Una casa con flores para Neruda
Una normativa especial protege desde este mes de junio la casa donde vivi¨® Neruda mientras fue c¨®nsul en Madrid
Cuando Pablo Neruda fue nombrado c¨®nsul en Madrid en 1934, uno de sus mejores amigos, Rafael Alberti, se encarg¨® de buscarle una casa donde vivir. El piso, que se iba a convertir en escenario de las tertulias de la generaci¨®n del 27, estaba en un edificio que era un s¨ªmbolo de la vanguardia arquitect¨®nica de aquellos a?os. Desde este mes de junio, la Casa de las Flores est¨¢ protegida por una normativa especial de la Comunidad de Madrid para preservar su esp¨ªritu original.
Mi casa era llamada la casa de las flores / porque por todas partes / estallaban geranios; era / una bella casa con perros y chiquillos. / Ra¨²l, Te acuerdas? / Te acuerdas Rafael? / Federico, te acuerdas/ debajo de la tierra, / te acuerdas de mi casa con balcones en d¨®nde / la luz de junio ahogaba flores en tu boca? Pablo Neruda |
La casa donde se instal¨® el poeta chileno es un edificio de ladrillos rojos con un amplio jard¨ªn interior en el bullicioso barrio de Arg¨¹elles. La Casa de la Flores, que ya estaba catalogada como un bien del Patrimonio Hist¨®rico, es la ¨²nica finca de viviendas de Madrid protegida por un Plan Director. La normativa controla cualquier actuaci¨®n que se realice sobre el conjunto arquitect¨®nico.
Fueron "las primeras viviendas modernas que se construyeron en la capital" afirma el arquitecto Miguel ?ngel Mira, autor del Plan Director. "El edificio crea escuela, ninguna imitaci¨®n posterior super¨® este modelo" contin¨²a Mira al describir la casa dise?ada por Secundino Zuazo, uno de los ejemplos m¨¢s representativos de la modernidad racionalista de los a?os treinta. Zuazo plane¨® viviendas funcionales e iluminadas, despojadas de la ornamentaci¨®n que se estilaba en la ¨¦poca, con detalles de decoraci¨®n muy contenidos.
Poco despu¨¦s de su construcci¨®n, Pablo Neruda se instal¨® en uno de esos pisos, hizo derribar un tabique interior para conseguir un gran sal¨®n y en ese amplio espacio comenz¨® a recibir gente.
Antes de las bombas
Neruda hab¨ªa llegado a Madrid en junio de 1934. En la estaci¨®n s¨®lo le esperaba una persona, un hombre que levantaba unas flores en el and¨¦n. "Me esperaba ¨¦l solo, en la estaci¨®n de invierno. Pero ese hombre era Espa?a, y se llamaba Federico", dice el poeta chileno en sus memorias Confieso que he vivido al recordar el recibimiento que le hizo Garc¨ªa Lorca. A partir de ese momento "comenz¨® la que probablemente ser¨ªa la etapa m¨¢s importante de su vida", seg¨²n opina el agregado cultural de la Embajada de Chile, Jos¨¦ Cayuela. "En Madrid coincidi¨® con la generaci¨®n del 27, as¨ª que no pudo ser m¨¢s rica su experiencia espa?ola".
En los meses siguientes, la ciudad viv¨ªa el pr¨®logo de una tragedia, pero el piso de Neruda continuaba siendo el centro de tertulias de los intelectuales relacionados con la Residencia de Estudiantes. En contacto con figuras como Rafael Alberti, Federico Garc¨ªa Lorca, Vicente Aleixandre o Miguel Hern¨¢ndez, el poeta chileno "adquiri¨® conciencia pol¨ªtica y vivi¨®, no s¨®lo como testigo sino como actor, el conflicto m¨¢s dram¨¢tico de Espa?a, la Guerra Civil", recuerda Cayuela.
Cuando estall¨® el conflicto, la Casa de las Flores fue bombardeada porque a escasos metros empezaba el frente de batalla. Neruda hab¨ªa salido del pa¨ªs. Un a?o despu¨¦s de dejar su casa intacta, volvi¨® a visitarla acompa?ado por Miguel Hern¨¢ndez. "Subimos y abrimos con cierta emoci¨®n la puerta del departamento -recuerda Neruda en sus memorias- La metralla hab¨ªa derribado ventanas y trozos de pared. Los libros se hab¨ªan derrumbado de las estanter¨ªas?. Aquel desorden era una puerta final que se cerraba en mi vida". Despu¨¦s de este episodio, nada volvi¨® a ser lo mismo. Los que hab¨ªan frecuentado la casa perdieron la vida o se vieron obligados a alejarse del pa¨ªs.
Sin embargo, tras ser bombardeada y reconstruida, cuando han pasado siete d¨¦cadas desde que se levant¨®, la Casa de las Flores contin¨²a formando parte del barrio de Arg¨¹elles y de la historia de la ciudad. El conjunto, recogido alrededor del jard¨ªn interior, sigue siendo un ejemplo de racionalismo arquitect¨®nico. Y ahora se encuentra m¨¢s protegida para preservar la esencia que le imprimi¨® Zuazo y la imagen literaria en que la convirti¨® Neruda.
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