La literatura, un arma para curar
El m¨¦dico polaco Andrzej Szczeklik defiende el poder del arte para ayudar a mejorar a los pacientes
Asesorado durante a?os por el buen centauro Quir¨®n (el primero en cultivar plantas medicinales), Asclepio adquiri¨® tanta destreza en el arte de curar que, convertido ya en dios de la Medicina, se atrevi¨® a resucitar a los muertos. Entonces, Zeus lo parti¨® con un rayo: hab¨ªa cruzado los l¨ªmites de la existencia humana. Como dec¨ªa Hip¨®crates, "la labor del m¨¦dico ha de ser la de restituir la belleza a las formas del cuerpo", pero ese escal¨®n era excesivo. Es un buen contraste en estos tiempos en los que se desmenuza el ADN, con su forma en espiral que recuerda a la serpiente en la que, seg¨²n la creencia popular, se hab¨ªa escondido Asclepio y que hoy es s¨ªmbolo de farmac¨¦uticos y m¨¦dicos.
Todo eso lo recuerda y engarza la eminencia m¨¦dica Andrzej Szczeklik (Cracovia, 1938) en Catarsis (Acantilado), joya exquisita donde se reflexiona y une medicina, naturaleza, literatura y arte. Y hasta pintura y m¨²sica y magia. "Hay una estrecha relaci¨®n entre el estado ps¨ªquico del paciente y la enfermedad, pero desconocemos cu¨¢l. Por eso, del alma humana sabemos m¨¢s desde la historia de la literatura que desde los estudios m¨¦dicos", expone para justificar su inmensa erudici¨®n. La que le lleva a escribir: "La medicina y el arte parten del mismo tronco. Ambos tiene origen en la magia, sistema basado en la omnipotencia de la palabra". F¨®rmulas m¨¢gicas, debidamente pronunciadas, que sanan, traen la lluvia o evocan esp¨ªritus.
De voz queda, pelo plateado y piel blanquecina, como buen sabio humanista es afable y defiende -am¨¦n de que el ritmo card¨ªaco (diferente para todo el mundo) se parece al tempo rubato de Chopin- el encuentro m¨¦dico-paciente, vital en el primer momento: "Un doctor debe sentir curiosidad por la historia que le cuenta el paciente, ¨¦ste ha de notar que alguien muestra inter¨¦s por su infortunio; se trata de recuperar la anamnesis de Plat¨®n, esa recogida de datos primera vital". Los tiempos le contradicen: para abaratar costes, se va hacia la reducci¨®n de esa dedicaci¨®n al m¨ªnimo. "Eso est¨¢ en crisis fruto de la masificaci¨®n por una mayor esperanza de vida y la tecnificaci¨®n, que lo pretende sustituir por m¨¢quinas; no es un consuelo pero tambi¨¦n nos afecta: The Lancet recog¨ªa ya el fen¨®meno del burnout entre m¨¦dicos; perdemos sensibilidad ante el enfermo", concluye. ?Una soluci¨®n? "Volver a las buenas pr¨¢cticas de la medicina: no todo han de ser TACs y resonancias; muchas enfermedades no son nada importante: hablando, escuchando y recetando cosas b¨¢sicas y sencillas dar¨ªan el mismo resultado y se rebajar¨ªan costes".
Mantiene el iconoclasta Szczeklik (s¨ª, el mismo que ha publicado m¨¢s de 600 art¨ªculos en revistas cient¨ªficas y que ha sido premiado por la prestigiosa The Lancet) que un diagn¨®stico correcto al 100% es imposible porque la enfermedad en el ser humano escapa siempre de lo racional. "Se da una admiraci¨®n por el racionalismo m¨¦dico que es exagerada; la gente viene a verte con una fe infinita y yo me pasaba noches reflexionando; es importante que sepan que tambi¨¦n somos humanos". Por ello reivindica: "la intuici¨®n y la imaginaci¨®n son capitales para el m¨¦dico". Y cita a Paracelso, el galeno taumaturgo que cur¨® a 18 reyes y pr¨ªncipes ya desahuciados por colegas suyos, en parte por los conocimientos que le transmitieron barberos, pastores y gitanas. De ah¨ª el reclamo de una formaci¨®n humanista para el doctor: "Eso nos ayuda a desarrollar la sensibilidad".
Si Osiris pone el coraz¨®n del eminente m¨¦dico en su famosa balanza para juzgarle cuando fallezca, ver¨¢ que pesar¨¢ menos que una pluma. Es limpio. Lo prueba, por ejemplo, su opini¨®n sobre las terapias alternativas: "El deber m¨¢s importante de un m¨¦dico hoy es dar esperanza; el sistema nervioso y el inmunol¨®gico est¨¢n conectados, si bien a¨²n no lo sabemos todo; por eso no me importa que mis pacientes se vayan a ver a un curandero si no hay contraindicaci¨®n: si la medicina cl¨¢sica no sabe ayudar al paciente y ¨¦ste tiene fe en que aquello le puede curar, por mi, adelante; lo que es vital es mantener su fe".
Bajo esa suave voz no rehuye el galeno la pol¨¦mica, como la decadencia de la vejez. Y ah¨ª cita a su compatriota Juan Pablo II como ejemplo de lo que es mantener el dolor y el sufrimiento hasta el final. "El culto al ¨¦xito de la sociedad de hoy obliga a no admitir esos temas; el Papa no se escondi¨® ante ellos; debemos dar sentido al dolor, s¨®lo as¨ª lo superamos". Sobre las alarmas mundiales ante las pandemias, intereses multinacionales aparte, incorpora la idea de "memoria gen¨¦tica", que hace que la gente "recuerde la peste negra o la gripe espa?ola". Con la eutanasia y la biogen¨¦tica, no transige, quiz¨¢ por ser miembro de la Academia Pontificia de las Ciencias del Vaticano. "Soy cat¨®lico, tengo unas creencias por las que soy absolutamente contrario a alterar el proceso de un embri¨®n; ?hasta d¨®nde podemos intervenir en la creaci¨®n?; quiz¨¢ valga la pena recordar que tambi¨¦n hay l¨ªmites, como Zeus y Asclepio".
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