados. En el centro han construido unos nidos que forran con lana de oveja, como los que tendr¨ªan en la naturaleza. Y delante han levantado la recreaci¨®n de un barranco de piedras como el que ver¨ªan en los Pirineos.

Adem¨¢s de las velas, el c¨²ter, el monitor y los montoncitos de lana, en esta extra?a casa ¡ªque se abre en enero y se cierra en mayo, cuando todos los animales ya est¨¢n en el campo¡ª hay repartidos varios frigor¨ªficos y congeladores. En ellos guardan la carne de cordero y los ratoncillos con los que alimentan a los polluelos. Para evitar la impronta negativa, la comida y el agua se les da con unas marionetas de quebrantahuesos que Juan Carlos Ascaso, naturalista y coordinador del centro, maneja con una especial destreza. ¡°Esta es la trastienda de la conservaci¨®n¡±, dice mientras se calza en el brazo una de esas r¨¦plicas.

En este orfanato se oyen muchos trinos y pocas palabras. La regla es susurrar para que las cr¨ªas no se acostumbren a la voz humana. Pero la norma se rompe un solo d¨ªa: el de la primera revisi¨®n veterinaria. ¡°Hoy hay que hablar alto¡±, recomienda B¨¢guena. ¡°Es un d¨ªa de condicionamiento negativo¡±. La meta es que los animales relacionen el estr¨¦s que se genera durante las pruebas veterinarias con la presencia del hombre y, en el futuro, no se acerquen a las personas que tantos problemas han causado a su especie.

Desde que nacen en el centro de cr¨ªa, se evita el contacto con las personas. Y se reproducen las condiciones que tendr¨ªan en la naturaleza; por ejemplo, con la lana de los nidos.

Pero, cuando tienen 15 d¨ªas aproximadamente, los t¨¦cnicos les realizan una revisi¨®n veterinaria.

Juan Manuel Blanco, el responsable veterinario de la fundaci¨®n, toma una muestra de un polluelo.

Esta primera revisi¨®n sirve como condicionamiento negativo para el p¨¢jaro: el estr¨¦s que sufren los polluelos contribuir¨¢ a que no se acerquen al ser humano cuando sean soltados en la naturaleza.

Nacen con entre 120 y 125 gramos y ganan casi un 10% de peso diariamente hasta alcanzar los seis kilos a los 90 d¨ªas.

Para reducir al m¨ªnimo el contacto con el ser humano, se emplean unas marionetas para alimentar y dar de beber a los pollos.

Los polluelos son alimentados con las marionetas durante los 40 d¨ªas que pasan en el centro de Zaragoza desde su nacimiento.

A los ejemplares se les hace una control continuo. En la imagen, las egagr¨®pilas, es decir, la comida que regurgitan, de los siete ejemplares que han nacido este a?o en el centro.

Las necesarias revisiones generan un gran estr¨¦s en los animales. Y, como les ocurre a los seres humanos con las canas, este estr¨¦s deja peque?as marcas de despigmentaci¨®n en sus plumas.

Si alg¨²n invierno se cruza por una carretera de Huesca con un tipo conduciendo con pasamonta?as y las ventanillas abiertas, no se asuste. Seguramente sea B¨¢guena. En el maletero llevar¨¢ un par de polluelos rumbo al coraz¨®n del Parque Nacional de Ordesa, donde la FCQ tiene su principal hacking, unas instalaciones de cr¨ªa campestre donde los quebrantahuesos aprenden a ser quebrantahuesos. Es una escuela de buitres ubicada a 1.800 metros de altura y, a pesar del fr¨ªo y de las pocas comodidades, es uno de los lugares m¨¢s especiales de Ordesa en los que pasar una noche.

All¨ª se les traslada cuando cumplen 40 d¨ªas y est¨¢n escolarizados hasta que tienen 90. Durante ese tiempo, siempre hay una persona de la fundaci¨®n de guardia para seguir aliment¨¢ndolos. De nuevo, se reduce al m¨ªnimo el contacto humano gracias a las marionetas y los susurros. La diferencia con el centro de Zaragoza son las impresionantes vistas de las que disfrutan los pollos tras las rejas de sus nidos: monta?as nevadas y un cielo lleno de quebrantahuesos y buitres leonados.

Justo delante del hacking ¡ªuna plataforma met¨¢lica de dos pisos con una planta de 120 metros cuadrados¡ª hay un comedero de buitres al que el personal del parque surte de alimento cada viernes. Ese d¨ªa el cielo se nubla con las decenas y decenas de leonados y quebrantas que se lanzan a por la comida. Eso s¨ª, en orden. Primero comen los buitres leonados, que se llevan casi toda la carne. Luego les toca a los quebrantahuesos, un ave necr¨®faga que se ha especializado en alimentarse de huesos. Todo eso lo ven desde sus nidos los pollos.

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A los 40 d¨ªas de vida, los polluelos son trasladados al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Los ejemplares son porteados hasta el hacking (la instalaci¨®n para la cr¨ªa campestre) que tiene la fundaci¨®n en este espacio protegido.

Es el mayor hacking de Espa?a: tiene una planta de 120 metros cuadrados de superficie y se construy¨® en 2010.

Gerardo B¨¢guena, responsable de la fundaci¨®n, con uno de los ejemplares que durante aproximadamente un mes estar¨¢n en el hacking de Ordesa.

Los animales est¨¢n de nuevo en aislamiento, en unos nidos desde los que pueden ver las monta?as y a otros quebrantahuesos y diferentes especies de buitres.

A los animales se les alimenta todos los d¨ªas con trozos de cordero y ratas. Tambi¨¦n se les da alg¨²n suplemento vitam¨ªnico.

El quebrantahuesos es un animal necr¨®fago y cuando es adulto se alimenta de huesos, algo que le diferencia de las otras especies de buitre.

En la trastienda del hacking, detr¨¢s de los nidos, los miembros de la fundaci¨®n se encargan de sus cuidados. Hacen guardias de tres d¨ªas en las que tienen que dormir junto a los nidos de los animales.

Los veterinarios y bi¨®logos del proyecto siguen utilizando las marionetas para mantener el aislamiento.

Alrededor de medio centenar de personas est¨¢n en estos momentos involucradas en el plan de recuperaci¨®n que tiene en marcha la fundaci¨®n. En la foto, Juan Carlos Acaso, miembro de la fundaci¨®n.

Desde las jaulas del hacking se ve el comedero al que varias especies de buitre acuden.

Esta zona de los Pirineos fue el reducto del quebrantahuesos en Espa?a y est¨¢ sirviendo para repoblar otras cadenas monta?osas de la Pen¨ªnsula.

¡°Esto es una escuela de quebrantahuesos y de personas... Aqu¨ª se ve la gente que tiene pasi¨®n¡±, explica B¨¢guena siempre en voz baja mientras sigue preparando la comida para los pollos. Durante los meses en los que est¨¢n ocupados los nidos, los t¨¦cnicos de la FCQ tienen que permanecer varios d¨ªas solos y aislados en el hacking. Y puede ser un trabajo duro.

Este hacking, el m¨¢s grande de Espa?a, se levant¨® en 2010. Pero lo cierto es que el programa arranc¨® 15 a?os antes a unos pocos kil¨®metros de aqu¨ª, en una caba?a aislada de la familia de B¨¢guena. All¨ª fue donde este naturalista hizo durante dos meses en 1995 su primer hacking con Silvano, un polluelo que naci¨® en casa de su madre y que se encarg¨® de criar. A Silvano se lo llevaron a un centro a Austria cuando creci¨®, pero a B¨¢guena se le qued¨® dentro la pasi¨®n por esta imponente ave, que puede alcanzar los tres metros de envergadura y vive alrededor de 25 a?os en libertad.

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Si ve este v¨ªdeo del comedero de buitres frente al hacking en el Parque Nacional de Ordesa desde un ordenador, pinche la imagen y mu¨¦vala; si lo ve desde el m¨®vil, p¨®ngalo en horizontal y disfrute de la experiencia 360? moviendo su dispositivo.

Siete viajes lleva ya dados el helic¨®ptero hasta lo m¨¢s alto del Risco Redondo, en el parque regional de la sierra de Gredos, al sur de la provincia de ?vila. Todav¨ªa le queda un ¨²ltimo porte para terminar de subir el material para montar un nuevo hacking en lo alto de este gigante de granito de 1.800 metros de altura. Estamos a principios de mayo y, cuando se termine, ser¨¢ la cuarta plataforma cr¨ªa campestre de la FCQ para su plan de reintroducci¨®n, que en estos momentos busca establecer corredores ecol¨®gicos entre distintas cadenas monta?osas de la Pen¨ªnsula dentro de un programa europeo Life que se extender¨¢ hasta 2027 y que, como la fundaci¨®n, se nutre de fondos p¨²blicos y aportaciones privadas.

En ese plan es una parada obligatoria Gredos, donde hace m¨¢s de 70 a?os desapareci¨® este animal. La jaula de 800 kilos de peso y 24 metros cuadrados de superficie es una pieza clave para la reintroducci¨®n porque servir¨¢ para que los quebrantahuesos se fijen al territorio. El objetivo es favorecer la filopatria, la tendencia natural a volver al lugar que identifican como su hogar para criar. As¨ª se lograr¨ªa establecer de nuevo una poblaci¨®n en Gredos, como ya se hizo en Picos de Europa.

¡°Nos ofrecieron varias ubicaciones, pero tras un estudio de viabilidad se opt¨® por este¡±, se?ala B¨¢guena, esta vez al pie de este risco de granito. Lo que le rodea ahora es un paisaje bien distinto al de Pirineos: en lugar de pinos, la vegetaci¨®n dominante son los piornos, un arbusto. La elecci¨®n de este lugar para la reintroducci¨®n no es arbitraria. Adem¨¢s de los registros hist¨®ricos que muestran la presencia de esta especie, en los ¨²ltimos a?os se ha visto sobrevolar Gredos a varios ejemplares de Cazorla. El ¨¦xito del programa ser¨ªa conseguir que se cruzaran ambas poblaciones y que se establecieran aqu¨ª. Lo mismo se est¨¢ intentando en el Maestrazgo turolense con la reintroducci¨®n de unos ejemplares que se espera que interaccionen con los de otro programa iniciado por la Comunidad Valenciana.

En la imagen, construcci¨®n de la plataforma en el Risco Redondo, en la sierra de Gredos. Para subir la pesada estructura se tuvo que emplear un helic¨®ptero.

Los dos quebrantahuesos elegidos para inaugurar la repoblaci¨®n de Gredos llegan desde Ordesa el 17 de mayo. Son un macho y una enorme hembra que estar¨¢n otro mes en esta jaula. Se sigue manteniendo el aislamiento, aunque el seguimiento de su evoluci¨®n se realiza ya a distancia y no se les alimenta todos los d¨ªas con las marionetas. Desde el hacking ven el que ser¨¢ su hogar y a los alimoches, cuervos, buitres leonados y negros que ser¨¢n sus vecinos.

Los t¨¦cnicos de la fundaci¨®n y los de la Junta de Castilla y Le¨®n se encargaron de seleccionar la mejor ubicaci¨®n para el hacking. En esta zona hab¨ªa quebrantahuesos hasta hace 70 a?os.

Los dos animales seleccionados, un macho y una hembra, son trasladados hasta Gredos cuando tienen 90 d¨ªas de vida. Y, antes de dejarlos en la plataforma, vuelven a ser revisados por los veterinarios. Adem¨¢s, todos los ejemplares que se liberan son marcados y llevan dos transmisores: uno de se?al de radio y otro de sat¨¦lite.

La suelta se hace de forma blanda para que se acostumbren a la zona y para ayudarles a desarrollar la filopatria. El objetivo es que en el futuro cr¨ªen en Gredos para que se cree una poblaci¨®n estable.

El programa busca la implicaci¨®n de la poblaci¨®n local. El nombre de los dos ejemplares que se han liberado en Gredos (Risco y Galana) lo han elegido los escolares de la zona.

Los t¨¦cnicos de la fundaci¨®n portean a los dos ejemplares hasta el hacking. Son Mario Camporbin y Juan Fern¨¢ndez-Elipe, y ser¨¢n los encargados de controlar su evoluci¨®n durante los pr¨®ximos a?os.

Los animales est¨¢n durante un mes en la jaula y se les sigue alimentando, pero sin que vean a persona alguna.

Pasados 30 d¨ªas, se les abre la puerta de la jaula para que salgan. Y pasados algunos d¨ªas m¨¢s, empiezan a realizar los primeros vuelos cortos.

Los t¨¦cnicos de la fundaci¨®n dejar¨¢n durante meses comida y agua repartida por el risco para que lo identifiquen con su hogar.

Los ni?os de la zona son los que han bautizado a la pareja: al macho le han puesto Risco y a la hembra Galana. Tras un mes de adaptaci¨®n, las jaulas de ambos se abren a mediados de junio, cuando las flores de los piornos ti?en de amarillo las laderas. Un par de semanas despu¨¦s, los dos animales ya est¨¢n dando sus primeros vuelos, relatan Juan Fern¨¢ndez-Elipe y Mario Camporb¨ªn, los dos t¨¦cnicos que durante los pr¨®ximos cinco a?os se encargar¨¢n de su seguimiento.

Porque el trabajo no acaba cuando se abre la jaula. Para conseguir que se fijen a la zona se les seguir¨¢ dejando alimento y agua a estos quebrantahuesos y a los que est¨¢ previsto que sigan llegando. En un futuro es posible que tambi¨¦n se hagan aportes de lana, como ya ocurre en Picos de Europa y los Pirineos. La ca¨ªda de la ganader¨ªa extensiva ha hecho que los nidos de los quebrantahuesos se llenen de cuerdas ante la falta de lana en el campo.

Siete d¨¦cadas despu¨¦s de su extinci¨®n, los quebrantahuesos han vuelto de forma estable a la sierra de Gredos. El objetivo es que se establezca una poblaci¨®n aqu¨ª y, en la medida de lo posible, buscar la interacci¨®n de estos ejemplares con los quebrantahuesos del programa de cr¨ªa de Cazorla, a los que ya se les ha visto en esta misma zona de forma espor¨¢dica.

Mario Camporb¨ªn, ganadero como su padre, fue uno de los 60 vecinos de la zona que acudieron al llamamiento de la FCQ para trabajar con ellos. Fue el seleccionado. ¡°La gente en mi pueblo est¨¢ muy ilusionada con la llegada del quebrantahuesos¡±. Ahora se turna con su compa?ero para controlar con los prism¨¢ticos y el equipo de radio a Risco y Galana, que siguen merodeando por el Risco Redondo. ¡°Subimos todos los d¨ªas y tenemos que verlos a los dos, aunque nos tengamos que recorrer el risco de arriba abajo¡±, explica con la antena de radio en la mano mientras trata de captar la se?al del esquivo macho. Su cara es de preocupaci¨®n, consciente quiz¨¢s de la responsabilidad de estar en el lado de esta historia que lo tiene m¨¢s complicado. Ellos son parte del escudo frente al meteorito.

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