Europa sin agua: el continente se asoma a un futuro con sequ¨ªas
Casi la mitad del territorio est¨¢ en peligro y el 17%, en alerta grave. No solo el sur: la falta de agua llega al norte de Francia, Alemania y Reino Unido. Una sola sequ¨ªa que cada pa¨ªs vive a su manera.
Les llaman los polis del agua. Vigilan que nadie se exceda al regar o llenar la piscina, que nadie malgaste una gota de un bien que este verano escasea en buena parte de Europa. Son cuatro los que en una ma?ana de agosto patrullan por las calles de G¨¦menos, un pueblo de 6.400 habitantes en el sur de Francia, cerca de Marsella. Dos mujeres y dos hombres. Uniformes grises y gorra de visera. Y al cinto, una pistola.
¡°Afortunadamente, nunca me he visto obligado a usarla¡±, sonr¨ªe a primera hora de la ma?ana, antes inicia...
Les llaman los polis del agua. Vigilan que nadie se exceda al regar o llenar la piscina, que nadie malgaste una gota de un bien que este verano escasea en buena parte de Europa. Son cuatro los que en una ma?ana de agosto patrullan por las calles de G¨¦menos, un pueblo de 6.400 habitantes en el sur de Francia, cerca de Marsella. Dos mujeres y dos hombres. Uniformes grises y gorra de visera. Y al cinto, una pistola.
¡°Afortunadamente, nunca me he visto obligado a usarla¡±, sonr¨ªe a primera hora de la ma?ana, antes iniciar la ronda, Jean-Marc Fau, director de servicio en la Oficina Francesa de la Biodiversidad (OFB), el organismo encargado de prevenir y reprimir los atentados contra el medio ambiente en Francia.
Los polic¨ªas del medio ambiente (este es el nombre oficial) tienen un sensor invisible, un talento especial para detectar, mientras pasean por el centro de los pueblos o circulan en autom¨®vil por las urbanizaciones, el borboteo de una fuente o una piscina, o para ver un c¨¦sped verde y en exceso reluciente.
Cuando lo ven, se ponen en alerta. Detienen el motor del coche. Se acercan a la valla. Observan. Eval¨²an. ?Hierba real? ?Sint¨¦tica? Los habitantes de G¨¦menos no tienen derecho a regar el c¨¦sped ni las flores por las restricciones contra la sequ¨ªa. Ni a rellenar piscinas. Las sanciones pueden ir de 1.500 euros para los particular a 7.500 para las empresas o el Ayuntamiento si incumplen la normativa.
¡°No sabemos si este c¨¦sped es verdadero o falso. Dir¨ªa que falso¡±, sopesa Concha Agero, directora adjunta de la OFB en la provincia de Bouches-du-Rh?ne, donde se encuentra G¨¦menos. Despu¨¦s llama a la puerta y aparece una mujer mayor. ¡°Sint¨¦tica, ?verdad?¡±, le dice Agero, hija de espa?oles. ¡°S¨ª, si¡±, responde la mujer.
G¨¦menos se ha visto forzado a cortar el grifo: las fuentes est¨¢n secas; los riachuelos, bajo m¨ªnimos. No es una excepci¨®n en Francia, que sufre la peor sequ¨ªa desde 1976: de los 96 departamentos o provincias europeas, solo tres (Par¨ªs y alrededores) no sufren restricciones de ning¨²n tipo. Un centenar de pueblos afrontan dificultades para acceder al agua potable. La bajada del caudal de los r¨ªos y el calentamiento de las aguas ha forzado a reducir la producci¨®n de algunas centrales nucleares.
Pero Francia no es una excepci¨®n en Europa. El Observatorio Europeo de la Sequ¨ªa considera que el 47% del territorio del continente est¨¢ ahora mismo en peligro de sequ¨ªa y el 17%, en condiciones de alerta grave. El mapa de este organismo muestra amplias zonas necesitadas de agua y no solo en los pa¨ªses del sur: la falta de agua llega al norte de Francia y Alemania, y tambi¨¦n al Reino Unido.
¡°En general, julio ha sido un mes muy seco en Europa, sobre todo en el sur, y adem¨¢s en primavera llovi¨® un 20% menos de lo normal, por eso muchos pa¨ªses arrastran una falta de precipitaciones que se combina con olas de calor¡±, explica Rub¨¦n del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa espa?ola (Aemet). ¡°En el Reino Unido¡±, a?ade, ¡°se lleg¨® a 40 grados por primera vez en varias estaciones, y una treintena de estaciones batieron el r¨¦cord nacional de temperaturas, establecido en 2003. Y en Hamburgo tambi¨¦n se lleg¨® a 40 grados, algo ins¨®lito en el norte de Alemania. El verano se ha visto salpicado por olas de calor y por sequ¨ªas intensas en zonas donde suele llover en esta ¨¦poca¡±.
Problemas econ¨®micos en Alemania
Hay una sola sequ¨ªa, que desconoce fronteras. Pero cada pa¨ªs la vive con distinta intensidad y a su manera.
En Alemania, el nivel Rin fluye inusualmente bajo. Y los efectos van m¨¢s all¨¢ del medio ambiente y la agricultura: amenazan el comercio y el funcionamiento de la primera industria del continente.
El r¨ªo conecta los megapuertos de R¨®terdam y Amberes con el coraz¨®n industrial de Alemania y con Suiza. Cada a?o, m¨¢s de 300 millones de toneladas de mercanc¨ªas se transportan por el Rin entre Basilea, donde confluyen Suiza, Alemania y Francia, y el mar del Norte. Alrededor del 80% de todo el transporte de mercanc¨ªas por agua dentro de Alemania (entre otras, carb¨®n, componentes, productos qu¨ªmicos que alimentan las f¨¢bricas y centrales el¨¦ctricas situadas en su curso) se transportan por esta autopista fluvial.
La persistente escasez de lluvias hizo que la profundidad del Rin bajara el pasado domingo a 49 cent¨ªmetros en la torre de medici¨®n de Kaub, un cuello de botella en el r¨ªo de 1.233 kil¨®metros situado entre Wiesbaden y Coblenza. Los barcos grandes, que en tiempos normales transporten 6.000 toneladas, se han visto obligados a llevar solo 800, una realidad que aument¨® los precios y redujo la velocidad de transporte de las mercanc¨ªas.
En Reino Unido, 2022 es ya el a?o m¨¢s seco desde 1976, pero en la zona meridional, meses como julio no tienen precedentes desde que los registros comenzaron en 1836. En el sureste de Inglaterra, donde se acercan a los 150 d¨ªas sin apenas ver la lluvia. El viernes se declar¨® oficialmente la sequ¨ªa en buena parte del territorio: ocho zonas (de un total de 14 en las que la Agencia de Medio Ambiente divide Inglaterra), incluidas Londres, Cornualles o Devon.
La presi¨®n est¨¢ ahora sobre las compa?¨ªas de agua para que act¨²en. Cuatro han anunciado restricciones, entre ellas, Thames Water, proveedor de Londres y los condados vecinos, con 15 millones de clientes. Las medidas se limitan, por ahora, a vetos en el uso de mangueras, una intervenci¨®n clave en un pa¨ªs donde proliferan los jardines particulares.
En Italia, aunque la sequ¨ªa afecta a todo el pa¨ªs, el norte, que concentra la mayor¨ªa de la producci¨®n agr¨ªcola, sufre especialmente. En la regi¨®n del Piamonte, en la cuenca del Po, las cosechas de ma¨ªz han ca¨ªdo un 50%; las de trigo, un 30% y las de arroz entre un 30% y un 100%, seg¨²n Coldiretti, la mayor asociaci¨®n de agricultores del pa¨ªs. En la zona piamontesa de Novara, la producci¨®n de leche ha ca¨ªdo entre un 20% y un 30%.
En Portugal, el Gobierno ha ordenado la reducci¨®n del consumo de agua en los centros tur¨ªsticos del Algarve, al sur del pa¨ªs. El 52,2 % del territorio est¨¢ en sequ¨ªa severa y el 38,6 % en situaci¨®n extrema, se?al¨® el Instituto Portugu¨¦s del Mar y la Atm¨®sfera (IPMA).
Y en Espa?a, la falta de agua afecta a casi todo el territorio. Seg¨²n la Aemet, este a?o hidrol¨®gico (de octubre a septiembre) ha sido el cuarto m¨¢s seco desde que hay registros, en 1961. Los otros tres a?os m¨¢s secos han ocurrido en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
¡°En el ¨²ltimo a?o ha llovido un 26% menos de lo normal¡±, dice Rub¨¦n del Campo, de la Aemet, ¡°pero si nos vamos al ¨²ltimo trimestre, de mayo a julio, ha sido el m¨¢s seco de la serie hist¨®rica, es decir, un a?o mucho m¨¢s seco de lo normal¡±.
La situaci¨®n es m¨¢s acusada en el norte y oeste que en la costa mediterr¨¢nea, donde s¨ª que ha habido episodios de gotas fr¨ªas en primavera. Galicia, Castilla y Le¨®n, Extremadura, Andaluc¨ªa, Catalu?a o Navarra ya sufren por la falta de agua, pero tambi¨¦n han entrado en un escenario de emergencia zonas de las cuencas del Duero y del Ebro. Las reservas h¨ªdricas est¨¢n al 39%, el menor porcentaje desde la gran escasez de 1995. Algunas localidades empiezan a sufrir cortes de suministro.
Es una soluci¨®n: cortar el grifo. Otra, no excluyente, son las sanciones, como las que se aplican en los municipios franceses. Y otra m¨¢s: el traslado de agua potable con camiones-cisterna.
Esta es la opci¨®n que hace unos meses adoptaron Ren¨¦ Ugo y otros alcaldes de la comunidad de municipios del Pays de Fayence, una comarca monta?osa en las primeras estribaciones de los Alpes, entre Marsella y Niza. Desde diciembre apenas llov¨ªa. Se dieron cuenta de que el dep¨®sito que alimenta parte de Seillans, el pueblo de 2.700 habitantes del que Ugo es alcalde, se estaban quedando vac¨ªo. As¨ª que compraron un cami¨®n de segunda mano y contrataron a camionero jubilado que el resto del a?o conduce el autob¨²s escolar.
Ahora el cami¨®n-cisterna recorre siete u ocho veces al d¨ªa la decena de kil¨®metros que separan un surtidor conectado a la fuente del r¨ªo Siagnole, del dep¨®sito de Seillans. Daniel Martel, el camionero, enchufa la manguera al surtidor, carga los 7.500 litros en el cami¨®n, asciende por una carretera angosta y rodeada de los bosques de una base militar, y minutos despu¨¦s los descarga en el dep¨®sito. Y vuelta a empezar.
Las ¨®rdenes para reducir el consumo son estrictas Los vecinos reciben peri¨®dicamente un mensaje en el m¨®vil. Dice literalmente: ¡°La Compa?¨ªa de Aguas les informa: ALERTA SEQU?A. Gracias al conjunto de usuarios del Pays de Fayence por vigilar su consumo. El recurso es precioso: compart¨¢moslo. Recordamos: max 200l l/pers (salvo sector sensible de Seillans 150 l/pers) para los hogares. Gracias a los profesionales por asociarse a las medidas de ahorro en el consumo. Gracias por su civismo¡±.
Patrick Legendre, electricista en Seillans y padre de cinco hijos, muestra el mensaje que acaba de recibir, y explica que ya ha dejado de llenar la piscina y de regar el huerto. ¡°Est¨¢ seco¡±, dice. La mayor¨ªa de vecinos y visitantes cumple c¨ªvicamente con las restricciones; las multas aqu¨ª han sido escasas.
¡°Haremos todo lo posible para que los habitantes y los turistas est¨¦n bien y que el agua no falte¡±, dice el alcalde Ugo en el Ayuntamiento de este municipio medieval encaramado en el monte y calificado como ¡°uno de los m¨¢s bellos de Francia¡±. ¡°Pienso que lo lograremos¡±, asegura.
Paseando por Seillans, con sus calles estrechas, sus comercios de productos artesanales, sus restaurantes gastron¨®micos o el coqueto hotel en la plaza con vistas al valle, no da la impresi¨®n de que este haya sido uno de los primeros pueblos en verse forzado a traer agua en cisternas. Ni que se le describa como una especie de zona cero de la sequ¨ªa francesa que ha salido en telediarios y reportajes de todo el mundo. Las noticias sobre la sequ¨ªa, unidas a las de la can¨ªcula y los incendios, coinciden con el primer verano de turismo masivo despu¨¦s de los a?os de pandemia.
In¨¦dita desde 1976
¡°No es una calamidad, no son las siete plagas de Egipto¡±, previene por tel¨¦fono Vazken Andr¨¦assian, hidr¨®logo en el Instituto Nacional de Investigaci¨®n Agron¨®mica franc¨¦s. ¡°La referencia era 1976: la ¨²ltima gran sequ¨ªa que afect¨® a toda Francia y tuvo un impacto importante en la producci¨®n agr¨ªcola y en los r¨ªos. Lo que sucede ahora puede compararse con aquel a?o¡±.
Que haya un centenar de pueblos con carest¨ªa de agua potable, en un pa¨ªs con 36.000 municipios, tampoco es at¨ªpico. En muchos, explica este hidr¨®logo, la poblaci¨®n se multiplica por dos en verano. Y entonces la fuente y el dep¨®sito entran en tensi¨®n. Es el caso de Seillans. De ah¨ª las restricciones y las multas. Ninguna gran ciudad afronta por ahora problemas similares.
¡°La particularidad de la sequ¨ªa actual es su amplitud geogr¨¢fica: afecta a todo el territorio¡±, describe Andr¨¦assian. ?Y el cambio clim¨¢tico? ¡°No lo cambia todo, pero viene a modular el clima actual¡±, responde. ¡°Esto significa que si hay una crecida o una sequ¨ªa excepcional con una probabilidad de producirse cada 50 a?os, pues quiz¨¢ la probabilidad de esta sequ¨ªa ser¨¢ mayor: en vez de cada 50 a?os, o cada 40 o cada 35. En cuyo caso los da?os, acumulados sobre la duraci¨®n, ser¨¢n m¨¢s importantes¡±.
Polic¨ªas del agua
La ronda de la poli del agua en G¨¦menos, cerca de Marsella, se prolonga durante todo la ma?ana. Los inspectores se ha citado con el alcalde, Roland Giberti para verificar si anuncia correctamente las restricciones. En la plaza del Ayuntamiento hay fuentes secas, hierba quemada, pero ?sorpresa!, las flores de los parterres tienen buen aspecto, y hay un trozo de hierba bien verde.
¡°Perder agua por esto...¡±, dice Concha Agero, de la OFB. Mete los dedos en la tierra de las flores, y comenta al periodista: ¡°?Lo ve? Est¨¢ h¨²medo¡±.
M¨¢s tarde, los polis del agua tomar¨¢n declaraci¨®n al alcalde para que el fiscal de Marsella eval¨²e si merece o no la multa. No dejan pasar una.
¡°Este c¨¦sped es un olvido¡±, justificaba unos minutos antes Giberti a los periodistas que cubr¨ªan la ronda: aparentemente ha quedado abierto un conducto de regado autom¨¢tico por error. El alcalde llam¨® por tel¨¦fono al responsable del Ayuntamiento encargado de las fuentes y el regad¨ªo para asegurarse del cierre del agua en la zona regada.
¡°Nicol¨¢s, me est¨¢ agrediendo la polic¨ªa del medioambiente porque han encontrado un trozo de verde¡±, le dijo. ¡°Nicol¨¢s, ci¨¦rreme esto¡±
Con informaci¨®n de Eva Mill¨¢n (Londres), Enrique M¨¹ller (Berl¨ªn), Lorena Pacho (Roma), y Miguel ?ngel Medina (Madrid).
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