Intenso drama familiar

Lluny de Nuuk marcar¨¢ sin duda un antes y un despu¨¦s para Pere Riera (1974). Ser¨¢ o, mejor dicho, est¨¢ siendo el punto de inflexi¨®n en su trayectoria como dramaturgo y director. Hasta ahora apenas hab¨ªamos o¨ªdo hablar de ¨¦l, al menos en el terreno de la escritura teatral. Y en el de la direcci¨®n, menos a¨²n, pues su experiencia no pasaba de las ayudant¨ªas o los centros c¨ªvicos. Pero la quinta edici¨®n del proyecto T6 dedicado a la dramaturgia contempor¨¢nea catalana ha apostado por ¨¦l y su montaje es de lo mejor que tenemos ahora mismo en cartel. No voy a ser tan entusiasta como el se?or que ten¨ªa al lado la noche del estreno y que no par¨® de gritar "B¨¤rbara, b¨¤rbara! Qu¨¨ bona!" (aunque ahora me pregunto si no ser¨ªa ese el nombre de la mujer que le acompa?aba), pero s¨ª que sal¨ª con la sensaci¨®n de haber visto algo muy potente, tanto que me hizo pensar en Tennessee Williams.

Lluny de Nuuk es un drama familiar, un dram¨®n de dos pares y con dos pares. Porque hay que tenerlos bien puestos para armar una pieza tan pasada de vueltas como ¨¦sta (los Corleone de El Padrino, y eso que eran bestias, al menos se ten¨ªan respeto) sin caer en lo grotesco, ni en lo previsible, ni en el melodrama, ni en ninguna desproporci¨®n excesiva (aunque el final casi lo sea). Todo sucede en el seno de una familia acomodada, alrededor del negocio familiar, y a tiempo real: las casi dos horas que los miembros de la familia tienen de margen antes de que d¨¦ inicio la celebraci¨®n que les ha reunido a todos. La cosa empieza, pues, de muy buen rollo. Y no puedo contar nada m¨¢s, porque parte de la gracia est¨¢ en c¨®mo se van dando los acontecimientos y desvelando los antecedentes, un poco como quien no quiere la cosa. Los int¨¦rpretes, todos estupendos, ya volver¨¦ a ellos, nos van dando peque?as pistas desde el principio - que si un tono, que si una mirada - de que no todo es tan maravilloso como parece. Todas las familias tienen secretos, pensar¨¢n. Puede que s¨ª, pero ya digo, aunque aqu¨ª tambi¨¦n hay de por medio ofertas que no se pueden rechazar, como dec¨ªa el Vito de Brando, y cuestiones que son de negocios, ¨¦stas s¨ª que son personales. Y mucho.

El conjunto cambia de ritmo hacia el ¨²ltimo tercio del montaje, que es cuando parece que a Riera se le ha ido un pel¨ªn la mano; el despliegue escenogr¨¢fico con el que concluye el montaje tampoco hace ninguna falta. Pero en Lluny de Nuuk hay intensidad, hay horror y humor s¨®lidamente trabados, y hay la complicidad de unos int¨¦rpretes que, tras varios montajes juntos - uno de los grandes aciertos de esta edici¨®n del proyecto T6 ha sido contar con una compa?¨ªa fija que participa en todo el proceso -, est¨¢n siendo el principal anzuelo para que el espectador descubra el trabajo de los creadores menos conocidos.