En busca de un tratado contra el pl¨¢stico: los pa¨ªses apuran las negociaciones sin ni siquiera acordar la definici¨®n de este material
Las diferencias entre los 177 gobiernos persisten en la conferencia de Corea del Sur, con los productores de petr¨®leo tratando de reducir la ambici¨®n, mientras se acaba el tiempo para cerrar un pacto contra esta contaminaci¨®n global
De la reuni¨®n internacional que se est¨¢ celebrando desde el lunes en Busan (Corea del Sur) tendr¨ªa que salir el primer tratado global para luchar contra la contaminaci¨®n por pl¨¢stico que sufren los ecosistemas terrestres y marinos, y que se mide ya en millones de toneladas anuales. El domingo acaba esa c...
De la reuni¨®n internacional que se est¨¢ celebrando desde el lunes en Busan (Corea del Sur) tendr¨ªa que salir el primer tratado global para luchar contra la contaminaci¨®n por pl¨¢stico que sufren los ecosistemas terrestres y marinos, y que se mide ya en millones de toneladas anuales. El domingo acaba esa cita y el mandato que la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA, sus siglas en ingl¨¦s) lanz¨® hace m¨¢s de dos a?os era claro: para finales de este 2024 deber¨ªa estar ya acordado el texto para que durante 2025 fuera ratificado por los pa¨ªses. Sin embargo, a medida que pasan las horas, las profundas diferencias entre las 177 naciones que participan en estas conversaciones auspiciadas por el ¨¢rea de medio ambiente de la ONU (Pnuma) no se diluyen.
La presidencia del comit¨¦ internacional que negocia el texto, que encabeza el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, ha difundido sobre las 16.30 de este viernes (hora local de Corea del Sur, ocho horas menos en la Espa?a peninsular) una propuesta de borrador de 25 p¨¢ginas llena de opciones opuestas, espacios en blanco por rellenar y corchetes. Tan alejadas est¨¢n las posiciones, que el documento contiene hasta ocho posibles definiciones de lo que es un pl¨¢stico. ¡°Esto es un buen resumen de lo que est¨¢ ocurriendo¡±, explica por tel¨¦fono desde Busan R¨¦mi Parmentier, director del grupo medioambiental Varda Group.
Parmentier ha asistido en los dos ¨²ltimos a?os a tres de las cinco reuniones del comit¨¦ encargado de cerrar este acuerdo. No es muy optimista: ¡°Creo que las opciones de que se cierre un acuerdo de consenso son escasas¡±. Pero siempre puede producirse un giro de ¨²ltima hora y lograrse ese pacto. ¡°Las pr¨®ximas horas ser¨¢n clave¡±, a?ade Marta G¨®mez Palenque, directora general de Calidad y Evaluaci¨®n Ambiental del Ministerio de Transici¨®n Ecol¨®gica, que tiene desplazados en Corea del Sur a varios miembros de su equipo para estas negociaciones.
Aunque sobre la mesa est¨¢n esas ocho definiciones ¡ªmuestra del desacuerdo existente dos a?os despu¨¦s de que se empezara a negociar este tratado¡ª a nadie se le escapa el principal origen del pl¨¢stico: el petr¨®leo. Y son los pa¨ªses productores de combustibles f¨®siles, con Arabia Saud¨ª como cara m¨¢s visible, aunque acompa?ada de otros como Rusia e Ir¨¢n, los que est¨¢n tratando de reducir la ambici¨®n en este pacto y, seg¨²n han denunciado algunos pa¨ªses y organizaciones, ralentizando las discusiones.
Uno de los principales puntos de disenso es sobre el alcance del futuro tratado. En el mandato de la UNEA se apuntaba a que del acuerdo deber¨ªa cubrir el ciclo completo de vida del pl¨¢stico para que resultara efectivo. Eso se traduce para una amplia coalici¨®n de m¨¢s de 65 pa¨ªses ¡ªentre los que est¨¢n los miembros de la Uni¨®n Europea, Australia, Canad¨¢, Chile, Colombia, M¨¦xico y Senegal¡ª en una clara reclamaci¨®n: el futuro texto debe contener ¡°metas mensurables con plazos determinados¡± para poner fin a la contaminaci¨®n pl¨¢stica para 2040. Esas medidas deben incluir ¡°la reducci¨®n de la producci¨®n y el consumo de pol¨ªmeros pl¨¢sticos primarios a niveles sostenibles¡±. Pero, al otro lado, los pa¨ªses m¨¢s dependientes de los combustibles, no quieren ni o¨ªr hablar de reducir la producci¨®n.
En el texto lanzado este viernes ¡ªse espera que a lo largo del fin de semana la presidencia difunda una nueva versi¨®n¡ª una de las opciones que se plantean es que, una vez aprobado el marco general, en la siguiente reuni¨®n de seguimiento del tratado se adopte ¡°como anexo¡± por todos los pa¨ªses ¡°un objetivo mundial para reducir la producci¨®n de pol¨ªmeros pl¨¢sticos primarios a niveles sostenibles¡±. Para G¨®mez Palenque, que en el tratado final se estableciera una clara relaci¨®n entre la contaminaci¨®n y la producci¨®n de pl¨¢stico ya ser¨ªa un ¨¦xito, teniendo en cuenta el estado de las negociaciones. ¡°Pero va a costar que veamos un buen acuerdo, las expectativas ahora no son muy halag¨¹e?as¡±, advierte.
Que se ponga ¨¦nfasis en reducir la producci¨®n de pl¨¢stico virgen es, en opini¨®n de muchos expertos, la v¨ªa m¨¢s efectiva de intentar controlar los vertidos al medio ambiente. Porque el sistema de reciclaje se est¨¢ demostrando claramente ineficaz en el mundo para afrontar este problema. En estos momentos se producen m¨¢s de 460 millones de toneladas de pl¨¢stico cada a?o. En su inmensa mayor¨ªa ¡ªalrededor del 95%¡ª es pl¨¢stico primario, es decir, solo un 5% procede del reciclado. Esto se debe a lo f¨¢cil y barato que resulta fabricarlo, entre otras cosas, porque no est¨¢n bien trasladados a su precio los costes que su producci¨®n y eliminaci¨®n provocan a la sociedad. Seg¨²n los informes de la OCDE, si no se produce un cambio de rumbo ya, en 2040 la producci¨®n mundial alcanzar¨¢ los 765 millones de toneladas, de los que solo el 9,5% ser¨¢ reciclado. En 2060, se llegar¨¢ a los 1.230 millones, y ¨²nicamente el 11,6% proceder¨¢ del reciclado secundario.
Financiaci¨®n y reglas
Otro de los puntos de fricci¨®n es el de la financiaci¨®n, a?ade la directora general de Calidad y Evaluaci¨®n Ambiental. En este punto, son un amplio grupo de pa¨ªses en desarrollo los que pretenden que las principales cargas financieras que se deriven del tratado sean asumidas por lo que se consideran naciones desarrolladas. ¡°Pero Europa defiende que este caso no es similar al problema del cambio clim¨¢tico, con responsables hist¨®ricos, y que tendr¨ªan adem¨¢s que aportar los productores de pl¨¢stico bajo el principio de quien contamina paga¡±, detalla G¨®mez Palenque.
El ¨²ltimo gran punto de fricci¨®n es el de las reglas del tratado cuando surjan discrepancias. En el caso de las negociaciones sobre cambio clim¨¢tico, las disputas se deben resolver por consenso, que no es lo mismo que unanimidad, pero que en la pr¨¢ctica hace que un solo pa¨ªs pueda bloquear una decisi¨®n. Esto lo que provoca es una reducci¨®n de la ambici¨®n en los textos finales. Para este tratado del pl¨¢stico, los pa¨ªses que se muestran m¨¢s ambiciosos p¨²blicamente piden que las disputas se resuelvan con una mayor¨ªa cualificada. Esto ser¨ªa b¨¢sico en el futuro pr¨®ximo, por ejemplo, cuando se tengan que fijar metas de reducci¨®n de la producci¨®n de pl¨¢stico si es que ese punto sale adelante.
Parmentier lamenta que ¡°las diferencias no se han reducido¡± en los ¨²ltimos d¨ªas de negociaci¨®n y siguen siendo similares a las que hab¨ªa hace meses. Te¨®ricamente, la reuni¨®n de Busan se deber¨ªa cerrar en un plenario la tarde del domingo, pero no es descartable que se prolongue m¨¢s all¨¢. Si no se llega a un acuerdo se podr¨ªa tomar la decisi¨®n de celebrar otra reuni¨®n en los pr¨®ximos meses. ¡°Pero no deber¨ªa ser dentro de un a?o¡±, advierte Parmentier. El problema es que, para entonces, el panorama internacional habr¨¢ cambiado bastante: en enero Donald Trump volver¨¢ a la Casa Blanca, que se ha caracterizado por sus ataques a las pol¨ªticas medioambientales y el multilateralismo.