Entre bastidores de la redacci¨®n de EL PA?S
Periodistas y columnistas de EL PA?S relatan la trastienda de algunas cr¨®nicas, reportajes y entrevistas que han marcado los ¨²ltimos a?os del diario para celebrar, en un acto con los lectores, el hito de haber alcanzado la cifra de los 400.000 suscriptores. Valeria Castro y Dani Fern¨¢ndez han actuado en el evento, que ha contado con la presencia de Supersubmarina
Hay historias de periodistas que si uno tiene suerte, escucha en la cafeter¨ªa, en el bar, en un cigarro o en una cena de Navidad. Porque los textos no suelen arrancar con el agobio que produce no tener nada para entregar a tu jefe y que se te ocurra a ¨²ltima hora una idea brillante, aunque eso suponga echar a los leones la intimidad de tu amigo. Tampoco con la cara que se le queda a una despu¨¦s de que una entrevistada te suelte no solo un gran titular, sino una confesi¨®n que se queda rebotando de camino a casa. No siempre cabe en un reportaje la aceptaci¨®n radical de un adolescente de que prefiere morirse a quedarse en su pa¨ªs. O de c¨®mo un hombre que hab¨ªa sido abusado por un cura cuando era ni?o elige a EL PA?S para contarle su historia porque el d¨ªa en que el sacerdote dej¨® de tocarlo, su padre llevaba un ejemplar del peri¨®dico debajo del brazo.
Se dan coincidencias, momentos previos a cada cr¨®nica y recuerdos que nunca se publicaron, pero que cuentan tanta verdad como aquella que anotaron en sus libretas. Este viernes, nueve periodistas del diario se han subido a las tablas para desvelarlo todo en un acto de EL PA?S con sus lectores en el auditorio Caixaforum en Madrid para celebrar el ¨¦xito de haber formado una familia de 400.000 suscriptores. Un evento, Historias de una redacci¨®n, que ha contado con la batuta editorial de M¨®nica Ceberio, el acompa?amiento musical de la violinista Teresa Gamaza y las interpretaciones de Valeria Castro, con el tema de la pel¨ªcula El 47, El borde del mundo (nominado a mejor canci¨®n original en los Goya) y dos actuaciones de Dani Fern¨¢ndez, una de ellas con la presencia de los integrantes de Supersubmarina.
¡°Todos los periodistas profesionales sabemos bien que el poder siempre ha hecho uso de la mentira. La enorme novedad en este momento es que la mentira se difunde de manera desafiante, impune, sabedora de su falsedad. Por eso, contra los agoreros, hace falta m¨¢s periodismo que nunca. Sois m¨¢s imprescindibles que nunca para sostener estos retazos de realidad que pasar¨¢n por el escenario¡±, ha anunciado la directora Pepa Bueno ante un auditorio de unos 370 lectores. Al acto han asistido autoridades como la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz; la ministra de Defensa, Margarita Robles; y el ministro para la Transformaci¨®n Digital y secretario general del PSOE de Madrid, ?scar L¨®pez. Y m¨¢s personalidades como Eduardo Madina, Ana Bel¨¦n, Juan Echanove, Luis Garc¨ªa Montero, Pedro Piqueras y Jorge Valdano.
¡°Cuando me tengo que enterar de algo, es lo primero que leo¡±: pol¨ªticos, m¨²sicos, periodistas y escritores cuentan por qu¨¦ eligen EL PA?S en la celebraci¨®n por los 400.000 suscriptores #ELPA?S400Mil https://t.co/zXZgMKi9NQ pic.twitter.com/OlneMzZTs1
— EL PA?S (@el_pais) January 25, 2025
Se apagan las luces, suena el viol¨ªn de Gamaza. De fondo, se escucha al presidente Pedro S¨¢nchez decretando el estado de alarma por la pandemia en marzo de 2020, a una mujer encerrada por la cuarentena, sirenas, tiroteos, bombardeos, a una mujer tratando de sobrevivir a la dana rodeada de agua encima de un coche... Unos sonidos que han acompa?ado la realidad de miles de lectores de EL PA?S en Espa?a y en el mundo desde que se abri¨® la suscripci¨®n del peri¨®dico hace cinco a?os. Tras estos recuerdos recientes, sube al escenario el que fuera director del peri¨®dico entre 1996 y 2003, Jes¨²s Ceberio, que record¨® cuando el diario logr¨® vender 400.000 ejemplares en papel, fue en 1991. Una cifra que, reconoce, ¡°le cost¨® 15 a?os conseguir¡±. Desde las butacas escuchaba esta historia quien fuera director en ese a?o, Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, sentado junto a otros sucesores en el cargo, Soledad Gallego D¨ªaz y Javier Moreno.
Los periodistas se colocan en el centro de un escenario sobrio. Sin m¨¢s atrezzo que su presencia y unas im¨¢genes proyectadas detr¨¢s. Ellos no lo van a reconocer, pero hay que tener mucho coraje para contar debajo de los focos una historia que normalmente maquilan en la intimidad de un escritorio. Porque cuando lo hacen, con la mirada al frente, como llev¨¢ndonos a todos all¨ª, vuelven a ese momento exacto de perplejidad y de rabia, esos rincones de donde nacen las buenas historias como estas.
Antes de salir, al periodista Julio N¨²?ez le atormenta que se le quiebre la voz antes de contar la conexi¨®n entre el hombre que sufri¨® abusos de un cura, que form¨® parte de la investigaci¨®n de la pederastia en la Iglesia, y que su padre llevara el primer ejemplar de EL PA?S de 1976. ¡°El primer peri¨®dico independiente de Espa?a¡±, repite. Clac. En el recuerdo de ?ngel Garc¨ªa, ese ni?o abusado por un sacerdote, est¨¢ tambi¨¦n un pedazo de su propia historia: qui¨¦n le iba a decir a ¨¦l de cr¨ªo que un d¨ªa iba a participar junto a ??igo Dom¨ªnguez en una de las investigaciones m¨¢s importantes que ha publicado el peri¨®dico que le¨ªan sus padres. Al terminar su intervenci¨®n, Julio y ?ngel Garc¨ªa, sentado en las butacas, se fundieron en un emotivo abrazo.
La escritora Elvira Lindo, cuando comenz¨® a escribir de humor en el peri¨®dico, a muchos intelectuales les pareci¨® algo ¡°indecente¡±, cuenta. No fue hasta que se mud¨® a Nueva York, donde pensaba que no la le¨ªa nadie, cuando escribi¨® sus art¨ªculos m¨¢s ¡°desvergonzados¡±, ¡°as¨ª es de la mejor manera que se puede escribir¡±. Y ley¨® uno de los mejores: el del ¡°gorro de put¨®n verbenero de Baqueira¡±. No se los pierdan.
A M¨®nica Ceberio no se le ha olvidado todav¨ªa lo que reflejaban los ojos de Liana en una cafeter¨ªa de Zaporiyia. Esta joven psiquiatra de 23 a?os se hab¨ªa enamorado de un soldado ucranio, Vadim, un mes antes de que comenzara la fat¨ªdica guerra. C¨®mo esa pareja decidi¨® que la vida no se pod¨ªa ¡°posponer¡±. Y c¨®mo un mensaje fr¨ªo de WhatsApp el d¨ªa de antes de San Valent¨ªn lo sentenciara todo un a?o despu¨¦s: Vadim ha muerto.
Manuel Jabois tuvo una buena idea en un momento cr¨ªtico. No ten¨ªa ni idea de lo que iba a escribir para su columna de esa semana y, quiz¨¢ gracias a eso, escribi¨® in extremis un art¨ªculo que ha alcanzado el mayor de los ¨¦xitos: una frase suya se ha convertido en una expresi¨®n popular. ¡°Hay m¨¢s cuernos en un buenas noches¡±. ¡°No hay nada m¨¢s peligroso que un columnista sin ideas. En ese momento empec¨¦ a pensar en qu¨¦ amigo podr¨ªa vender. Y me vino a la cabeza este pobre desgraciado que no le pon¨ªa los cuernos a su mujer¡±, ha bromeado. Tard¨® 15 minutos en escribir algo que se volvi¨® trending topic hasta en Colombia.
Re¨ªrse de uno mismo
¡°Los pr¨®ximos cinco minutos van a ser los primeros en 48 a?os de historia en los que EL PA?S se r¨ªe de s¨ª mismo¡±, anunciaba Pedro Zuazua desde el escenario. Y m¨¢s de uno entre el p¨²blico se llev¨® entonces las manos a la cabeza. Un rosario de titulares incomprensibles, como ¡°Barcelona proh¨ªbe los besos en el sexo¡±, ¡°La CIA tortura de manera ineficaz e ilegal¡±, una alerta a los m¨®viles llamando a Juan Carlos I, el rey ¡°em¨¦ritonto¡±; art¨ªculos firmados por un tal Bicicleta Verd¨² (en lugar de Daniel Verd¨²), del que solo se percat¨® ¡°su madre y ¨¦l¡±, como espeta con sorna Zuazua. Y una de las ¡°mayores cagadas¡± que recuerda este diario, una entrevista de Pablo Ordaz a Manuel Montero, rector de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, en una de las ¨¦pocas m¨¢s duras de ETA, que estaba originalmente titulada como: ¡°Soy un precad¨¢ver¡±, pero que el corrector autom¨¢tico decidi¨® mejorar por: ¡°Soy un abracadabra¡±. Las risas y el bochorno escuecen todav¨ªa.
Cuando Javier Salas recuerda la historia de c¨®mo un joven con c¨¢ncer, enga?ado por un charlat¨¢n, decidi¨® no dejarse cuidar por m¨¦dicos y acept¨® que se hab¨ªa equivocado poco antes de morir, dice que se le qued¨® grabada ¡°aqu¨ª¡±. Y se toca, no el coraz¨®n, sino el estern¨®n, exactamente en la boca del est¨®mago. Esa que se abre o se cierra seg¨²n el nivel de rabia necesaria para arrancar un texto. Y muchos m¨¢s contra la desinformaci¨®n y otros charlatanes que abundan estos d¨ªas. Sin t¨²nicas ni rituales, sino bien vestidos: tan da?inos y t¨®xicos como los curanderos que prometen milagros.
Mar¨ªa Mart¨ªn intenta, como Julio, que no le tiemble el ment¨®n. Porque una cosa es hacerlo en su casa cuando escribe y otra, delante de toda esta gente. Porque todav¨ªa le cuesta explicarse qu¨¦ puede sentir un ni?o de 14 a?os, Prince, para esconderse como poliz¨®n una noche en el tim¨®n de un barco que navegar¨¢ 15 d¨ªas desde Nigeria hasta Canarias, sin comida, ni agua. C¨®mo es posible que toda la tripulaci¨®n del barco supiera que ¨¦l viajaba ah¨ª y estaba a punto de morir y que nadie hiciera nada para impedirlo. C¨®mo, ahora que se encuentra milagrosamente sano y salvo, no sabe nada de su amigo, que pretend¨ªa seguir sus pasos.
Isabel Vald¨¦s se acord¨® de una mujer en concreto el 8 de marzo de 2019, cuando miles m¨¢s gritaban en la primera gran manifestaci¨®n feminista de los ¨²ltimos a?os: ¡°Hermana, aqu¨ª est¨¢ tu manada¡±. Concretamente, pensaba en ella, la v¨ªctima de La Manada, aunque ella prefiere no llamarla as¨ª porque siempre fue mucho m¨¢s, aunque est¨¢ ¡°harta¡± de que la tilden de referente de nada. Casi diez a?os de debates sociales en su nombre, manifestaciones por ella, cambios legislativos desde aquella sentencia y una mirada diferente de la sociedad ante las violaciones como la que ella sufri¨®, Vald¨¦s advierte emocionada de algo que pudo constatar: ¡°Esta mujer vive sin miedo¡±.
Luz S¨¢nchez Mellado ha hecho m¨¢s de 1.000 entrevistas y se sigue sorprendiendo. Sus lectores estar¨¢n de acuerdo en que el d¨ªa en que deje de hacerlo ¡ªDios no lo quiera¡ª colgar¨¢ los h¨¢bitos, como hizo el obispo al que un d¨ªa tuvo que colocarle los gemelos y acab¨® confes¨¢ndole c¨®mo una feligresa se present¨® desnuda ante ¨¦l. Muchos pagar¨ªan por haber presenciado la cara de Luz cuando el Miguel Bos¨¦ m¨¢s desatado le hizo una espant¨¢, pero sobre todo, cuando Paca La Pira?a le lanz¨® una reflexi¨®n que le sigue persiguiendo cada d¨ªa, porque (maldita dictadura del espacio) un titular magn¨ªfico no siempre cabe completo. La cosa que escuch¨® y que repite a menudo fue tal que as¨ª: ¡°Tuve que elegir entre ponerme chumino y meterme en una hipoteca. Y eleg¨ª la hipoteca para tener un sitio donde caerme muerta¡±. Por suerte, en este evento los lectores s¨ª han podido observar algo de lo que se dio cuenta Luz hace poco: que ese ¡°reverend¨ªsimo se?or obispo [que renegaba del uso del preservativo] hizo mutis por la sacrist¨ªa y dej¨® los h¨¢bitos para convivir con una sex¨®loga satanista con la que ha sido padre de dos ni?os¡±.
¡°A veces, siento que todos los pasos que he dado como periodista en los casi 20 a?os de profesi¨®n en EL PA?S, me han llevado hasta la historia de Supersubmarina¡±, se confiesa Fernando Navarro, antes de presentar a Jos¨¦, Juanca, Pope y Jaime, cuya historia de c¨®mo el trauma del accidente que vivieron y que los alej¨® de los escenarios, marc¨® tambi¨¦n al periodista que estuvo tres a?os tratando de contar su historia. La historia de estos cuatro m¨²sicos, amigos, ¡°unos tipos normales¡±, ha sido la ¨²ltima del evento de EL PA?S, con Dani Fern¨¢ndez entonando una de sus canciones m¨¢s ic¨®nicas, la que le dio nombre a la banda, un himno para todos sus seguidores. ¡°Yo como fan declarado de la banda, ellos nunca desaparecieron para gente como yo que nos hac¨ªan que nos olvid¨¢ramos de nuestros problemas. Yo renac¨ª gracias a ellos¡±, ha declarado Fern¨¢ndez desde el escenario antes de invitarlos a subir con ¨¦l para cerrar el acto entre v¨ªtores y un auditorio de pie.
Jose Manuel Guti¨¦rrez, de 66 a?os, y su esposa, Rosa Mar¨ªa Bermejo, de 67, hab¨ªan venido de Las Rozas hasta el centro para ver y escuchar una historia del peri¨®dico que es tambi¨¦n un poco la de sus vidas. ¡°Nos ha encantado. Ha sido extraordinario, ha habido de todo. Risas y tambi¨¦n historias duras¡±, cuenta Jos¨¦ Manuel a la salida del acto. Rosa Mar¨ªa muestra las fotos que ha hecho para ense?arle todo a su hija: ¡°Todav¨ªa guardamos los ejemplares del Peque?o pa¨ªs que les compr¨¢bamos a mis hijas¡±. Jos¨¦ Manuel sentencia: ¡°As¨ª como soy socio del Real Madrid, soy tambi¨¦n muy de El PA?S¡±.
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