Madrid pone de actualidad el pop espa?ol de los ochenta

Como un compromiso con un estilo que no renuncia al olvido y como un desaf¨ªo a la m¨²sica enlatada y obsoleta que la televisi¨®n quiere poner de moda, Jaime Urrutia, Mikel Erentxun, Hombres G y Los Secretos han recuperado esta noche en la madrile?a plaza de toros de Las Ventas el esp¨ªritu del pop espa?ol de los a?os 80.

El p¨²blico, que el pasado martes agot¨® las entradas, no ha dejado de bailar las mejores canciones de Hombres G o Jaime Urrutia, por citar algunos, y de recuperar, aunque muchos seguramente no tuvieran edad para escuchar con atenci¨®n algunos temas, el pop que circul¨® por Madrid y que constituy¨® la movida.

Con 20 minutos de retraso, y ya con el ruedo de la plaza de toros completamente inundado de un p¨²blico de todas las edades, aunque mayoritariamente adolescente, el concierto arranc¨® con Jaime Urrutia, que puso de manifiesto por qu¨¦ Gabinete Caligari fue uno de los grupos punteros de aquella ¨¦poca no tan lejana.

Ins¨®litos d¨²os en el escenario

Con la alternancia de canciones de Patente de corso, su primer trabajo en solitario, como Qu¨¦ barbaridad o Castillos en el aire, Jaime Urrutia estuvo acompa?ado en el escenario por Enrique Bunbury, que interpret¨® con ¨¦l Camino Soria y Vestida para m¨ª, Ariel Rot, y sobre todo, por Loquillo. Precisamente el cantante barcelon¨¦s recogi¨® las ovaciones m¨¢s entusiastas cuando sonaron los primeros acordes de Rock'n roll star, uno de los temas predilectos de Loquillo y los Trogloditas.

Sin embargo, con la primera pausa, laa tardanza y el hast¨ªo irrumpieron en Las Ventas a pesar de que Alaska no defraud¨® en su labor de pinchadiscos. Aun as¨ª, Mikel Erentxun, el segundo de la noche, supo perfectamente transformar los silbidos y los abucheos en aplausos y bailes. Para ello, recurri¨® a lo mejor de Duncan Dhu, es decir, canciones inolvidables como Cien gaviotas, Esos ojos negros o A un minuto de t¨ª.

Amaia Montero, de La oreja de Van Gogh, Iv¨¢n, el solista de la banda viguesa Los piratas, y sobre todo, Diego Vasallo, la otra mitad del coraz¨®n de la banda gallega, consiguieron que miles de personas corearan los estribillos pegadizos de este grupo, principalmente cuando todos juntos ocuparon la primera fila del escenario para interpretar Cien gaviotas.

Y para terminar, los ritmos acompasados y alica¨ªdos de Los Secretos y el rock gamberro de Hombres G, la banda de David Summers que con los famosos sones de Sufre mam¨®n y Marta tiene un marcapasos pusieron los ¨²ltimos acordes a un recital que habl¨® con elocuencia a los nuevos cantantes: el pop espa?ol de los 80 no ha muerto. Y esa es la mejor noticia.