En el s¨¦ptimo d¨ªa del a?o 2002 el gran t¨ªmido cit¨® a la prensa en su estudio de la Avenue Marceau. Quer¨ªa anunciar que el desfile de alta costura previsto para dos semanas despu¨¦s ser¨ªa el ¨²ltimo.Comida en su piso de la Rue Babylone, en Par¨ªs. Era el 21 de enero de 2002, la v¨ªspera de su desfile de adi¨®s.Hecho. Yves Saint Laurent ha concluido su carrera. Tras el desfile, sale a la pasarela a saludar.Tras su ¨²ltimo desfile, Yves Saint Laurent no volvi¨® a tocar un l¨¢piz. Esa fue su primera muerte. Poco o nada se le vio entre el 22 de enero de 2002 y la noche de su definitiva despedida, el pasado 1 de junio, cuando muri¨® con 71 a?os. Hace un a?o, por casualidad y tras una ca¨ªda, le detectaron un c¨¢ncer de cerebro inoperable e incurable.Yves Saint Laurent naci¨® en Or¨¢n y se instal¨® en Par¨ªs en los cincuenta a las ¨®rdenes del emperador de la alta costura, Christian Dior. Tras la muerte del maestro, Saint Laurent fue nombrado sucesor. Con 21 a?os, en 1958, alcanz¨® la gloria y deslumbr¨® con su atrevimiento. En 1962, se independiz¨®. La compa?¨ªa se hizo tan grande que Gucci pag¨® 690 millones de euros en 1999 por hacerse con ella.Yves Saint Laurent dio a las mujeres pantalones para que caminaran hacia la libertad, les inst¨® a disfrutar de su sexualidad sin complejos ni prejuicios y les trajo la riqueza de lejanas culturas para que ampliaran su visi¨®n del mundo. En 1966 abri¨® la primera tienda de 'pr¨ºt-¨¤-porter' de un gran costurero.Un rinc¨®n de su estudio con fotos de sus pasiones: Catherine Deneuve, Marcel Proust y su pero acompa?an un cuadro de Braque.D¨ªas despu¨¦s de que se tomaran las fotograf¨ªas que ilustran este reportaje, los salones de la Avenue Marceau cesaron su actividad de creaci¨®n y se convirtieron en un mausoleo. Se transformaron en la sede de la Fundaci¨®n Pierre Berg¨¦-Yves Saint Laurent y all¨ª se trasladaron los archivos de la casa: m¨¢s de 5.000 vestidos conservados como obras de arte, que s¨®lo se tocan con guantes de algod¨®n.La obra del genial modisto entr¨® pronto en los museos. Ten¨ªa 47 a?os cuando el Metropolitan de Nueva York le dedic¨® la primera retrospectiva a un dise?ador vivo.Por exceso de autorreferencias o mero agotamiento, sus ¨²ltimos a?os en activo fueron sombr¨ªos. Sus desfiles parec¨ªan momificados. Perfectos y caducos. Duraban el doble que el resto, y un presentador segu¨ªa anunciando cada modelo.Su madre, Lucienne Mathieu-Saint-Laurent, fue el gran amor de su hijo, su inspiraci¨®n constante, su confidente y su gu¨ªa. Escoltada por sus hijas Brigitte y Mich¨¨le asisti¨® el 5 de junio al funeral del mayor de sus v¨¢stagos, junto a otros 600 invitados.