12 fotosRecorrido por una frontera cerradaRecorrido por una frontera cerrada 23 may 2008 - 00:00CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLas banderas marroqu¨ªes y argelinas ondean al viento en el fantasmag¨®rico puesto fronterizo de Zouj Bghal.ULY MARTINLos chavales se apoyan en el muro de una casa de la aldea marroqu¨ª de Chraga, a 25 kil¨®metros al norte de Oujda. M¨¢s all¨¢, un camino que constituye la frontera divide el caser¨ªo en dos. Del otro lado, donde se ha detenido una patrulla argelina, la aldea se llama Dragda y pertenece a Argelia.ULY MARTINUn anciano posa ante la aldea marroqu¨ª de Chraga. A su derecha arranca el camino que marca la frontera entre Marruecos y Argelia y que parte en dos al peque?o pueblo.ULY MARTINAduaneros marroqu¨ªes detienen en una carretera secundaria, cerca de Oujda, a dos chavales que transportaban, cada uno, en su motocicleta, seis bidones de gasolina argelina. Los combustibles argelinos entran de contrabando en Marruecos. No en balde el litro de gasolina cuesta en Argelia 0,45 euros, la mitad de su precio en Marruecos.ULY MARTINUn aduanero marroqu¨ª inspecciona algunos de los llamados "veh¨ªculos-kamikazes" recientemente incautados. Muchos de ellos llevan matr¨ªculas de Melilla. Esos coches son manipulados para poder transportar hasta 1.500 litros de gasolina. Procedentes de Argelia entran en Marruecos con su carburante de contrabando y circulando a tumba abierta por caminos secundarios para tratar de sortear los controles de la aduana.ULY MARTINChavales marroqu¨ªes, de espalda, saludan a otros argelinos, de frente, a 15 kil¨®metros al sur de las playas de Saidia. Durante varios centenares de metros la carretera marroqu¨ª que conduce a Saidia y la argelina que lleva a Marsa Ben Mhidi discurren en paralelo. Los j¨®venes, a veces de la misma familia, se paran y discuten entre ellos pero sin llegar a pisar el pa¨ªs vecino.ULY MARTINEl final de la inmensa playa marroqu¨ª de Saidia en la que la inmobiliaria hispano-marroqu¨ª Fadesa est¨¢ construyendo hoteles y apartamentos con capacidad para 35.000 camas. Al fondo aparecen las banderas argelinas, una garita del Ej¨¦rcito argelino y los primeros edificios de Marsa Ben Mhidi que los argelinos siguen llamando Port Say, el nombre que le puso el colonizador franc¨¦s.Cerca de Ain Beni Mathar, y pegado a la frontera argelina, el cartel indica que por all¨ª pasa el gasoducto que, a trav¨¦s de Marruecos, transporta el gas argelino hasta Espa?a. Soldados marroqu¨ªes, a la izquierda, y gendarmes, a la derecha, lo vigilan de cercaULY MARTINUn gendarme marroqu¨ª camina, cerca de Ain Beni Mathar, en medio de una carretera cortada que en su d¨ªa condujo a Argelia. A su derecha el edificio blanco es un puesto de vigilancia del Ej¨¦rcito Nacional Popular argelino.ULY MARTINUnos pastores marroqu¨ªes en la zona de Ain Beni Mathar. Al fondo el edificio blanco es un puesto de vigilancia del Ej¨¦rcito argelino.Mohamed Jaafar sirve el t¨¦ en su casa del pueblo fronterizo Zaouia el Hajoui. Jaafar fue apresado, a?os atr¨¢s, por el Ej¨¦rcito argelino por intentar explotar con un pico una mina de sal al aire libre colindante con su aldea. "Los militares argelinos decretaron que la mina estaba en un "no man's land" vedado y nos privaron de nuestro principal recurso", se lamenta. Permaneci¨® varias semanas en una c¨¢rcel de B¨¦char y (Argelia) fue juzgado por entrada ilegal en el pa¨ªs antes de ser expulsado.Un anciano posa ante la aldea berebere de Ich, en la provincia marroqu¨ª de Figuig. Ich es un precioso caser¨ªo incrustado dentro de Argelia. La frontera pasa a tan solo 50 metros al norte, este y sur de las ¨²ltimas casas del pueblo. El palmeral que aparece al fondo pertenece ya a Argelia y es inaccesible para los lugare?os.