La historia nunca contada del Ni?o Jes¨²s
Alberto Manguel publica un libro que recopila todo tipo de relatos sobre la infancia de Cristo
Del Ni?o Jes¨²s, omnipresente en estas fechas en el orbe cristiano, se desconoce casi todo, m¨¢s all¨¢ de su nacimiento en Bel¨¦n. Textos sobre su infancia de lo m¨¢s variopintos han sido recopilados ahora por Alberto Manguel en Las aventuras del ni?o Jes¨²s.
"Creamos en Cristo o no, nadie puede negar la importancia fundamental que tiene en el imaginario universal, por eso mientras m¨¢s sepamos de las historias que fueron construidas alrededor de ese personaje mejor podremos entender su importancia y su peso", se?ala Manguel en una entrevista telef¨®nica desde Francia. Y m¨¢s a¨²n, a?ade, "en un momento en el cual la Iglesia (cat¨®lica) est¨¢ en un conflicto profundo con el Papa actual tratando de volver a prejuicios que trataron de ser combatidos en la Edad Media; quiz¨¢ sea ¨²til tratar de entender cu¨¢l fue verdaderamente la palabra de Cristo a trav¨¦s de ver c¨®mo imaginamos a ese Cristo".
En su libro sobre un ni?o "muy especial", Manguel (Buenos Aires, 1948) recopila relatos que van de lo m¨¢s ortodoxo, como los sacados del evangelio de Lucas, a lo heterodoxo: los evangelios ap¨®crifos y gn¨®sticos, las fuentes isl¨¢micas o de Jacobo de Vor¨¢gine. El fin es dar una imagen lo m¨¢s completa posible de un personaje del que nos han llegado tambi¨¦n recreaciones de an¨®nimos del siglo XV, canciones populares inglesas o aproximaciones que hacen del Cristo infante autores de la talla de los hermanos Grimm, Selma Lagerl?f, Giovanni Papini, Ernest Renan, Oscar Wilde o W.H. Auden.
As¨ª, de unos textos a otros, de unos siglos a otros y en visiones complementarias, el lector de este libro editado por RBA, asiste a su nacimiento en Bel¨¦n, a la huida a Egipto, a su di¨¢logo con los doctores en el templo y a sus primeros milagros. Pero tambi¨¦n contempla su encuentro con Judas y con los ladrones que lo acompa?ar¨¢n en su agon¨ªa, a c¨®mo da vida a p¨¢jaros de arcilla que ha modelado con sus manos, cambia el color de las telas, sana con el agua en la que se ba?a o con el simple roce de sus pa?ales. Y es que la Biblia cristiana, cuya primera versi¨®n se establece cuatrocientos a?os despu¨¦s de la muerte de Cristo, es "un libro sin limites fijos", se?ala el escritor, traductor y editor. "Los h¨¦roes de la imaginaci¨®n popular han sabido crecer siempre m¨¢s all¨¢ de las p¨¢ginas can¨®nicas", dice Manguel, quien pone como ejemplos a Ulises, el Cid o Sherlock Holmes, personajes que tampoco se limitan a las biograf¨ªas mitol¨®gicas, literarias o hist¨®ricas y siguen realizando haza?as m¨¢s all¨¢ de la muerte. Y si eso es as¨ª para dioses de la mitolog¨ªa y personajes hist¨®ricos y ficticios, tanto m¨¢s para "un dios que quiso tambi¨¦n ser hombre", subraya el autor de Historia de la lectura y Diccionario de lugares imaginarios.
La literatura ap¨®crifa comienza muy temprano, menos de un siglo despu¨¦s de la muerte de Jes¨²s sus seguidores empezaron a contar o inventar escenas de su infancia que los evangelistas obviaron y que hablaban de actos sobrenaturales con tintes de cuentos de hadas. Pero no s¨®lo los cristianos atribuyeron al Ni?o Jes¨²s actos milagrosos y caracter¨ªsticas divinas, tambi¨¦n los musulmanes que incorporaron a Cristo al Cor¨¢n como profeta, de manera que cientos de textos sobre Jes¨²s y sus ense?anzas aparecieron en manuales de ¨¦tica, filosof¨ªa y misticismo ¨¢rabes entre los siglos VII y XVIII en el vasto mundo musulm¨¢n, desde Al-Andalus hasta China.
El Ni?o Jes¨²s de los textos isl¨¢micos es un profeta ante quien la naturaleza se inclina, mientras que la literatura europea medieval describe a un peque?o travieso, a veces perverso, que escandalizar¨ªa a alg¨²n devoto, ya que llega a fulminar a otros peque?os por no querer jugar con ¨¦l o pretender subirse como ¨¦l a un rayo de luz. Sea como fuere, lo cierto es -subraya Manguel- que los libros sagrados, ya sean oficiales o ap¨®crifos, narran un relato santo para quienes son creyentes, pero tambi¨¦n una historia apasionante, sabia, sutil y profundamente conmovedora para los dem¨¢s. "Es importante -insiste- que nos interesamos en estas historia, creamos o no, para combatir los prejuicios que tratan de imponernos los que no quieren que leamos la palabra de Cristo".
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