Un redoble de 50 a?os

El tambor de hojalata -la primera novela de G¨¹nter Grass que, para muchos, cambio el rumbo de la literatura alemana de la posguerra- cumpli¨® ayer su cincuentenario, celebrado con un acto en el Teatro Nacional de L¨¹beck y con la inauguraci¨®n de una exposici¨®n titulada Un libro escribe historia. Adem¨¢s, le editorial Steidl ha sacado al mercado una edici¨®n conmemorativa del libro y una documentaci¨®n de la historia sobre la acogida del mismo. La exposici¨®n -que se realiza en la casa museo que lleva el nombre del escritor- se inaugur¨® con una visita en la que Grass fue acompa?ado por el ex canciller Gerhard Schr?der, el actor Mario Adorf y la escritora Julia Franck.

La idea de la muestra es documentar tanto el proceso de creaci¨®n de El tambor de hojalata como su acogida posterior dentro y fuera de Alemania, que en su momento sorprendi¨® al propio escritor. Grass suele contar como en junio de 1959 los editores estadounidenses Kurt y Helen Wolff -que hab¨ªan tenido acceso al manuscrito de El tambor de hojalata- lo citaron en un hotel de Z¨²rich y le preguntaron, para sorpresa del entonces joven escritor, si cre¨ªa que su libro pod¨ªa encontrar lectores en Estados Unidos.

Grass les respondi¨® que no cre¨ªa y que incluso se sorprender¨ªa si el libro encontrase lectores en Baviera porque todo lo que ocurr¨ªa en el mismo estaba concentrado en una "lejana regi¨®n b¨¢ltica" y en el destino de una minor¨ªa insignificante y que por lo tanto se trataba de una novela que "ol¨ªa a provincia". Kurt Wolff le dijo que su decisi¨®n ya estaba tomada y que el libro aparecer¨ªa en Estados Unidos. "Mi explicaci¨®n result¨® convincente aunque hab¨ªa tratado de desaconsejar la publicaci¨®n. ?l (Kurt Wolff) sab¨ªa, me dijo, que toda la gran literatura se concentra en la provincia sin volverse provinciana y que por eso puede entenderse en todo el mundo", escribi¨® Grass en una ocasi¨®n, al hacer una necrolog¨ªa de Helen Wolff.

?xito fulgurante

El libro encontr¨® lectores en Estados Unidos -al igual que en Baviera y en todo el mundo- y Grass pas¨®, pr¨¢cticamente de la noche a la ma?ana, a ser uno de los rostros m¨¢s conocidos de la literatura contempor¨¢nea. Hasta el momento de la publicaci¨®n de El tambor de hojalata, Grass se ve¨ªa ante todo como un escultor que adem¨¢s escrib¨ªa teatro y poes¨ªa y, al empezar a escribir la historia de Oskar Matzerath, cre¨ªa que se trataba no s¨®lo de su primera novela sino tambi¨¦n de la ¨²ltima.

Sin embargo, con su confrontaci¨®n con el mundo de su infancia en Danzig se le abri¨® un universo de historias que ten¨ªa que contar y por eso sigui¨® con El gato y el rat¨®n y A?os de perro que, junto con El tambor de hojalata, formar¨ªan la llamada Trilog¨ªa de Danzig. El tambor de hojalata gener¨®, desde el comienzo, una discusi¨®n como ninguna otra obra de la literatura alemana en toda la historia de la posguerra.

A¨²n antes de su publicaci¨®n, cuando ley¨® algunos apartes del manuscrito en un congreso del c¨¦lebre Grupo del 47, la obra fue recibida con entusiasmo por parte del mundo literario. Sin embargo, en medio del ambiente pudibundo de los a?os cincuenta alemanes hubo reacciones negativas, Grass fue acusado entre otras cosas de porn¨®grafo y de blasfemo, por algunas escenas del libro que sin duda romp¨ªan muchos tab¨²es de la ¨¦poca.

Del otro lado de Alemania, el presidente de la Uni¨®n de Escritores de la extinta Rep¨²blica Dem¨®crata Alemana (RDA), Hermann Kant -que despu¨¦s se arrepentir¨ªa de lo dicho- acus¨® a Grass de tener una insana preferencia por las anormalidades. Grass sigue siendo identificado por muchos con El tambor de hojalata lo que a veces irrita un tanto al escritor que quiere que toda su obra sea considerada en conjunto. Sin embargo, Grass no ha esquivado las celebraciones del cincuentenario y, adem¨¢s del participar en los actos de L¨¹beck, volver¨¢ en octubre a la Feria de Fr¨¢ncfort, para celebrar al aniversario en el mismo lugar en que se lanz¨® el libro que lo catapult¨® a la fama.