Debemos combatir una de las mayores amenazas para la salud mundial: el cambio clim¨¢tico
La comunidad internacional tiene que acelerar la transici¨®n energ¨¦tica apart¨¢ndose de los combustibles f¨®siles, mientras aumenta la resiliencia
Ante una de las mayores amenazas para la salud de la humanidad, la necesidad urgente de implementar medidas que aborden el cambio clim¨¢tico contin¨²a siendo un objetivo imperioso, que todav¨ªa no se ha hecho realidad.
El cambio clim¨¢tico ya est¨¢ aqu¨ª y sus repercusiones se manifiestan en todo el mundo. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (...
Ante una de las mayores amenazas para la salud de la humanidad, la necesidad urgente de implementar medidas que aborden el cambio clim¨¢tico contin¨²a siendo un objetivo imperioso, que todav¨ªa no se ha hecho realidad.
El cambio clim¨¢tico ya est¨¢ aqu¨ª y sus repercusiones se manifiestan en todo el mundo. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) estima que una de cada cuatro muertes puede atribuirse a causas ambientales prevenibles, una cifra alarmante, y el cambio clim¨¢tico est¨¢ exacerbando estos riesgos.
El cambio clim¨¢tico representa numerosos desaf¨ªos complejos para la salud, desde los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos a la propagaci¨®n de enfermedades infecciosas y el agravamiento de las enfermedades cr¨®nicas. No puede prevenirse con una vacuna, ni tratarse con un antibi¨®tico. Sin embargo, sabemos que podemos mitigar sus efectos.
La reducci¨®n de las emisiones en todos los sectores es fundamental para contener el cambio clim¨¢tico y mantener al alcance el objetivo de 1,5 grados Celsius. Para lograrlo, el mundo debe descarbonizar sus sistemas energ¨¦ticos y reducir las emisiones como m¨ªnimo un 43% durante los pr¨®ximos siete a?os.
Si no actuamos, el cambio clim¨¢tico pronto rebasar¨¢ la capacidad de los sistemas de salud de todo el mundo. Los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos (como las sequ¨ªas, las inundaciones y las olas de calor) aumentar¨¢n en frecuencia e intensidad a medida que el planeta se caliente. Las inundaciones del a?o pasado en Pakist¨¢n, por ejemplo, desplazaron a ocho millones de personas y afectaron a 33 millones en total.
Sabemos que lo peor est¨¢ por venir. Si no adoptamos medidas audaces y urgentes, el cambio clim¨¢tico desplazar¨¢ alrededor de 216 millones de personas para el 2050, seg¨²n estimaciones del Banco Mundial. El cambio clim¨¢tico amenaza las vidas y los medios de vida a medida que los sistemas alimentarios mundiales tienen dificultades para alimentar a una poblaci¨®n mundial creciente y las fuentes de agua est¨¢n en peligro. Adem¨¢s, el cambio clim¨¢tico est¨¢ desencadenando un aumento de las enfermedades infecciosas, como el dengue y el c¨®lera, que ponen en riesgo a millones de personas.
Las medidas para reducir las emisiones pueden generar grandes beneficios para la salud, incluida la disminuci¨®n de la contaminaci¨®n del aire, responsable de la muerte de siete millones de personas al a?o.
La relaci¨®n entre la salud y el cambio clim¨¢tico es evidente. Ahora la comunidad internacional debe acelerar la transici¨®n energ¨¦tica apart¨¢ndose de los combustibles f¨®siles al tiempo que aumenta la resiliencia.
La comunidad mundial debe comprender que invertir en la resiliencia clim¨¢tica a nivel local reporta beneficios. El Banco Mundial estima que por cada d¨®lar estadounidense destinado a construir la resiliencia clim¨¢tica, se obtendr¨ªa un rendimiento medio de cuatro d¨®lares, a medida que las comunidades se benefician de infraestructuras de mejor calidad, tanto infraestructuras de salud como de otras en sentido amplio, y esto tiene efectos duraderos sobre m¨²ltiples sectores.
Lo que es m¨¢s importante, en el caso de no actuar el precio a pagar ser¨ªa escalofriante. El cambio clim¨¢tico ya est¨¢ perjudicando casi a la mitad de la poblaci¨®n mundial. Para el a?o 2050, con un escenario de calentamiento global de 2 grados, la terrible cifra de 1.400 millones de personas m¨¢s se ver¨¢n expuestas al estr¨¦s t¨¦rmico, y la mayor¨ªa de ellas se enfrentar¨¢n a sus formas m¨¢s graves.
La salud debe erigirse como pilar de una agenda clim¨¢tica justa porque quienes est¨¢n en peores condiciones para soportar los efectos del cambio clim¨¢tico tambi¨¦n ser¨¢n quienes m¨¢s los padezcan. Los efectos del cambio clim¨¢tico ya se est¨¢n dejando sentir de forma desproporcionada en los pa¨ªses de ingresos bajos y medios, a pesar de ser responsables ¨²nicamente de una parte muy peque?a de las emisiones globales.
Estas disparidades se agravar¨¢n. Seg¨²n el Banco Mundial, casi el 40% de la pobreza relacionada con el clima se derivar¨¢ de los efectos directos en la salud, a medida que las personas pierdan sus medios de vida o vean c¨®mo se disparan los gastos m¨¦dicos.
Este futuro no puede ser nuestra realidad. Por eso hacemos un llamamiento a los gobiernos y a las principales partes interesadas de todo el mundo para que acudan a la COP28 con soluciones ambiciosas que eviten estos resultados de salud y ayuden a quienes ya est¨¢n afectados.
Tal y como nos ha demostrado la respuesta mundial contra la covid, frente a los grandes retos para la salud, la humanidad puede congregarse y combatir los desaf¨ªos m¨¢s impresionantes. Si nos unimos, podemos actuar y obtener resultados. Nunca antes esto hab¨ªa sido tan importante.
La conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima de este a?o albergar¨¢ el primer D¨ªa de la Salud, que tendr¨¢ lugar el 3 de diciembre, y har¨¢ un llamamiento instando a emprender acciones comenzando por dos pilares fundamentales. Ese d¨ªa se celebrar¨¢ la primera reuni¨®n ministerial sobre clima y salud. La OMS ha colaborado estrechamente con una serie de pa¨ªses que han abanderado la causa (entre los que se cuentan Brasil, Malawi, el Reino Unido, los Estados Unidos, los Pa¨ªses Bajos, Kenya, Fiji, India, Egipto, Sierra Leona y Alemania) para elaborar una declaraci¨®n sobre el clima y la salud, que se presentar¨¢ esa semana durante la cumbre mundial de la salud. Esta declaraci¨®n har¨¢ de la salud un ancla de la agenda clim¨¢tica y una parte esencial del legado de la COP28.
Hacemos un llamamiento a todos los gobiernos para firmar nuestra declaraci¨®n, porque sabemos que juntos podemos lograr sistemas p¨²blicos de salud que sean resistentes al clima, clim¨¢ticamente neutros, sostenibles y equitativos, y de los que todos podamos beneficiarnos.
En segundo lugar, la financiaci¨®n ser¨¢ un catalizador clave en el D¨ªa de la Salud de la COP28. Nuestro deseo no es solo aumentar la cantidad total de financiaci¨®n para el clima, sino tambi¨¦n potenciar las inversiones destinadas a la salud y en apoyo de este sector. En la actualidad, solo el 2% de los fondos para la adaptaci¨®n y el 0,5% de los fondos multilaterales para el clima se han asignado a proyectos de salud.
En la COP28 podemos ayudar a transformar la totalidad de la infraestructura financiera clim¨¢tica para lograr un impacto. Hacemos un llamamiento a las instituciones financieras internacionales y los bancos multilaterales de desarrollo para aumentar el flujo de fondos en condiciones favorables hacia el sur global, reducir el riesgo y atraer m¨¢s capital privado, al tiempo que se aumenta la proporci¨®n asignada a la adaptaci¨®n y a la salud.
Nos enfrentamos a una crisis sin precedentes. Disponemos de soluciones para enfrentarnos a este momento. Una respuesta clim¨¢tica centrada en la salud es una respuesta fundamental.
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