Jane Austen ya no es Jane Austen

Cierto es que en nuestros d¨ªas las secuelas de cine resumen grandes obras de la literatura en hora y media de pel¨ªcula; sustituyen, en muchas ocasiones, a la propia novela en la pr¨¢ctica.

Hoy en d¨ªa resulta trabajoso leer Moby Dick o El Se?or de los Anillos si uno puede sentarse y dejar que la historia le entre por los ojos y los o¨ªdos. Tan potente es este fen¨®meno, inscritos en el reci¨¦n estrenado siglo XXI, que incluso algunos editores han olvidado las novelas y escritores que promocionan. Es el caso de Jane Austen (1775-1817), una de las novelistas m¨¢s importantes y reveladoras de la literatura inglesa del siglo XIX. Austen tambi¨¦n es v¨ªctima de esta evoluci¨®n entre literatura y cine, entre lectores y espectadores.

Hace unos d¨ªas, una de las historias m¨¢s le¨ªdas -y vendidas- de la literatura brit¨¢nica, Orgullo y Prejuicio, lleg¨® entr eotro cap¨ªtulos de Austen a los despachos de algunas de las editoriales brit¨¢nicas m¨¢s relevantes, pero con otro nombre y bajo otra firma. La compilaci¨®n se llamaba 'Primeras Impresiones' (el primer nombre que Austen le dio al libro all¨¢ por 1813), y su autora Alison Laydee. Laydee, en realidad, era David Lassman, un ciudadano ingl¨¦s empe?ado en denunciar el poco hueco que las buenas historias tienen en el mercado (en especial la suya, una novela que hasta ahora ha sido incapaz de publicar) y, de paso, poner en marcha el trabajo de marketing pertinente para su nuevo trabajo: director del Festival Jane Austen de Bath.

El resultado: 15 de las 18 editoriales desestimaron el proyecto por poco interesante y s¨®lo una recomend¨® a Laydee -el primer pseud¨®nimo que utiliz¨® Austen para firmar sus novelas- que leyese el libro de la escritora inglesa al encontrar demasiados parecidos.