Y la Monumental M¨¦xico hizo a la torera

Sumamente emotivo result¨® el debut de Hilda Tenorio como matadora. No s¨®lo por presenciar la toma de alternativa de la primera mujer en la historia de la Monumental Plaza de Toros M¨¦xico, sino, sobre todo, por el toreo suave que expuso en esta corrida de doctorado.

Una tarde para el recuerdo para los aficionados de verdad, que sin ning¨²n tipo de prejuicios acudieron y presenciaron un logrado debut de la torera. Esa tarde, Hilda Tenorio gan¨® por m¨¦ritos propios su lugar en la historia de la tauromaquia. No se olvidar¨¢ que fue esta mexicana quien por primera vez logr¨® la alternativa como mujer torera en La M¨¦xico.

Al lidiar al primero, la diestra michoacana ejecut¨® una tanda de chicuelinas apretadas a la cintura de excelente hechura, en la que mostr¨® su temple y valor torero. Desafortunadamente, al resultarle un enemigo debilucho y soso, pudo sacarle poco. A pesar de los esforzados doblones y pases por derecha y por izquierda, el burel se neg¨® a humillar y a salir de su letargo, por lo que acab¨® por no conectar con nada ni con nadie. Al final, la torera err¨® con un claro bajonazo, pero aun as¨ª sali¨® al tercio por su entrega y valor.

En el sexto del encierro, Tenorio luci¨® magn¨ªfica, imponi¨¦ndose a su astado con tandas de templadas ver¨®nicas y acompasadas navarras que mostraban su plenitud torera. Con la muleta consigui¨® meterlo con suaves y largos doblones que acabaron por bajarle la testa. Y sin soltarlo, continu¨® baj¨¢ndole la pa?osa para plantarle finos derechazos que con cambio de mano remataba por la izquierda, con los que se sigui¨® de largo hasta acabar seduciendo a su enemigo. Una vez metida en la faena, sigui¨® cruz¨¢ndose al toro para mandarlo y ligarlo con naturales largos y profundos, consiguiendo las palmas. Lamentablemente pinch¨®, aunque despu¨¦s afin¨® el tino y logr¨® una honda que lo hizo doblar en segundos. Sin el pinchazo se habr¨ªa llevado dos orejas, pero una result¨® un justo premio para tan fina faena.

Manolo Mej¨ªa es un torero que sabe torear cuando se lo propone. Y esa tarde lo logr¨®. Dej¨® atr¨¢s su actuaci¨®n de noviembre pasado, y supo aplicarse con gran emoci¨®n torera a sus dos astados de rigor. En el segundo ejecut¨® chicuelinas rematadas con vistosa revolera completa. A pesar de los virajes bruscos de su enemigo, pudo recetarle derechazos sin despegarle el pa?o a la cara del toro. Y as¨ª sigui¨® frente a un soso aturdido que no acababa la embestida. Le falt¨® explotar m¨¢s su lado izquierdo para completar la faena.

En el cuarto, Mej¨ªa logr¨® su mejor faena de la temporada, al saberle tomar el sitio a Lugare?o. Arranc¨® con naturales a media altura largos y de buen temple. Al ver que no pasaba por el derecho, plante¨® su toreo por el contrario y le factur¨® tres grandes tandas de naturales que remataba con pases de pecho en contrario. Cit¨® tambi¨¦n con inspirados molinetes combinados con trincherazos firmes que le aplaudi¨® merecidamente la afici¨®n. Concluy¨® despachando a su enemigo con una excelente estocada, para acabar consiguiendo generosamente dos orejas.

De Ruiz Manuel hay poco, muy poco o nada que decir. Cierto que tuvo la mala fortuna de lidiar con lo peor del lote, al inicio con un tercero ¨¢spero calamochero y despu¨¦s con un quinto que era imagen viva de un buey impresentable, m¨¢s propio de un rodeo vaquero que de un coso taurino. Pero aun con esa disculpa, al torero de Almer¨ªa nunca se le vio mandar sobre ninguno de sus toros, ni templarlos en ning¨²n pase, ni acortarles la distancia para forzar las embestidas, ni siquiera una buena estocada. En fin, nada decente hizo.