La crisis de los ¡®pellets¡¯ pone en el punto de mira la invasi¨®n planetaria del pl¨¢stico
Los pa¨ªses negocian en la ONU el primer tratado internacional contra una contaminaci¨®n que se mide ya en millones de toneladas. Limitar la producci¨®n mundial ante las bajas tasas de reciclado es el principal reto
2024 ha arrancado en Espa?a hablando de pl¨¢sticos. El vertido de pellets en la costa gallega ha hecho que al bajar la mirada en las playas nos topemos con una contaminaci¨®n que es ya una invasi¨®n en muchas zonas del pa¨ªs y que va mucho m¨¢s all¨¢ de esas granzas que se emplean para fabricar todo tipo de productos. Probablemente, 2024 tambi¨¦n acabar¨¢ con el pl¨¢stico como protagonista. Porque a finales de a?o deber¨ªa estar listo el texto del primer tratado internacional contra la contaminaci¨®n provocada por un material que hace 70 a?os no se usaba pero cuyo rastro podemos encontrar ya en cualquier rinc¨®n del planeta debido a una cultura de usar y tirar (y de no tratar bien los desechos).
¡°Cuanto m¨¢s miramos, m¨¢s vemos su presencia y sus impactos negativos sobre la naturaleza y la salud¡±, resume Jos¨¦ Luis Garc¨ªa, responsable del programa de mares de WWF. Esta invasi¨®n de los ecosistemas terrestres y marinos seguir¨¢ aumentando en las pr¨®ximas d¨¦cadas sin un cambio de rumbo claro para lograr una gesti¨®n realmente eficaz de los residuos, cuyo fracaso est¨¢ detr¨¢s de esta contaminaci¨®n global. Hay una pregunta que los casi 200 pa¨ªses que negocian ese primer tratado en el seno de la ONU tienen que responder: ?Realmente se puede acabar con la contaminaci¨®n por pl¨¢stico sin limitar la producci¨®n mundial de este material? ¡°Reducir la producci¨®n es absolutamente clave, especialmente para los pol¨ªmeros que no se reciclan en la pr¨¢ctica, o que se utilizan en productos de vida corta y otros productos problem¨¢ticos¡±, contesta Sheila Aggarwal-Khan, directora de la divisi¨®n de Industria y Econom¨ªa del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Pero no todos los pa¨ªses lo tienen tan claro, como se vio en la ¨²ltima reuni¨®n del comit¨¦ intergubernamental vinculado al Pnuma que tiene el encargo de elaborar el texto del tratado. En esa conferencia celebrada en Nairobi en noviembre, los pa¨ªses m¨¢s dependientes del petr¨®leo ¡ªdel que deriva la inmensa mayor¨ªa del pl¨¢stico¡ª mostraron su oposici¨®n a que el acuerdo aborde limitaciones a la producci¨®n, entre otras muchas pegas. A la reuni¨®n de Nairobi se lleg¨® con un borrador cero de 30 p¨¢ginas; tras ella, a finales de diciembre, se public¨® una nueva versi¨®n de 70 p¨¢ginas colmada de opciones y corchetes en las que figuran las posiciones m¨¢s ambiciosas y las menos y que refleja lo distantes que est¨¢n las posturas. Solo quedan dos reuniones oficiales ¡ªen abril en Canad¨¢ y a finales de a?o en Corea del Sur¡ª y existe un fundado temor a que no se consiga concluir el trabajo a finales de 2024, lo que no evitar¨¢ que este tema est¨¦ muy presente en los pr¨®ximos meses, como ya se ha visto en Davos esta semana.
La presidencia de ese comit¨¦ intergubernamental est¨¢ en manos del diplom¨¢tico Luis Vayas Valdivieso, que explica desde Londres, donde ejerce ahora como embajador de Ecuador, que las ¨²ltimas dos reuniones oficiales no fueron lo bien que se requer¨ªa. Pero advierte: ¡°Tenemos que llegar a un acuerdo este 2024, as¨ª lo fija la resoluci¨®n que aprobaron los pa¨ªses en marzo de 2020, que establece con claridad que el texto tiene que estar listo y completo para finales de 2024 para que se pueda adoptar en 2025¡å. Para impulsar los trabajos, esta semana se ha celebrado una reuni¨®n informal y telem¨¢tica con los delegados de los Estados y los contactos seguir¨¢n para crear este ¡°instrumento jur¨ªdicamente vinculante¡±, se?ala el diplom¨¢tico ecuatoriano.
Vayas recuerda que la humanidad debe afrontar una triple crisis medioambiental, generada por el propio ser humano: el cambio clim¨¢tico, la p¨¦rdida de biodiversidad y la contaminaci¨®n, que est¨¢ en buena medida generada por el pl¨¢stico. ¡°Pero para la ¨²nica en la que falta una legislaci¨®n internacional espec¨ªfica es la del pl¨¢stico¡±, explica el presidente del comit¨¦ intergubernamental. A su vez, esta ¨²ltima crisis est¨¢ muy relacionada con las otras dos. Porque da?a la biodiversidad, explica Vayas, y porque ¡°entre el 95% y el 98% del pl¨¢stico proviene tambi¨¦n de los combustibles f¨®siles¡±, que son los principales responsables del cambio clim¨¢tico. De hecho, en la ¨²ltima cumbre del clima, celebrada en diciembre en Dub¨¢i, los pa¨ªses se comprometieron a dejar atr¨¢s los combustibles f¨®siles.
Respecto al vertido en las costas gallegas, Aggarwal-Khan afirma que ¡°el borrador cero¡± sobre el que negocian todos los pa¨ªses contiene ¡°una disposici¨®n con un texto espec¨ªfico sobre c¨®mo evitar la liberaci¨®n de diferentes formas de pl¨¢sticos, incluidos los pellets de la producci¨®n, el almacenamiento, la manipulaci¨®n y el transporte¡±. ¡°Por lo tanto, podemos esperar que el mundo est¨¦ mejor protegido contra este tipo de accidentes con un tratado ambicioso¡±, sostiene esta experta del Pnuma.
Pero, en verdad, las fugas de pellets no son la principal fuente de este tipo de poluci¨®n. Por ejemplo, de los 22 millones de toneladas de este material que acabaron en la naturaleza en 2019, la mayor¨ªa (19,4 millones, el 88%) fueron macropl¨¢sticos (bolsas, envases, botellas...) procedentes fundamentalmente de los residuos mal gestionados. Las fugas de micropl¨¢sticos alcanzaron los 2,7 millones de toneladas. Y de esa cantidad, 280.000 toneladas proceden de ¡°las p¨¦rdidas accidentales de gr¨¢nulos primarios¡± durante ¡°la producci¨®n, el transporte o el almacenamiento¡±. Estos datos aparecen en los diferentes informes sobre este tipo de contaminaci¨®n que elabora la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®micos (OCDE) y que luego utilizan luego otros organismos como el Pnuma.
De todo el pl¨¢stico vertido, la OCDE apunta a que un 70% termina contaminando los ecosistemas terrestres. El 30% restante acaba en los r¨ªos y mares. Las ¨²ltimas proyecciones de este organismo indican que entre 2020 y 2040 los residuos de este tipo que acaban cada a?o en la naturaleza aumentar¨¢n en un 50% si no se ponen sobre la mesa medidas efectivas en todo el planeta, como se pretende con el tratado que se est¨¢ negociando.
Problemas en el reciclado
Para encontrar las soluciones hay que tener claro el origen del problema. ¡°El reciclado del pl¨¢stico est¨¢ fallando, no hay una industria del reciclado que sea efectiva¡±, resume Garc¨ªa, de WWF. Seg¨²n la OCDE, solo el 9,4% de los residuos de este material generados en el mundo fueron reciclados en 2020. La mayor¨ªa (49,4%) acabaron enterrados en vertederos y el 22,5% no fueron tratados, lo que supone a la postre la principal fuente de contaminaci¨®n de la naturaleza. El problema, de nuevo, es que no se aprecia un cambio de tendencia. Para 2040 la tasa de reciclaje seguir¨¢ siendo muy baja y apenas alcanzar¨¢ el 14,2% en el mundo si las cosas siguen como hasta ahora.
La generaci¨®n de pl¨¢stico no ha parado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. En 1950, la producci¨®n mundial apenas era de dos millones de toneladas anuales. Tres d¨¦cadas despu¨¦s, en 1980, se hab¨ªa multiplicado por cerca de 40, hasta alcanzar los 75 millones. En estos momentos se producen ya m¨¢s de 475 millones cada a?o y para 2060 la proyecci¨®n de la OCDE se?ala que esa cantidad se multiplicar¨¢ por m¨¢s de 2,5 si no cambian las cosas.
El problema es que la inmensa mayor¨ªa de lo que se fabrica ¡ªalrededor del 94%¡ª es ahora pl¨¢stico primario; es decir, solo un 6% procede del reciclado. Esto se debe a lo f¨¢cil y barato que resulta hacerlo, entre otras cosas, porque no est¨¢n bien trasladados a su precio los costes que su producci¨®n y eliminaci¨®n provocan, por ejemplo, con la contaminaci¨®n, a la que se acaba haciendo frente con los recursos p¨²blicos. Por eso, los pa¨ªses m¨¢s ambiciosos ¡ªhay una coalici¨®n de unas 60 naciones, entre las que est¨¢ la UE¡ª intentan poner el foco en los l¨ªmites a la producci¨®n, sobre todo, de los pl¨¢sticos que tienen una corta vida y son de un solo uso.
Vayas admite que lograr una posici¨®n de consenso sobre este asunto es uno de los principales retos de la negociaci¨®n. En la resoluci¨®n de 2022, que fue apoyada por 175 pa¨ªses en el seno de la ONU, se abogaba por que el tratado tuviera en cuenta el ciclo de vida completo de los pl¨¢sticos. Pero Vayas admite que definir ese ciclo completo est¨¢ resultando complicado por las implicaciones que puede tener para la producci¨®n. Los pa¨ªses menos ambiciosos quieren que las medidas se circunscriban a la contaminaci¨®n. Y, como explica Garc¨ªa, se han creado ¡°dos bloques¡± con ¡°visiones antag¨®nicas¡±, lo que complica las conversaciones. ¡°Esta es una negociaci¨®n compleja, pero estoy seguro de que se lograr¨¢ un acuerdo¡±, afirma por su parte Vayas.
Aggarwal-Khan, adem¨¢s de insistir en la necesidad de limitar el pl¨¢stico primario, advierte de que el futuro acuerdo ¡°no va a funcionar a menos que tambi¨¦n se aumenten las inversiones en la gesti¨®n ambientalmente racional de los residuos, la recogida, el transporte, el reciclaje y la eliminaci¨®n final de cualquier pl¨¢stico que no pueda reciclarse¡±. Adem¨¢s, tambi¨¦n se deben incluir objetivos de ¡°reducci¨®n de sustancias prohibidas¡±, otro de los puntos de conflicto.
Garc¨ªa considera dif¨ªcil que a finales de 2024 est¨¦ el texto. ¡°Creo que el mandato de tiempo era muy ambicioso¡±, explica sobre los poco m¨¢s de dos a?os y medio que se fijaron en la resoluci¨®n de marzo de 2022. Adem¨¢s, recuerda que a¨²n est¨¢ abierto el debate sobre c¨®mo se deben dirimir las disputas ¡ªpor consenso o votando los delegados de los pa¨ªses y con mayor¨ªas¡ª en el seno del tratado. Esto dificulta todav¨ªa m¨¢s que se pueda rematar en plazo. Pero, independientemente de que se tenga que optar por una pr¨®rroga, 2024 se cerrar¨¢ hablando de nuevo de pl¨¢stico.
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