La hora del 'dry martini'
El rey de los c¨®cteles, con permiso del 'gin tonic', lleva ginebra y unas gotas de verm¨² seco. Una es poco, dos rozan el peligro y tres son un exceso
Es el c¨®ctel m¨¢s solicitado del mundo entero y tambi¨¦n en el cl¨¢sico local de Barcelona, que lleva su mismo nombre, dry martini. Nacida hace 32 a?os, la cocteler¨ªa de la calle Aribau, propiedad del reconocido Javier de las Muelas, sirvi¨® el 1 de julio su dry un mill¨®n. Tres semanas despu¨¦s, el marcador presume de la cifra 1.000.961.
"?s un c¨®ctel muy sencillo de hacer pero cuesta coger las medidas", explica Francisco Garc¨ªa Padilla, barman de la cocteler¨ªa desde 1979. Para prepararlo hay que verter unos 10 mililitros de verm¨² seco Martini, a continuaci¨®n echar 60 mililitros de ginebra Bombay Sapphire y remover durante 20 ¨® 30 segundos. Francisco vierte la mezcla en una copa reci¨¦n sacada del congelador, le coloca una aceituna verde con hueso y le da el toque final -el twist- exprimiendo sobre la superficie una piel de lim¨®n para que libere sus aceites esenciales. Transparente como el cristal, el dry se sirve fr¨ªo como el hielo.
El primer trago es como un golpe seco, pero el sabor contundente del dry, la bebida, la favorita de Churchill y Frank Sinatra, despierta los sentidos. Dicen que uno es poco y dos, un exceso.
En el emblem¨¢tico local del Eixample izquierdo, impera la madera y una decoraci¨®n cl¨¢sica. Los camareros, serios, visten de esmoquin blanco. En las mesas, personas de mediana edad que entablan conversaciones ¨ªntimas en grupos reducidos. Un limpiabotas saca brillo a los mocasines de un hombre sentado en el asiento de cuero de la barra con un gin tonic en las manos.
En la trastienda del dry martini est¨¢ el Speak Easy, un restaurante camuflado que destila el ambiente de los restaurantes clandestinos de los a?os 30, cuando reinaba la Ley Seca en Estados Unidos. Hacen cenas de maridaje, como el Coconut Martini con curry de vieiras. ?Alguien se atreve?
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