Un caballero, un perdedor, un poeta
Homenaje en Alcorc¨®n a ?ngel Gonz¨¢lez, con canciones de Pedro Guerra
Con lo que se dijo anoche -y con lo que se cant¨®- del poeta ?ngel Gonz¨¢lez en Alcorc¨®n se podr¨ªa hacer un poema, una biograf¨ªa, una reivindicaci¨®n de la melancol¨ªa y de la alegr¨ªa del escritor asturiano que muri¨® en Madrid el ¨²ltimo 12 de enero.
Fue en la Feria del Libro de Alcorc¨®n, en un acto que organiz¨® Arabella Siles y que en alg¨²n momento pareci¨® hacer honor a lo que Benjam¨ªn dijo que eran ¨¦l y sus acompa?antes con respecto a ?ngel Gonz¨¢lez.
La familia postiza y la familia verdadera, la legal y querida por ¨¦l, porque esa mesa en ele que form¨® Arabella Siles ante un auditorio nutrid¨ªsimo estaba presidida por Susana Rivera, la mujer de ?ngel, el sujeto de numerosos de sus poemas, la mujer que durante treinta a?os tuvo (lo dijo ella) "el privilegio" de ser su compa?era.
Susana Rivera habl¨® despu¨¦s de que Javier Rioyo proyectara un documental en el que pueden verse todas las facetas de ?ngel, el hombre saludable y feliz de los ochenta, el hombre a¨²n alegre y melanc¨®lico de los noventa, y este hombre final que agarr¨® en un pu?ado todos los sentimientos y se dispuso a esperar el final como si fuera el ¨²ltimo verso de su melancol¨ªa.
Ella asisti¨® a ese final, pero vivi¨® tambi¨¦n todos los momentos, los felices y los tr¨¢gicos, y supo por ¨¦l la raz¨®n de su melancol¨ªa. "Soy una persona privilegiada". Vio al poeta "morder la vida", le acompa?¨® "por el acariciado mundo", y supo de su amor, claro que supo, por ella y por la vida.
Y no fue tan melanc¨®lico siempre. Dijo Almudena Grandes, que le alegr¨® muchas tardes y muchas noches con sus comidas y tambi¨¦n con sus bebidas, que fue un perdedor, eso est¨¢ claro en su biograf¨ªa, "pero fue uno de los hombres m¨¢s juveniles que conoc¨ª en mi vida". Cont¨® Almudena una muy bella an¨¦cdota, que est¨¢, adem¨¢s, en uno de sus cuentos. Le preguntaron a ?ngel en Estados Unidos la raz¨®n por la que, en un momento de su vida, decidi¨® dejarse uno de esos bigotitos que parec¨ªan franquistas, adem¨¢s en tiempos de Franco. "No, qu¨¦ va, yo no quer¨ªa que fuera un bigotito franquista. Quer¨ªa parecerme a Clark Gable". Y algui¨¦n en el auditorio susurr¨®, en aquella ocasi¨®n norteamericana: "Pues no lo consigui¨®".
Fue un ni?o de la guerra; vio vaciarse el cerebro de su maestro de m¨²sica; contempl¨® (y todo esto lo cont¨® Luis Garc¨ªa Montero, su amigo, su bi¨®grafo) c¨®mo un hermano fue perseguido y otro asesinado por los nacionales, vio c¨®mo persegu¨ªan a su madre y la despose¨ªan de su capacidad para ser maestra, y todo eso fue meti¨¦ndole en el alma el poso de tristeza que ahora se le recuerda.
Julio Llamazares dijo que ?ngel, que fue amigo suyo tambi¨¦n, "era un hombre muy triste que lo disimulaba todo el rato", y melanc¨®lico y solitario, "un solitario que no sab¨ªa estar solo, as¨ª que era el ¨²ltimo que se iba de los bares? Era muchos ¨¢ngeles ?ngel".
Muchos ¨¢ngeles. Cuando ¨¢un era un maestro, al final de la guerra civil, en los cuarenta, se fue a Primout, un pueblo del conf¨ªn de Le¨®n donde a¨²n no hab¨ªa ni luz el¨¦ctrica. Y se fue de maestro. Julio record¨® una an¨¦cdota que el propio ?ngel cont¨® en televisi¨®n. Cuando se iba de Primoud el alcalde del sitio le acompa?¨® a la carretera, y ?ngel le dijo:
-Volver¨¦.
El alcalde lo mir¨®. Y le dijo:
-Usted no volver¨¢ nunca. A Primoud no vuelve nadie nunca.
Ser¨ªa triste, dijo Benjam¨ªn Prado, "pero era m¨¢s elegante que su ropa y ten¨ªa la sonrisa m¨¢s bonita que conozco". Era especial, tan apacible en casa, cuando era un invitado, "y con tanto coraje para la poes¨ªa". "Lo que m¨¢s le importaba", dijo Prado, "era Susana", y ¨¦l era "el pegamento que nos juntaba a todos".
Su poes¨ªa, dijo Manuel Rico, cr¨ªtico, poeta y editor, "est¨¢ entre las poes¨ªas que nos ayudan a cambiar la forma de ver el mundo"; su experiencia de "ni?o de la guerra" marc¨® esa forma de contemplar lo que pasa; Luis Garc¨ªa Montero fue el encargado de decir las ¨²ltimas palabras, y ¨¦stas fueron biogr¨¢ficas, declinaron el pesar de ?ngel en sus primeros a?os, y explicaron por qu¨¦ "su poes¨ªa negocia con el pesimismo": Su manera de ver la vida est¨¢ en un t¨ªtulo, Sin esperanza, con convecimiento? Y su actitud nace de ese periodo y de la experiencia de leer primero a Juan Ram¨®n y luego a Antonio Machado, a cuyas actitudes termin¨® pareci¨¦ndose?
Para explicar todo eso Garc¨ªa Montero termin¨® leyendo su propio poema Colliure, en el que ?ngel aparece poniendo "sus pies heridos en la historia", durante una nueva visita a la tumba de Machado, su maestro de vida, su maestro.
Nathalie Sese?a, la actriz, ley¨® unos poemas, algunos de los cuales son nuevos. Estaban en el ordenador de ?ngel, que Susana, asistida por Bernardo Mar¨ªn, redactor de ELPA?S.com, logr¨® extraer, y que ahora ser¨¢n el libro Nada grave, editado en seguida por Visor en su colecci¨®n Palabra de Honor.
Pedro Guerra clausur¨® el homenaje con un emocionanente concierto, muchas de cuyas canciones proceden de su aventura con el poeta; ¨¦l hizo con ?ngel hace algunos a?os una gira que se llam¨® La palabra en el aire, que al poeta llen¨® de entusiasmo y que al cantante y escritor le resulta ahora tan emotiva como inolvidable.

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