El director Chris Kentis y la productora Laura Lau presentan 'Open Water' en Madrid

El realizador Chris Kentis y su mujer y productora Laura Lau han acudido hoy a Madrid para presentar Open Water, una cinta que se estrenar¨¢ el pr¨®ximo viernes en Espa?a y que viene precedida del entusiasmo y la sorpresa que caus¨® en la ¨²ltima edici¨®n del Festival de Sundance, donde fue comparada con El proyecto de la bruja de Blair. La pel¨ªcula, basada en los hechos reales ocurridos en la Gran Barrera de Coral australiana en 1998, narra el escalofriante relato de dos buceadores que se pierden en mitad del oc¨¦ano y rodeados de una manada de tiburones.

Con un equipo formado tan s¨®lo por un ayudante, el capit¨¢n del barco y los dos protagonistas, Kentis y Lau estuvieron durante varias semanas sumergidos en el agua y rodeados de un grupo de 40 tiburones toro y tiburones grises, a los que manten¨ªan a raya unos especialistas en escualos. Open Water nos ense?a, ante todo, "lo poco que solemos valorar nuestras c¨®modas vidas y lo fr¨¢gil que es el hombre moderno frente al poder de la naturaleza", en palabras de sus creadores, dos expertos en submarinismo que leyeron hace el caso de una pareja que, durante sus vacaciones en una isla, cogieron un barco de buceo lleno de veraneantes y, tras 45 minutos de inmersi¨®n, se encuentran abandonados en el oc¨¦ano a causa de una cadena de errores fortuitos.

El resto es el relato de las horribles horas que vivieron en el agua, muertos de fr¨ªo, solos, a 30 kil¨®metros de la costa y rodeados de peligros de los que antes s¨®lo hab¨ªan visto en los documentales. La pareja de realizadores ten¨ªa "inter¨¦s en utilizar todas las nuevas tecnolog¨ªas en el uso de digital". "No quer¨ªamos hacer una pel¨ªcula de miedo o de tiburones, sino capturar lo que ocurre cuando dos seres humanos se ven sometidos a una presi¨®n as¨ª", han explicado sus responsables.

Un proyecto de s¨®lo 120.000 d¨®lares

Para evitar que el turismo de una zona se viera afectado por la pel¨ªcula, disimularon el lugar en el que ocurren los hechos rodando en las Bahamas, Islas V¨ªrgenes, Islas Granadinas y M¨¦xico, creando as¨ª su propia isla, y contaron con la ayuda de un experto local en tiburones, que les gui¨® hasta una poblaci¨®n de escualos muy acostumbrada a la presencia humana. Con el fin de dar un "mayor realismo" al filme, Kentis y Lau, responsables tambi¨¦n de la pel¨ªcula Grind, buscaron en Nueva York a dos actores j¨®venes desconocidos. En el casting, "se exig¨ªa saber bucear, estar en forma, que no les importase desnudarse y que tuvieran claro que iban a trabajar con tiburones". Los elegidos fueron Daniel Travis y Blanchard Ryan.

"Lo cierto es que estuvieron horas y horas rodeados de lo m¨¢s variado de la fauna marina, desde morenas a tiburones, pasando por barracudas y medusas. Para controlar a los tiburones trabaj¨¢bamos con trozos de at¨²n que manej¨¢bamos para situarlos donde quer¨ªamos y todos, bajo el traje de buceo, llev¨¢bamos una malla para evitar accidentes", ha explicado Lau. Todos menos Chris, que no se la quiso poner y que hoy recordaba lo mal que lo pas¨® dentro de una jaula met¨¢lica siendo atacado por un escualo y como ten¨ªan que llevar los dedos de las manos muy unidos para evitar que las barracudas confundieran sus falanges con sardinas.

Durante el proceso de investigaci¨®n, que realizaron juntos, descubrieron que, aunque estos casos no son nada frecuentes, tampoco son situaciones aisladas. "Hace nada 12 buceadores fueron abandonados en la costa egipcia y m¨¢s tarde rescatados", ha recordado Kentis. Con influencias del g¨¦nero dogma, cultivado entre otros por Lars Von Trier, Kentis y Lau invirtieron en el proyecto 120.000 d¨®lares, pero en su primer fin de semana de exhibici¨®n en EE UU han recaudado un mill¨®n y la distribuidora Lions Gate ha comprado los derechos por dos millones y medio.