As¨ª matan los combustibles f¨®siles: un estudio advierte del impacto de la crisis clim¨¢tica en la salud global
El informe alerta de que el calentamiento empeora dolencias cardiovasculares y respiratorias y aumenta las muertes relacionadas con el calor, los problemas mentales y la inseguridad alimentaria
La crisis clim¨¢tica vinculada directamente a la quema de combustibles f¨®siles es ya un gran problema de salud global. A medida que el calentamiento hace m¨¢s frecuentes e intensos los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos ¡ªcomo las olas de calor, las inundaciones y las grandes sequ¨ªas¡ª crecen los da?os sobre la salud del ser humano. Desde 2016, un grupo de investigadores internacionales analiza a trav¨¦s de cuatro decenas de indicadores esos impactos en el estudio The Lancet Countdown, y la conclusi¨®n principal de esta s¨¦ptima edici¨®n es rotunda: ¡°Muestra los peores hallazgos hasta el momento¡±. Porque ¡°el cambio clim¨¢tico est¨¢ socavando cada vez m¨¢s todos los pilares de la buena salud y agravando los impactos de la actual pandemia de la covid-19 y los conflictos geopol¨ªticos¡±, como la guerra en Ucrania y los precios energ¨¦ticos. ¡°La crisis clim¨¢tica nos est¨¢ matando¡±, ha resumido Ant¨®nio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, tras la publicaci¨®n de este estudio.
En esta edici¨®n, los investigadores se esfuerzan por resaltar la vinculaci¨®n del cambio clim¨¢tico a los combustibles f¨®siles: el petr¨®leo, el gas natural y el carb¨®n. Estos son responsables de alrededor del 80% de los gases de efecto invernadero que expulsa el ser humano y que acaban en la atm¨®sfera sobrecalentando el planeta. ¡°La persistente sobredependencia de los combustibles f¨®siles est¨¢ empeorando el cambio clim¨¢tico, lo que repercute peligrosamente en la salud de las personas de todo el mundo. Los datos indican que ning¨²n pa¨ªs est¨¢ a salvo¡±, avisan. Adem¨¢s, los investigadores recuerdan en su estudio que esa dependencia tambi¨¦n ha ¡°empujado al mundo a una crisis energ¨¦tica y del coste de la vida¡±.
El calentamiento ha alcanzado ya los 1,1 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales y la previsi¨®n es que siga aumentando en las pr¨®ximas d¨¦cadas debido a los gases ya emitidos. Lo que se intenta es reducirlos de tal manera que el incremento de la temperatura media global se quede dentro de unos l¨ªmites de seguridad: que no se supere la barrera de los 2 grados y, en la medida de lo posible, los 1,5.
Da?os
Los da?os a la salud por la exposici¨®n al calor extremo ¡°est¨¢n aumentando¡± y ¡°afectando la salud mental, socavando la capacidad de trabajar y hacer ejercicio¡±, advierte el estudio, en el que han participado 99 expertos de 51 instituciones. Porque esa exposici¨®n ¡°exacerba enfermedades subyacentes como las cardiovasculares y las respiratorias, y provoca golpes de calor, desenlaces negativos del embarazo, patrones de sue?o alterados, problemas de salud mental y aumento de las muertes¡±.
Aunque esta crisis afecta a todos, no golpea con la misma intensidad a todo el mundo. Los grupos de poblaci¨®n m¨¢s vulnerables son los que m¨¢s sufren. As¨ª ocurre, por ejemplo, con las personas mayores: el informe resalta que las muertes relacionadas con el calor en los mayores de 65 a?os aumentaron un 68% en el periodo comprendido entre 2017 y 2021 en comparaci¨®n con el 2000-2004.
Esa misma asimetr¨ªa respecto a los da?os entre los grupos de poblaci¨®n tambi¨¦n se da entre pa¨ªses. Un buen reflejo son los impactos en la seguridad alimentaria, que se est¨¢ viendo afectada profundamente: ¡°El aumento de las temperaturas y los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos amenazan directamente el rendimiento de las cosechas, acortando la temporada de crecimiento de los cultivos en 9,3 d¨ªas para el ma¨ªz, 1,7 d¨ªas para el arroz y 6 d¨ªas para el trigo de invierno y primavera¡±. Esto ha llevado a su vez a un incremento del n¨²mero de personas en situaci¨®n de inseguridad alimentaria. A ello contribuyen tambi¨¦n las sequ¨ªas: un 29% m¨¢s de la superficie terrestre mundial se vio afectada por alguna sequ¨ªa extrema anual en el periodo comprendido entre 2012 y 2021, en comparaci¨®n con el per¨ªodo de 1951-1960.
Pero el informe no solo habla de lo que est¨¢ ocurriendo ya, sino que es un aviso de lo que puede venir. As¨ª lo explica la profesora Elizabeth Robinson, directora del Instituto de Investigaci¨®n Grantham de la London School of Economics y una de las autoras del informe: ¡°El cambio clim¨¢tico ya est¨¢ teniendo un impacto negativo en la seguridad alimentaria, con implicaciones preocupantes para la malnutrici¨®n y la desnutrici¨®n. Un mayor aumento de la temperatura, de la frecuencia e intensidad de los fen¨®menos meteorol¨®gicos extremos y de las concentraciones de di¨®xido de carbono, ejercer¨¢ a¨²n m¨¢s presi¨®n sobre la disponibilidad y el acceso a alimentos nutritivos, especialmente para los sectores m¨¢s vulnerables¡±.
La crisis clim¨¢tica contribuye adem¨¢s a la propagaci¨®n de enfermedades infecciosas. Por ejemplo, la duraci¨®n del periodo para la transmisi¨®n de la malaria aument¨® un 32,1% en las zonas altas de Am¨¦rica, y un 14,9% en ?frica entre 2012 y 2021 (respecto al periodo 1951-1960). Junto con la pandemia de covid, ¡°el aumento de las enfermedades infecciosas debido al cambio clim¨¢tico ha provocado errores de diagn¨®stico, presi¨®n sobre los sistemas sanitarios y dificultades para gestionar los brotes simult¨¢neos de enfermedades¡±, a?ade el estudio.
Los autores tambi¨¦n hacen un an¨¢lisis del sector de los combustibles f¨®siles y del apoyo p¨²blico que recibe. Denuncian que ¡°los gobiernos y las empresas siguen dando prioridad a la extracci¨®n y quema de combustibles f¨®siles, a pesar de los intensos y agravados da?os que el cambio clim¨¢tico ocasiona a la salud¡±. Se lamentan de que la intensidad del di¨®xido de carbono del sistema energ¨¦tico mundial se ha reducido en menos de un 1% con respecto a los niveles de 1992, cuando se adopt¨® la Convenci¨®n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Clim¨¢tico. En ese tratado, los pa¨ªses del mundo ya se comprometieron a luchar contra el cambio clim¨¢tico, pero las emisiones han crecido casi ininterrumpidamente desde entonces.
Ritmo lento
Es cierto que ha empezado una transici¨®n incipiente con la implantaci¨®n de renovables y la movilidad el¨¦ctrica, que no emiten di¨®xido de carbono, pero en el informe se advierte de que ¡°al ritmo actual de cambio, la descarbonizaci¨®n total del sistema energ¨¦tico llevar¨ªa 150 a?os¡±, lo que supone incumplir el objetivo de los 1,5 grados. Para conseguir esa meta se necesita la descarbonizaci¨®n casi total a partir de la segunda mitad del siglo. Pero ¡°los gobiernos siguen fomentando la producci¨®n y el consumo de combustibles f¨®siles¡± y ¡°subvencionan¡± el petr¨®leo, el gas y el carb¨®n, apostilla el estudio.
El secretario general de las Naciones Unidas ha abogado este mi¨¦rcoles por poner en marcha ¡°inversiones masivas¡± en energ¨ªa renovable y en medidas de adaptaci¨®n para que la poblaci¨®n se proteja frente a los impactos negativos del calentamiento para garantizar as¨ª ¡°una vida m¨¢s saludable y segura para las personas en todos los pa¨ªses¡±. Los beneficios, destaca el informe, ser¨¢n muchos, adem¨¢s de limitar al aumento de la temperatura. ¡°Las mejoras en la calidad del aire ayudar¨ªan a evitar las muertes relacionadas con la exposici¨®n a la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica por material particulado derivadas de los combustibles f¨®siles, que solo en 2020 fueron 1,3 millones¡± (117.000 de ellas en Europa). Adem¨¢s, ¡°acelerar la transici¨®n hacia dietas m¨¢s equilibradas y basadas en vegetales no solo reducir¨ªa un 55% de las emisiones del sector agr¨ªcola procedentes de la producci¨®n de carne roja y leche, sino que tambi¨¦n evitar¨ªa hasta 11,5 millones de muertes anuales relacionadas con los h¨¢bitos alimenticios y reducir¨ªa el riesgo de enfermedades zoon¨®ticas (que pueden transmitirse entre animales y seres humanos)¡±, a?ade el estudio.
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