Celebremos el auge del ¡®podcast¡¯, pero con prudencia
La oferta de audio es apabullante, aunque a¨²n se necesitan modelos sostenibles de negocio
Hace unos d¨ªas recib¨ª uno de esos newsletters sobre podcasting que est¨¢n tan en boga. El titular era: ¡°Solo hay una pregunta que necesitas responder antes de empezar un podcast¡±. Por supuesto, piqu¨¦. Le¨ª r¨¢pidamente los primeros p¨¢rrafos hasta llegar a la reveladora pregunta: ¡°?Qu¨¦ puedes crear t¨² que nadie m¨¢s puede crear?¡±. La pregunta es un poco obvia. Por supuesto que todos queremos ofrecer algo ¨²nico y original, y si es posible que nadie m¨¢s pueda ofrecer. Pero la clave de esa pregunta no es la pregunta en s¨ª, sino m¨¢s bien las preguntas que se presentan inmediatament...
Hace unos d¨ªas recib¨ª uno de esos newsletters sobre podcasting que est¨¢n tan en boga. El titular era: ¡°Solo hay una pregunta que necesitas responder antes de empezar un podcast¡±. Por supuesto, piqu¨¦. Le¨ª r¨¢pidamente los primeros p¨¢rrafos hasta llegar a la reveladora pregunta: ¡°?Qu¨¦ puedes crear t¨² que nadie m¨¢s puede crear?¡±. La pregunta es un poco obvia. Por supuesto que todos queremos ofrecer algo ¨²nico y original, y si es posible que nadie m¨¢s pueda ofrecer. Pero la clave de esa pregunta no es la pregunta en s¨ª, sino m¨¢s bien las preguntas que se presentan inmediatamente despu¨¦s. La primera es, ?y qu¨¦ pasa si no tengo nada singular que ofrecer? ?Vale replicar formatos con ¨¦xito demostrado? S¨ª que vale, y no tiene nada de malo. Las principales cabeceras de Espa?a tardaron un tiempo en seguir la estela de The Daily ¨Cquiz¨¢s demasiado tiempo, argumentar¨ªa yo. Pero una vez que se ha abierto la puerta, tenemos una proliferaci¨®n de podcasts diarios que est¨¢n atrayendo audiencias decididamente. Realmente, no hac¨ªa falta reinventar la rueda; simplemente aprovechar el tremendo capital period¨ªstico de estos diarios y poner recursos donde se necesitan.
Es dif¨ªcil hablar de los podcast informativos sin hablar de la radio. De hecho, se podr¨ªa argumentar que, hoy por hoy, no se pueden separar. Pero eso cambiar¨¢ con el tiempo. El devenir de la radio, tanto en Espa?a como en Estados Unidos ¨Cmercado que conozco mejor¨C es un misterio. La pregunta se la hacen los directivos de medios de un pa¨ªs y el otro: ?cu¨¢l es el futuro de la radio? Y me refiero a la de Frecuencia Modulada, la F.M. de toda la vida. La radio que enciendes mientras desayunas, o mientras haces cosas por la casa a la tarde, o mientras preparas la cena. Mi pron¨®stico, un tanto audaz, es que tarde o temprano la radio, tal y como la conocemos, acabar¨¢ desapareciendo con los a?os. Me duele decirlo porque yo soy un arduo defensor. La escucho a todas horas, y la escucho adem¨¢s en directo. Pero las audiencias ya no suben, y las nuevas generaciones consumen medios de otra manera.
?Qu¨¦ nos quedar¨¢ entonces en el mundo del audio? La respuesta obvia es: los podcast. Y los podcast seguir¨¢n ganando territorio con propuestas que no tienen por qu¨¦ ser ¨²nicas ni novedosas, simplemente de calidad. La pregunta que me hago yo, y probablemente cualquiera que observe el devenir del mundo del audio, es si hay suficiente audiencia para tanto podcast.
Hab¨ªa un tiempo en el que, en Estados Unidos, un episodio de This American Life era noticia. Pero este es un mundo nuevo. La oferta de audio es apabullante. Ya no solo en el ¨¢mbito del audio informativo, sino en el de la ficci¨®n sonora o la narrativa y el documental. Yo mismo he visto como Limbo, un documental de audio muy personal que explora temas de migraci¨®n, el sentido de pertenencia y la salud mental (y del que estoy tremendamente orgulloso), ha tenido su muy breve momento de atenci¨®n en las redes sociales, para ser desplazado por la siguiente oferta. No estoy diciendo que esto sea algo negativo. La explosi¨®n de creatividad e ideas que estamos presenciando en el mundo del audio es una buena noticia para todos los que amamos este medio. Pero creo que una cierta dosis de escepticismo es necesaria. Especialmente, si eres una joven universitaria o universitario leyendo esta columna, quiero transmitirte que s¨ª, efectivamente esta es una edad de oro del audio, pero probablemente habr¨¢ una correcci¨®n y llegaremos a un punto medio de estabilidad que nos proporcione los modelos del futuro.
Modelos de formatos y modelos de negocio, porque a todos estos profesionales que se dejan la piel para traernos la informaci¨®n de audio, tanto en la radio como en el podcast, hay que pagarles, y espero que pagarles decentemente. El hecho de que haya modelos de suscripci¨®n que se est¨¢n consolidando es una de las mejores noticias que podemos recibir. Personalmente, tengo la fortuna de trabajar para una instituci¨®n, la NPR, que recibe el apoyo directo de sus oyentes a trav¨¦s de su red de emisoras de los Estados Unidos. Tanto el modelo de suscripci¨®n, como el modelo de socios o donaciones puntuales, se est¨¢n normalizando en Espa?a, y representa la mejor manera de asegurar la libertad e independencia, y de conectar a la audiencia con sus medios de comunicaci¨®n. S¨ª, el periodismo de calidad hay que pagarlo, porque a los que estamos pagando es a sus trabajadores.
El d¨ªa que me comunicaron el tremendo honor de recibir un Premio Ondas, tuve que volver a lo m¨ªo inmediatamente. Entre las felicitaciones que recib¨ªa por WhatsApp respond¨ª a unos amigos: ¡°Aqu¨ª estoy, haciendo una mezcla de una pieza de cuatro minutos de noticias para bajarme los humos¡±. Yo, como tantos otros profesionales de la radio y el audio, tenemos que hacer un poco de todo, y a veces sin los recursos que necesitamos, y compensando la falta de recursos con nuestra vocaci¨®n y esfuerzo.
As¨ª que mientras asistimos a la celebraci¨®n del auge del podcast, quiero recordar que en el periodismo nunca nada ha sido f¨¢cil. Hay pocas minas de oro. Los podcast no se hacen solos, y su crecimiento tiene que ir seguido de modelos sostenibles. Y no hay mejor modelo que el periodismo apoyado directamente por las audiencias.