Marcados por la violencia

El verdadero nombre de Isaki es I?aki. Aunque nacido en Girona hace 34 a?os, toda su familia es del Pa¨ªs Vasco, de Tolosa y Donosti. Por eso Isaki Lacuesta, que as¨ª es como firma sus pel¨ªculas, est¨¢ convencido de que mucha parte de la inquietud por el tema de la violencia y la lucha armada que ha plasmado en su primera incursi¨®n en la ficci¨®n con Los condenados y con la que hoy se ha estrenado en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n en la secci¨®n oficial, le viene de sus or¨ªgenes vasco, de la marca del sentimiento de violencia que se vive en el Pa¨ªs Vasco. Los condenados, rodada en la selva de Per¨², con actores argentinos (Daniel Fanego, Arturo Goetz, Leonor Manso, Mar¨ªa Fiorentino, Juana Hidalgo y Nazareno Casero) y la espa?ola B¨¢rbara Lennie, es un relato del reencuentro 30 a?os m¨¢s tarde de dos exguerrilleros durante la excavaci¨®n ilegal para buscar el cuerpo de un tercer compa?ero desaparecido entonces. Los secretos guardados durante tanto tiempo ir¨¢n surgiendo a medida que avanza la b¨²squeda del amigo.

El filme no tiene referencia a ning¨²n pa¨ªs, tampoco marca a una generaci¨®n o a un lugar concreto. "Es la violencia que nos interpela a todos. Es un tema que atraviesa toda la historia del siglo XX, que lo tenemos sobre la mesa d¨ªa a d¨ªa, que basta con abrir los peri¨®dicos. A m¨ª me impacta mucho el hecho de que de los a?os cincuenta hasta la actualidad haya cambiado por completo el prisma de la sociedad con respecto a la lucha armada. Lo que en los a?os cincuenta estaba absolutamente legitimado y no se pon¨ªa en debate, hoy en d¨ªa no se pone en debate justamente por lo contrario. Los m¨¦todos que empleaban los personajes de la pel¨ªcula hace 30 a?os hoy en d¨ªa no sirven", asegura Lacuesta, a quien le gusta recordar a Albert Camus, probablemente el ¨²nico intelectual europeo que en los a?os cincuenta se posicion¨® de manera muy clara y beligerante contra la lucha armada. "Es cuando Camus habla de la amistad, cuando encuentro relaci¨®n con la historia de la pel¨ªcula. Camus se pregunta c¨®mo el esp¨ªritu revolucionario apuesta por el hombre del futuro, que todav¨ªa no existe, en detrimento del hombre actual, ese que tienes enfrente tuyo. Ese me parece un punto muy adecuado para empezar a abordar estas cuestiones".

"Quiero que el espectador se interpele a s¨ª mismo sobre el tema de la violencia y preguntarse qu¨¦ le hubiera gustado hacer en circunstancias parecidas a las que se encuentran los personajes de la pel¨ªcula. Aunque las implicaciones personales y emocionales son muy fuertes, lo hemos querido rodar de una manera distante, para pensar en cu¨¢les son las razones que le mueven a cada uno de los personajes, que todos ellos tuvieran argumentos a su favor. C¨®mo las mejores intenciones acaban llevando a la fatalidad muchas veces", explica este realizador, de maneras tranquilas y serias, que en noviembre viajar¨¢ a ?frica para rodar junto a Miquel Barcel¨®.

Hay en Los condenados, un filme que nace tras un viaje por Latinoam¨¦rica de Isaki Lacuesta y su mujer, la coguionista Isabel Campo, una ¨²nica referencia a un grupo armado concreto y es a ETA. "Es a sabiendas, como un cambio de registro. Por un lado, quer¨ªa introducirlo porque durante mis viajes por Latinoam¨¦rica me he encontrado con j¨®venes latinoamericanos que contin¨²an considerando a ETA como un grupo revolucionario de izquierdas, socialista, dispuesto a hacer un mundo mejor. Yo he crecido viendo las pancartas que comparaban Euskadi con Palestina y la verdad es que me llena de indignaci¨®n. Cuando ves el nivel de vida en Euskadi y c¨®mo alguien lo puede comparar con Palestina.... Delante de un buen vaso de vino Rioja, uno se tiene que plantear hasta qu¨¦ punto esto tiene una legitimidad de supuesta izquierda. En este sentido, no he querido esquivar de ning¨²n modo el origen de mi inquietud por el tema".

Su debut en la ficci¨®n

Con este filme, Lacuesta se estrena en el g¨¦nero de la ficci¨®n, tras sus documentales Cravan vs Cravan y La leyenda del tiempo. Se ha encontrado c¨®modo."Es una mezcla de cosas, se parte de personas conocidas con circunstancias parecidas en distintos pa¨ªses, mezclado con historias que nos han contado, personajes de ficci¨®n y libros de historia. Se ha construido una historia como relato, sin vocaci¨®n documental. Entiendo que se me haya visto m¨¢s como un director de documentales, pero yo nunca me he sentido como alguien que quiere hacer documental o ficci¨®n, sino como alguien que quiere hacer cine. Cada pel¨ªcula tiene la forma m¨¢s adecuada que vas encontrando por el camino. En esta pel¨ªcula al principio no pens¨¢bamos hacer una ficci¨®n, pero se fue imponiendo como la forma m¨¢s adecuada, a medida que ¨ªbamos avanzando. Es un cambio claro con respecto a mis filmes anteriores, trabajas con un gui¨®n m¨¢s cerrado que en el caso de los documentales y las din¨¢micas son muy distintas. Me he sentido a gusto", confiesa Lacuesta, a quien no le gusta la palabra competir para referirse a su presencia en la secci¨®n oficial del certamen donostiarra, en el que durante muchos a?os ha cubierto como periodista. "La palabra competici¨®n me resulta muy inc¨®moda aplicada al cine. No creo que las pel¨ªculas compitan nunca entre s¨ª, porque son cosas incomparables, de estilos, tama?os y vocaciones tan dispares. Lo que s¨ª me gustar¨ªa es que mi paso por San Sebasti¨¢n sirviera para que el p¨²blico descubriera mis otras pel¨ªculas que son muy minoritarias".

"Yo siempre me equivoco en las quinielas"